EN VILLA UNIÓN COMIENZA EL JUICIO POR TIERRAS DE EL ZAPALLAR.

Hoy, en Villa Unión, se dará comienzo al juicio por las tierras del paraje La Aguadita, ubicado en la región conocida como El Zapallar, en donde los hermanos Brizuela y Doria dicen ser dueños de ese lugar y pretenden desalojar a la familia de Domingo Reyes, la cual trabaja esa tierra y vive en ella desde tiempo ancestral. El juicio sentará importante jurisprudencia en lo que hace a materia de tierras, ya que en La Rioja existen cientos de casos similares y precisamente El Zapallar es una región en donde la familia Brizuela y Doria desde siempre a sostenido ser la dueña absoluta de la zona y en donde hay familias que están en la misma situación que los Reyes. Cabe recordar que si bien a instancias de los abogados Emilio y Marcos Rodríguez, que defienden a los pobladores, lograron que la Secretaría de Tierras declare Zona Bajo Procesamiento a toda la región, desde esta área, hasta la fecha, no iniciaron las mensuras correspondientes, para escriturar y llevar tranquilidad a la gente. También es necesario acotar que El Zapallar es zona de fronteriza y pertenece al departamento Coronel Felipe Varela donde viven 30 familias con aproximadamente 170 personas; en diversos puestos y parajes que cubre la extensión de aproximadamente 300.000 hectáreas, de las cuales un muy bajo porcentaje fueron saneados por el INTI. Por su parte, Emilio Rodríguez, sostuvo que “si a esta gente le quitan la tierra es lo mismo que quitarles la vida, por ello en este caso defendemos a ultranza el legítimo derecho que la gente tiene sobre la tierra que es para ellos la vida misma”. Además, agregó que “quedará acreditado indubitablemente en el juicio, con todas las pruebas aportadas, la posesión pacífica, pública e ininterrumpida de don Domingo Reyes y su familia sobre La Aguadita”. Para concluir, Rodríguez afirmó que “allí viven los Reyes y vivieron sus antepasados de los frutos del laboreo de su tierra. Esa posesión, amparada por la ley civil, se trasmitió por tres generaciones, lo que torna totalmente improcedente e injusta la acción de desalojo de los demandantes al pretender erigirse como propietarios de una tierra sobre la cual nunca ejercieron posesión ni tienen derecho alguno”.