Ni el propio Luis Beder Herrera creía, ya que las últimas declaraciones decían lo contrario. Pero finalmente Ricardo Quintela estará dentro de las fórmulas oficiales, ya que su hermana, Teresita, será candidata a diputada nacional. El voto Q será sustento para abajo como para arriba, al “engordar” la lista K riojana. En Buenos Aires Ariel Puy Soria le había insistido al Gobernador que el quintelismo no podía estar ausente y desde ese momento comenzó a poner en juego su figura de arquitecto político de Luis Beder Herrera, lugar que se lo cedió antes de las elecciones del 29 de mayo y continuó en la segunda parte del proceso con vistas a los comicios internos del 14 de agosto, para dar paso al 23 de octubre. Todos miraban descreídos sobre la posibilidad que el jefe comunal aceptara ser segundo en la lista de diputados nacionales, más allá de las declaraciones públicas, ya que no comparte la decisión presidencial que Teresita Luna, por su lealtad, deje de lado todo lo hecho en las urnas. Pero los resultados están a la vista con el "sí” quintelista. Fue como una novela de suspenso las negociaciones, cuyo último capítulo se inició desde el primer minuto que el avión provincial bajó a las 14.30 del jueves al aeropuerto local. Puy Soria habló con el jefe del proyecto Q, tras haber hecho lo mismo con Enrique Escudero, Armando Molina, Miguel Galeano, Emilio Rodríguez, el entorno del jefe comunal, entre mimos, caricias y mucho lobby en todas las reuniones que se fueron conociendo al cerrar el jueves, para convencer a Ricardo que no podría estar ausente de la contienda, ya que sería un buen mensaje para restablecer los lazos con la Casa Rosada, tras que su hermana votó en contra de la Resolución 125. La última parte del capítulo tuvo dos momentos que conmovieron a todo el ambiente político, con intendentes, diputados y dirigentes como testigos en la Residencia Oficial. Quintela salió a las 19.28 del despacho de LBH en la zona del Centro Administrativo Provincial y había dejado una frase que no convencía mucho. Era que si había una propuesta concreta para integrar la boleta de diputados nacionales, se la debían decir a Teresita Q. Y eso sucedió una hora después. Ya sin su hermano en la Residencia, la senadora entró ante los ojos del bederismo puro, muchos considerados como paladar negros. De nuevo el gobernador usó las palabras que la había dicho a Ricardo y Teresita contentó: “Lo debo hablar con nuestra dirigencia”. La primera lectura que se leyó fue que era un “no” y lo dejaba a Puy Soria muy descolocado frente a su jefe y a todo el bederismo, ya que el chileciteño había insistido hasta el cansancio que los Q no se quedarán afuera. Ya a esa hora, Puy Soria no tenía batería en su teléfono por sus llamadas conciliadoras para los quintelistas y bederistas, y todo aquel que podría aportar algo. Transpiraba y suspiraba que había fallado en las conversaciones previas, mientras que muchos disfrutaban con el supuesto desplante quintelista. Así se fue Teresita al bunker Q de la avenida Perón, donde estaba la cúpula del proyecto municipal. Y se puso en la oficina de Armando lo que se había hablado con Beder. Y la misma historia se repitió, las quejas, los enojos, pero se fue más allá: dar una señal concreta de unidad. Ya cuando los diarios habían cerrado sus tapas y muchos dirigentes se reían del papelón de Ariel, llegó el mensaje de texto: “Sí, acepto”. El alma volvió al cuerpo del secretario de Tierras y solo quedaba la firma de la senadora para que sean presentadas las listas en la justicia electoral, ya que el plazo vence este sábado. “Somos soldados de la causa”, manifestó la hermana del jefe comunal, pese a que reconoció que “no tenía pensado un segundo lugar como diputada”, aunque aseguró que la aceptación es por su apoyo al proyecto nacional desde el primer día. Y también dio a conocer que el intendente será el jefe de campaña. De esa forma, Puy Soria reafirmó su título de arquitecto político y que lo coloca aún más cerca del gobernador, el dueño del 67 por ciento de los votos. Como su jefe, el chileciteño ha puesto atención en el armado político de Carlos Menem Senador, tras la deserción de Ángel Maza y el desvanecido radicalismo.
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