Apenas 24 horas después de haber sido anunciado, el flamante programa de Redistribución Social que pondrá en marcha el Gobierno con los $ 4.000 millones que espera recaudar con el aumento de las retenciones agropecuarias ya desató una dura pulseada entre gobernadores e intendentes aliados a la Casa Rosada por la distribución de esos millonarios recursos. En el decreto que oficializó ayer la creación del plan que digitará el ministro de Planificación, Julio de Vido, la administración nacional sólo precisó el destino de los nuevos hospitales y centros de salud que se construirán con el 60% de lo se prevé obtener con el actual nivel de retenciones para la soja. Ahora la disputa entre caciques provinciales y jefes comunales está enfocada en el reparto del 40% restante de esos fondos, una caja anual que el Gobierno calcula en $ 1.600 millones, que se utilizaría para la financiación de viviendas y mejoramiento de caminos. Esa puja anticipa algunos problemas para el Ejecutivo, no solo por las sospechas de cierta distribución discrecional de los recursos sino también ante la eventualidad de una caída de la recaudación por retenciones, que obligaría a suspender la ejecución de los programas. La catarata de elogios que ayer desgranaron gobernadores e intendentes oficialistas sobre las bondades del nuevo plan fueron apenas una muestra de su empeño por ganarse el favor del matrimonio Kirchner al momento del reparto de las obras. Y no faltaron los funcionarios de algunos distritos que relevaron listados con necesidades habitacionales y requerimientos de infraestructura vial para elevar a Planificación antes que defina el destino de los fondos. “Estos anuncios vienen a dar respuestas a las necesidades de los entrerrianos”, afirmó ayer el gobernador Sergio Uribarri, rápido para anotarse entre los beneficiarios del nuevo programa. Un gesto similar tuvieron sus pares de La Rioja, Salta, Catamarca y hasta el bonaerense Daniel Scioli, que salió a defender el destino dado por la Casa Rosada al polémico aumento de las retenciones. Más preocupación por quedar fuera del programa mostró el cordobés Juan Schiaretti, quien denunció que el Ejecutivo lo “discrimina” en el reparto de recursos y asistencia. Sin embargo, Córdoba fue incluida entre los distritos que se beneficiarán con fondos adicionales para hospitales y centros de salud. En ese listado sobresalen varias intendencias del conurbano bonaerense administradas por reconocidos kirchneristas como Julio Pereyra (Florencio Varela) o Sergio Massa (Tigre), y gobernaciones afines al matrimonio presidencial como las que conducen José Alperovich (Tucumán), Luis Beder Herrera (La Rioja), José Luis Gioja (San Juan) o Walter Barrionuevo (Jujuy).
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