Eran las 14.38 del jueves cuando el avión de la provincia tocaba piso riojano. Dentro de él estaban Luis Beder Herrera, Javier Tineo, Ricardo Guerra, Ariel Puy Soria y Luis Solorza. Ya había pasado la actividad oficial en Buenos Aires. El gobernador -el día anterior- había recorrido los despachos de la Casa Rosada, que incluyó diálogos con funcionarios K en pos del armado de las listas legislativas para las elecciones internas del 14 de agosto, que desembocarán en los comicios nacionales del 23 de octubre. El borrador de las listas tenía a Teresita Luna y Mario Guzmán Soria como candidatos a senadores, y Javier Tineo como diputado nacional, y faltaba la otra pata política: el quintelismo. Luna está por pedido de Cristina; Guzmán Soria por decisión de LBH, como Tineo; y quedaba un lugar vacío para que los sectores internos del justicialismo estén representados. En los días previos hubo contactos entre Puy Soria con Enrique Escudero, luego con Armando Molina y Miguel Galeano, y también con el abogado Emilio Rodríguez. El mensaje oficial siempre era el mismo: el proyecto Q no podía estar ausente del proceso electoral donde la Presidenta buscará la reelección. Todo el entorno quintelismo conocía cuál era la propuesta. Sin embargo, el quintelismo tiene gusto amargo, ya que había sido ninguneado pese al 50 por ciento de los votos capitalinos. Pero llegó el día, tras las palabras que se leyeron como despedida de los hermanos Quintela para el 23-O. Teresita había liberado, como luego lo hizo Ricardo, al Gobernador que disponga lo que él consideraba propicio para armar las listas, aunque el quintelismo pretendía la reelección en Senadores o el primer lugar en Diputados. Ya en la siesta del jueves, Puy Soria se bajó presuroso del avión provincial para dirigirse sin escala a la casa de Quintela, con el fin de subirlo a su camioneta para que hablar con LBH. Y eso sucedió al caer el sol. Antes ya habían ingresado a la Residencia Oficial, el bunker político semanal del Gobernador, Molina y Galeano, quienes participaron de una reunión con la mesa chica bederista, donde se reconoció errores de ambos sectores. Dejaron de mirar el 2015 y ponerse a trabajar, con un mensaje claro para todos los socios de la Casa de las Tejas. Con las cartas sobre la mesa, llegó Quintela para reunirse con Beder Herrera, quien le planteó lo que los laderos habían hablado: el quintelismo no puede estar ausente, aunque haya bronca interna.Y se entendió el mensaje, con un compromiso político para el futuro, para que todos los sectores estén reunidos en una misma lista que llevará a Cristina también a la reelección. Aunque luego Quintela dijo que no había nada, pero en la noche del jueves Teresita Quintela aceptó ser segunda candidata a diputada nacional del kirchnerismo riojano en un gesto de grandeza política, al priorizar la relación del municipio con la provincia, como así también con la Casa Rosada. Así la hermana de Ricardo se integró a la lista K en la noche del jueves que se había transformado fría, mientras que el intendente respiraba hondo debido que no quería hablar más de las candidaturas y solo ponerse detrás de su gestión, más con lo que le había dicho en privado el hombre del 67 por ciento. Ahora Beder Herrera con todo cerrado, se puso a pensar en Carlos Menem para recibirlo en la finca de Anguinán o comer con el ex presidente en el Golf Club.
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