Los acuerdos entre sindicatos y empresas logran incrementos de salarios que este año se ubican en un nivel promedio del 27 por ciento. Pero la inflación, que es el factor que, de hecho, explica el proceso de negociaciones en los últimos años, se ocupa de que esos porcentajes, en la realidad, sean muy diferentes. Para los trabajadores de la industria, por caso, en el segundo trimestre de este año el aumento del salario por hora trabajada con respecto a un año atrás fue del 1,2% si la suba nominal se corrige por inflación. El dato fue consignado por un informe de SEL Consultores y está basado en la encuesta industrial del Indec y en el índice de precios medido por la consultora Buenos Aires City, que en la comparación de los segundos trimestres de 2009 y 2010 muestra una evolución del 21,5 por ciento. El dato sobre la mejora real de los salarios, que revela prácticamente un empate en la carrera entre precios y salarios para el promedio de la industria, permite inferir que, según la rama fabril, muchos empleados habrían tenido una mejora real, pero muchos habrían quedado con sus ingresos rezagados. Los sueldos declarados por las empresas al sistema jubilatorio muestran una disparidad significativa entre diferentes sectores de la industria, tanto en el monto en sí como en su evolución. En el primer trimestre del año, mientras la siderurgia declaró salarios un 30,8% superiores a los de un año atrás, en los aserraderos hubo una compensación del 15,3 por ciento. Y mientras la industria láctea elevó los salarios un 24,5%, en las textiles la suba fue del 17,2 por ciento. El informe de SEL muestra una suba del 8,9% de la masa salarial industrial, en términos deflacionados. Y aclara que la diferencia entre este indicador y la suba del 1,2% real del sueldo no se explica tanto por la generación de empleo como por el alza de las horas trabajadas. "Eso indica que la inversión no crece, porque si no se crearían más puestos", dijo Ernesto Kritz, director de la consultora. Un informe del Ieral destaca que la elasticidad empleo-producto (que indica cuánto crece el empleo por cada punto de alza del PBI) se desaceleró desde 2005. El análisis de los economistas Hernán Ruffo y Gabriela Galassi señala que el desempleo se estaría reduciendo gracias a la generación de puestos, ya que no cae -sino que sube- el porcentaje de personas que buscan trabajo. Sin embargo, se advierte sobre la debilitación de la tasa de creación de puestos, algo que "podría tener relación con el incremento de los costos laborales".
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