Según sostienen los principales analistas de la política nacional, son cada vez más los gobernadores peronistas que toman distancia del titular del PJ; el ex presidente Néstor Kirchner. Dicen que por lo menos 10 mandatarios decidieron refugiarse en sus provincias y le sugerirán al jefe del Partido Justicialista que no haga campaña en sus respectivos distritos. Entre ellos, un silencioso Luis Beder Herrera, que no habló de politica partidaria en todo el verano. Los mandatarios consideran que un excesivo protagonismo de Kirchner puede ser contraproducente, sobre todo en provincias donde tiene impacto el reclamo de los productores rurales. Y en La Rioja, la mal tratada imagen de Cristina Kirchner -y por ende de Néstor- sufrió un severo daño en diciembre, cuando durante la fallida visita la Presidente no quiso anunciar la prórroga del régimen de promoción industrial. Los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba) y Mario Das Neves (Chubut), igual que el senador santafecino Carlos Reutemann, ya hicieron pública esta estrategia: comandarán el peronismo en sus provincias con el objetivo primordial de "provincializar" la campaña. No serán los únicos. Por lo menos una decena de mandatarios y líderes peronistas planifican seguir el mismo camino. En la lista que manejan los principales analistas políticos, sobresalen, entre otros, los gobernadores José Luis Gioja (San Juan), Sergio Urribarri (Entre Ríos), Juan Manuel Urtubey (Salta), José Alperovich (Tucumán), Jorge Capitanich (Chaco) y Luis Beder Herrera. Paralelamente, otro proyecto madura en reserva entre algunos jefes peronistas: la conformación de una "mesa de gobernadores" y líderes provinciales que, por primera vez desde 2003, buscaría determinar debatir políticas con el Gobierno y definir, incluso, quién será el próximo candidato presidencial. Desde hace varios meses, un creciente grupo de mandatarios mantiene un diálogo fluido y cauteloso. En esas charlas confluyen, entre varios más, Gioja, Das Neves, Schiaretti, Urtubey, Alperovich, Urribarri, Capitanich, Beder Herrera y Celso Jaque (Mendoza). Algunos de ellos compartieron al menos dos cenas en un restaurante porteño a fines de 2008. Se reencontraron en enero, cuando Kirchner los citó en la quinta de Olivos para distribuir fondos públicos. En un hotel varios hablaron de sus preocupaciones, del "futuro del PJ" y del "peronismo sin caciques". Los analistas sostienen que los gobernadores intentarán "plebiscitar" sus gobiernos y salir fortalecidos para competir por el liderazgo nacional. Después evaluarán el paso siguiente: el armado de la "mesa común", un espacio que los más audaces imaginan "amplio y plural", atiborrado de líderes provinciales y referentes peronistas de peso histórico. "El Gobierno va a tener que compartir sus decisiones allí", se ilusionó un gobernador. Las eventual estrategia se manejan en prudencial reserva. Nadie quiere anunciarla en público hasta que no se cristalice el mapa electoral. Las razones son más económicas que políticas. "Sin las partidas del gobierno nacional no se puede gobernar", dicen. Y La Rioja, sabe mucho de eso. Mientras tanto, el oficialismo deberá decidir aquí quienes serán los dos candidatos a las bancas de diputados nacionales que se renuevan en octubre. El kirchnerismo necesita retener la mayor cantidad de escanios posibles para apuntalar al gobierno de Cristina. Si Néstor Kirchner no podrá meter mano, lo hará Beder Herrera. Salvo que la interna del oficialismo local no pueda digerir la presencia de Jorge Yoma como uno de los candidatos y reclame elecciones internas, un paso que el PJ nunca está dispuesto a dar. De todas formas, los intereses de la dirigencia política local son distintos a los intereses del oficialismo nacional. Aquí tiene mas valor una banca de concejal en un distrito que una banca en el Congreso y, por esa razón, la discusión política estará centrada en las candidaturas provinciales y municipales. Y en el sistema electoral que finalmente se use; una de las incógnitas no reveladas por los dueños del poder.
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