sábado, 7 de junio de 2008

7 de JUNIO!

MERECEMOS Y NOS DEBEMOS UN CAMBIO

Cabe hoy 7 de Junio la recordación en honor primer periódico de la etapa independentista argentina. La Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

Sus directores fueron: Mariano Moreno; posteriormente, Deán Gregorio Funes, Pedro Agrelo, Vicente Pazos Silva, Nicolás Herrera, Manuel José García, Bernardo Monteagudo, fray Camilo Henríquez, Julián Álvarez, Bernardo Vélez y Manuel Antonio Castro.

El periódico tuvo carácter de Vocero de la Revolución. El decreto que autorizó su publicación decía: "¿Por qué se ha de envolver la administración de la Junta en un caos impenetrable a todos?... El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes...."

El periodismo, bautizado el “cuarto poder” del Estado con cierta modestia –en algunas circunstancias se convierte en el primero–, ha sido, en su mejor expresión, un factor esencial de progreso y modernización. Dinamitó prejuicios y abolió ignorancias que impedían la comunicación entre culturas, países e individuos, y contribuyó de manera decisiva a denunciar y poner fin, o al menos a atenuar, injusticias e iniquidades como la esclavitud, el racismo, la xenofobia y en general, los crímenes y atropellos contra los derechos humanos, así como a impulsar la cultura democrática, ejercitando la libertad de información y el derecho de crítica.

"Salvar la comunicación es, ante todo, preservar su dimensión humanista: lo esencial de la comunicación no son las técnicas, los usos o los mercados, sino la capacidad de vincular herramientas cada vez más eficaces a valores democráticos", dice el investigador francés Dominique Wolton, uno de los principales referentes europeos en teorías de la información y de la comunicación.

La comunicación, sea ésta personal, grupal o social, siempre tiene un contenido y una relación. El contenido está dado por lo que se dice (el mensaje, la información) y la relación se refiere a quién y cómo se dice.

Por ello el contenido debe elaborarse, comprendiendo valores intelectuales que permiten una búsqueda de la verdad, por medio de la claridad y profundidad del pensamiento. La relación, por su parte, debe desarrollarse con valores morales, tales como libertad, igualdad, respeto y diálogo, que tienen que ver directamente con la bondad o maldad de los actos humanos.

Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.

¡Salvemos la comunicación!, es el clamor de muchos riojanos que están comprometidos y esperanzados con un futuro mejor y que "no se dan por vencidos, ni aun vencidos", como rezan los versos del Più Avanti, de Almafuerte.

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