La economía se basa en la política y la política se alimenta de los resultados económicos. Es decir, no se pueden separar estos dos aspectos de la vida de un país, salvo para estudiarlos disecadamente (como a la rana en zoología), pero en la realidad van juntos. Por eso a algunos economistas nos interesa cada vez más la política pues, de lo contrario, no podríamos pronosticar las variables del entorno macroeconómico con la aproximación necesaria para tomar decisiones. En los últimos 10 años ha aparecido una rama de la economía, Political Economic, que se ocupa de estos temas, con autores como Persson y Tabellini, Drazen, Grossman y Helpman, entre otros. Al tratar de identificar las ideas políticas actuales de la Argentina, uno se sorprende de entrada al encontrar que hay alrededor de 827 partidos políticos. De acuerdo a datos de la Cámara Nacional Electoral al año 2007, hay 37 partidos nacionales (sin contar que en cada provincia tienen cada uno su propia denominación). Después tenemos 290 partidos de distrito provincial, diferentes de los nacionales, autorizados en cada provincia. Finalmente no se sabe exactamente cuantos partidos vecinalistas hay, pero en base a datos de 5 jurisdicciones los estimamos conservadoramente en 500. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, que tiene 134 municipios, en la elección de 2009, se presentaron 150 partidos vecinalistas, o sea en algunos municipios hubo dos o más partidos locales. Nombres como "Todos por Arrecifes", "Acción por San Pedro" o inclusive para una parte del distrito como "Agrupación Propuesta Norte de Vicente López (Pro-Nor)", aparecen en esta lista. Algunos de estos 500 o más partidos vecinales negocian con un candidato provincial o nacional, que es acompañado por dos o tres de estas listas locales, una especie de "internas abiertas de hecho", una suerte de "ley de lemas" o "listas colectoras", una distorsión más del sistema de representación proporcional, o lista sabana. Si recordamos que tenemos 2247 municipios en todo el país, el número estimado de 500 se puede quedar corto (ver informe). Con lo cual concluimos que, sumando nacionales, provinciales y vecinalistas, hay alrededor de 827 partidos políticos en nuestro país. ¿Puede haber 827 ideas distintas sobre el destino de la Argentina? Es evidente que no. Muchos de estos partidos son Pymes, un negocio de pocos empleados, para que su titular pueda llegar al cargo para el que se presenta, pero ideas, salvo excepciones, ni tienen ni les interesa. También pueden cambiar de idea, según la conveniencia del momento, asociarse a un poder más fuerte por un tiempo, 4 o 5 años, y luego suavemente ir alejándose del mismo, cuando este poder está en decadencia, para recalar en otro nuevo poder ascendente. ¿No sería mejor tener dos partidos, que representaran las posibles preferencias de la población, eventualmente tres o cuatro partidos, en vez de esta inflación política galopante? Para mí, sería mucho mejor tener dos o tres partidos. Los políticos actuales nos dicen que la fragmentación es algo que viene de la sociedad, que ellos no pueden hacer mucho con estos 827 partidos. Creo que no es así. Leyendo a Maurice Duverger, en "Factors in a Two-Party and Multiparty System", de Party Politics and Pressure Groups , nos dice que, de acuerdo a una ley de los sistemas electorales, formulada por él en 1946, pueden ocurrir tres cosas:
1. Si se vota por circunscripción, por mayoría en una vuelta, esto conduce a la formación de dos partidos, como es el caso de Estados Unidos y Gran Bretaña.
2. Si el sistema es de representación proporcional (lista sábana), esto conduce a la formación de múltiples partidos (en nuestro caso, 827 partidos).
3. Si se tiene una combinación de 50% de los elegidos por circunscripción, y 50% por representación proporcional (sábana), esto conduce a la formación de pocos partidos, y si hay doble vuelta, este lleva a dos coaliciones de partidos, como el caso de Alemania.
No se puede asegurar que esta ley se cumpla siempre en cada país, pero se acepta que, en sus grandes lineamientos, es verdadera.La Argentina ha venido declinando, tomando como punto de partida que era el octavo país 1910 y ahora está muy lejos de eso. La política es una gran responsable de esta tendencia a la declinación, pues los partidos se han vuelto poco representativos del interés general y ninguno llega a entusiasmar con un proyecto significativo de destino común para el país. Las plataformas de esos partidos parecen hechas para cumplir con un requisito burocrático, y nada más. Por eso, ¿por qué no nos basamos en la ley de Duverger, terminamos con la lista sábana, y vamos creando dos grandes partidos representativos del interés general? Al tener que votar por circunscripción, no se van a fragmentar más los partidos como dicen los que dirigen los espacios políticos hoy y que defienden el sistema actual, porque le da poder al "jefe" ( ¡ya se han fragmentado con la lista sábana!). El problema es para los capos permanentes de cada partido, que ya no van a poder poner a su aliado impresentable en los puestos de abajo en la lista para que entren, como hacen hoy, pues habría un solo lugar por circunscripción. Van a tener que poner al mejor candidato de cada distrito y esto es mejor para el país y, aunque el capo de la Pyme política pierda su poder, el poder vuelve al pueblo (hemos visto hasta candidatos testimoniales, gente solo para aparentar el primer lugar de la lista, pero que después renuncian para que queden los que en realidad quiere el capo del partido). Naturalmente, esto sería un comienzo, con esto solo no vamos a arreglar los problemas políticos del país, es decir, la selección de los mejores para gobernar. Faltarán las internas de los partidos, faltará dar más poder a los políticos y menos a las corporaciones, más Republica y menos corporativismo, faltará más gente dispuesta a sacrificarse por la Patria, faltará recrear muchas instituciones. Pero como la tarea es grande y pocos los patriotas, hay que empezar de una vez, sin desanimarse por la difícil tarea.
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