La administración Kirchner concentra la mayor parte de la distribución de los fondos discrecionales destinados a las provincias en manos del Ministerio de Planificación Federal. A cargo de esta cartera se encuentra Julio de Vido, un hombre de suma confianza en la familia presidencial. Aquellos gobernadores afines a la administración central son los que, por lo general, perciben mayores "beneficios" a la hora del reparto de estos fondos, que se destinan casi en su totalidad a la ejecución de obras públicas que son digitadas desde Nación juntamente con las empresas que deben ejecutarlas. Según la estadística oficial, hoy cerca del 90% del total de la obra pública en las provincias es realizado con partidas que transfiere la Nación y parte importante de este dinero sale de Planificación Federal. Salvo algunas honrosas excepciones, la mayoría de los gobernadores periódicamente tiene que ir a golpear las puertas del gobierno nacional para que efectivamente le lleguen los fondos destinados a obra pública. Las negociaciones entre provincia y Nación para liberar estas transferencias mucho dependen de los acuerdos políticos alcanzados entre las partes. Casi nadie queda fuera de este esquema. El perverso mecanismo es sumamente sencillo: los fondos salen, si los gobernadores juran lealtad al modelo nacional y popular implementado desde la administración central. Obviamente, hay lealtades que "valen" más que otras. Buenos Aires, por dar un ejemplo cualquiera, no "paga" lo mismo a la hora de reclamar en las dependencias de Nación que una provincia de nuestra región. En los últimos cuatro años quedó claro, con los números oficiales en mano, que la administración Kirchner privilegió al gobernador Luis Beder Herrera con la entrega de fondos discrecionales frente a las continuas demandas realizadas por otro mandatario. Todo indica que durante el año próximo poco cambiará el escenario, ya que La Rioja tendrá recursos importantes en concepto de "gasto de capital", partida donde se concentra una parte importante de las transferencias discrecionales que realiza el gobierno nacional a las provincias todos los años. Un reciente informe elaborado por Fundación Mediterránea señala, en este sentido, que en el proyecto de presupuesto nacional para el 2012 llegado al Congreso semanas atrás quedaron definidas las intenciones de la Nación en relación con la distribución de estas partidas entre las provincias. La historia da cuenta de que la mayor parte de estas partidas termina siendo subejecutada por parte de la Nación ya que, a medida que avanza el año, muchos de estos fondos terminan siendo reorientados hacia otros destinos que determina el Ejecutivo. En la mayoría de los casos la estadística oficial muestra que difícilmente se sobrepasa el 50% de la ejecución sobre el crédito vigente inicial de estas partidas una vez finalizado el ejercicio fiscal establecido por la Nación. El estudio de Fundación Mediterránea destaca que el "gasto de capital", cuando se relaciona con el índice per cápita, alcanza los 2.991pesos en el caso de La Rioja. La discrecionalidad en la distribución de estos fondos no se circunscribe sólo a esta parte del país. "La distribución regional del gasto de capital de la administración nacional no presenta un criterio que ayude totalmente a la convergencia regional, es decir, que acentúe los esfuerzos de gastos en las provincias más pobres en relación con las provincias de mayor desarrollo", se destaca en una parte de su informe Fundación Mediterránea. "A excepción de las provincias de La Rioja y Formosa, ambas con bajos niveles de producción geográfica por habitante, que reciben en términos per cápita un nivel de gasto de capital de 2.991 pesos en el caso de la primera y 2.231 pesos en el de la segunda, ninguna de las restantes provincias con niveles de producción similar supera los 1.500 pesos per cápita", acota el estudio en otro de sus párrafos.
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