La Rioja no quedó afuera de la ruptura de la cadena de pago en el marco del conflicto entre el campo y el Gobierno. La Cooperativa Vitivínicola La Riojana de Chilecito ya sintió el golpe, ya que unos 75 cheques no pudieron ser cobrados ante la falta de fondos en efectivo. Los valores pertenecen a las firmas distribuidoras de vinos de Córdoba, Rosario y Buenos Aires, cuyas provincias es donde se centra la pelea del campo y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El parate que se da en esas zonas del país han provocado que se haya roto la cadena de pago y que tiene repercusión en la cooperativa chileciteña, elaboradora y fraccionadora de vinos. Esa situación alertó a los responsables de las finanzas. Mientras tanto pese a que en los últimos meses las tasas de interés han aumentado, las familias siguen incrementado su nivel de endeudamiento. Y las deudas que contraen aumentan más rápidamente que sus ingresos, lo que complica el panorama a la hora de mantener los pagos al día, y provoca un aumento en la tasa de morosidad del sistema financiero. Las estadísticas del Banco Central muestran que la morosidad se ha duplicado en los últimos doce meses. La tasa, del 4,1% no alcanza aún un nivel preocupante, pero sí genera inquietud la tendencia. Tanto para los clientes ABC1 como los de segmentos más bajos hay un fenómeno que no ayuda a la hora de cumplir con las obligaciones financieras: la inflación. Por eso, pese al 20% promedio de aumento salarial que han conseguido la mayoría de los trabajadores en blanco, el aumento de los precios parece ser bastante mayor, y eso complica el pago de las cuotas de los créditos personales. "Entre el año pasado y éste ha cambiado el perfil de tomadores de créditos de los bancos. Antes, básicamente eran clientes con tarjetas internacionales que pertenecían al segmento socioeconómico conocido como ABC1, pero ahora es más mezclado, hay más clientes de clase media y baja, explicaron Guillermo Barbero y Marcos Bazán, de la consultora Deloitte. Según datos del Banco Central, en los últimos doce meses las líneas para consumo de las familias en situación irregular se duplicaron. Esto hizo que la tasa de morosidad alcanzara en marzo el 4,1%. Si bien la cifra no resulta aún demasiado preocupante -habitualmente se considera que está en un nivel normal entre 3 y 5%-, lo que preocupa es que el saldo de créditos al consumo que en marzo se registró como irregular fue de $ 1.360 millones, cuando en marzo de 2007 era de apenas $ 660 millones. "El BCRA continuará monitoreando el desempeño relativo de estas líneas de crédito", advirtió el organismo que preside Martín Redrado en su último Informe sobre Bancos. Ocurre que, de aumentar la morosidad, el panorama a futuro de los bancos podría complicarse, ya que precisamente la línea que más crecimiento ha registrado en los últimos cuatro años es la de los préstamos personales.
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