El Diputado Nacional Julio Martínez manifestó “su preocupación por la falta de nafta en La Rioja y otras provincias del interior del país”, justificando la misma en el hecho que “durante los primeros 6 meses de 2011 ya se importaron 106.000 m3 de nafta, lo que significa que seguramente superaremos con creces el récord de 140.000 m3 de todo el año pasado”. “Al igual que los años anteriores, las petroleras declararán que no habrá problemas con el suministro y atribuirán los faltantes a picos de demanda o problemas gremiales en el sur. Y el Gobierno, luego de negar sistemáticamente el problema como años pasados, pretenderá resolverlo a su manera: con la intervención directa de Moreno, exigiéndole a las petroleras que aumenten el suministro importando combustible o importando directamente a través de ENARSA, asumiendo pérdidas millonarias producto de la ausencia de políticas de inversión en el sector”, señaló el legislador, quien presentó un pedido de informes. Martínez advirtió que “este problema cíclico y recurrente que se reitera durante los últimos 8 años sin resolución, genera serios daños a las economías regionales, complica el comercio de nuestros productos y el propio transporte de pasajeros.”. “Frente a esta situación, el Poder Ejecutivo Nacional no puede seguir negando un problema de carácter estructural que afecta claramente las posibilidades de mantener los actuales niveles de crecimiento económico, ni ensayando medidas improvisadas que demostraron su ineficacia en la coyuntura y su carácter perjudicial en el mediano y largo plazo”, sostuvo el legislador nacional. En relación con los problemas de abastecimiento de la garrafa social, el Diputado Martínez denunció que “el 71 % de los comercios las venden con sobreprecios de hasta un 100%, que se intenta justificar como el flete, el cuál sufre variaciones de acuerdo a la empresa distribuidora de que se trate, dado que este servicio adicional no fue regulado y por ende tampoco es controlado por ninguna entidad.”“Queda claro que mientras el gobierno nacional no modifique el modelo de gestión y garantice el acceso a los consumidores que verdaderamente necesitan del gas licuado en garrafas, el subsidio otorgado constituye un despilfarro más dentro de la maraña de subsidios que acentúan las inequidades y favorecen objetivamente a los sectores medios y altos de la ciudad de Buenos Aires y su conurbano”, afirmó Martínez. Para terminar, el diputado advirtió que “se hace imperioso que en este tema, como en tantos otros, el gobierno nacional explique cuánto y en qué se gasta, pero también cómo se controla dicho gasto”. Y concluyó que “el gobierno nacional no puede seguir gastando sin controlar los resultados de un esquema improvisado que ya demostró su ineficacia. Al igual que en tantas otras áreas de la economía, la intervención estatal comandada por este gobierno ha demostrado carecer absolutamente de seriedad, gestión y rigor para defender a los sectores sociales más postergados, convirtiendo un subsidio de carácter social en un negociado comercial amparado por la falta de control de los funcionarios responsables”.
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