“Sin abandonar el rezo cristiano donde pedimos a Dios “Hágase tu voluntad”, a los costeños nos toca vivir este otro “hágase mi voluntad”.
Esta referencia a la oración evangélica no es una irreverencia, sino una cruel y dolorosa realidad. Desde hace muchos años Marcelo Daniel del Moral es intendente del departamento Castro Barros.
Desde entonces fue construyendo un modo muy particular de ejercer la autoridad, a punto tal que llegó a ser uno de los máximos representantes de los intendentes adictos al ex gobernador Ange “Didí” Maza. “Me costó más de un año”, me dijo cierta vez que nos sentamos a conversar, para que “Beder me mire y me hable”.
Y la construcción de su reinado siguió. Hace tan sólo dos años nos prometió una Costa nueva, en la que la producción y el turismo serían los pilares fundamentales, si lo votábamos para ser reelecto como intendente por otros cuatro años.
Así lo hicimos, pero justo a la mitad del período se olvidó de nuestra voluntad manifestada en las urnas y decidió que sería diputado. Todos los costeños somos testigos del dinero que repartió, de las cosas que regaló, de la gente que trajo de otros lados para votar, y hasta de los aprietes y amenazas con que obligó a muchos con tal de ganar las elecciones.
De ese período de dos años quedaron en el camino rendiciones de cuentas no rendidas o rechazadas por el Tribunal de Cuentas, un robo en el edificio de la municipalidad del que nunca más se volvió a hablar, un feedlot en Pinchas que cerró porque ya no queda nada para robar, una prometida “universidad” que nunca se abrió, una “fábrica textil” en Chuquis con dos máquinas de coser, sin la luz reglamentaria, en un edificio con serias deficiencias y con obreras contratadas por la municipalidad y pagadas con planes sociales, etc. etc. etc.
Así llegamos a este mes de noviembre de 2013. Tan sólo un mes después de las elecciones en las que fue electo diputado, cambió de opinión: no asumirá como diputado porque es más lindo ser ministro. ¡Su voluntad está muy por encima de la voluntad del pueblo manifestada en las urnas del 27 de octubre!
A los empleados del Ministerio de Desarrollo Social me animo a decirles una sola palabra. Su declaración a la prensa “la gente que sea leal a este proyecto que se quede tranquila, va a quedar”, tiene una sola interpretación: no se les ocurra pensar algo distinto a lo que piensa él y menos decirlo en público. Yo lo hice, pero como soy jubilado no me pudo castigar. Pero sí retiró la empleada municipal con que apoyaba la actividad del museo en el que yo colaboro. Vale decir, como muestra de que el turismo es prioridad de su gestión, el museo cierra a la tarde porque no hay quien atienda a los turistas.
Tanta fe se tiene (o por las dudas le falle el plan) que ya está anunciado que no renunciará a la intendencia sino que tan sólo pedirá licencia. En otras palabras, está tratando de ser intendente, diputado y ministro, las tres cosas al mismo tiempo. “hágase mi voluntad” y no la del pueblo que creyó en mis promesas electorales”.
Juan “Alilo” Ortiz, LE 6.715.083
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