Las comunidades originarias del norte argentino celebrarán el 1º de agosto el Día de la Pachamama, con un hondo significado que parte de respetar la naturaleza, a la madre tierra como dadora de vida y fundamento de existencia material y espiritual. El mes de agosto es el tiempo de la siembra y por eso se realizan los homenajes a la tierra en numerosas y diferentes ceremonias, familiares, comunitarias, de los pueblos y de las instituciones. Las ceremonias "son momentos de una relación más privada entre la persona y la tierra", precisó a Télam Armando Quispe, kolla de la localidad de Abra Pampa, en la puna jujeña, donde participa de la radio Pacha Kuti "para revalorizar nuestra identidad". Esta época "es el tiempo de dar de comer a la tierra para que produzca buenos frutos; para los pueblos originarios la tierra es como nuestra madre porque de ella se obtienen la siembra y todo de lo que vivimos", aseguró. "En ese marco de respeto por la tierra del mundo andino -añadió- consideramos a la tierra de esa manera, pero no sólo a la tierra porque ella incluye varios elementos como el aire, el sol, el agua". Quispe contó que "durante todo el mes de agosto se hacen las ceremonias en los lugares sagrados, manantiales, cerros, ciénagas, ríos, lagunas, cementerios antiguos", y añadió que "la K´orpachada es el acto de dar de comer a la tierra y desahumar, con una braza se ponen determinadas plantas que se utilizan para purificar". Al referirse a si hubo cambios en este tipo de ceremonias, aseguró que "con respecto a lo que es la K´orpachada se mantiene la tradición, pero en general pensamos que hubo cambios y que los va a haber porque hay diversidad de formas en las comunidades y hay detalles propios". "Pero hay una cuestión milenaria y profunda que no cambia", enfatizó. El arqueólogo Hugo Yacobaccio, docente de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet, aseguró a Télam que "la Pachamama es una deidad, prácticamente la única que perduró en la tradición religiosa andina". Se presume que su origen es prehispánico "por una serie de indicaciones y elementos rituales que pueden ser registrados arqueológicamente", explicó. La Pachamama, venerada por su fertilidad, es para los pobladores andinos "la tierra madre o madre de la tierra, es la traducción del quechua; es la tierra que les da de comer, la que favorece sus cultivos y la reproducción de su ganado", señaló. Al describir las ceremonias, Yacobaccio dijo que "tienen un doble objetivo, de agradecimiento y de pedir permiso para utilizar nuevamente sus posesiones por un nuevo período y rogarle por el multiplico de los ganados y los cultivos". En este sentido, Quispe añadió que "siempre hay un espacio para pedirle perdón a la tierra por estas cosas que le hacen mal, que se realizan desde las empresas y nosotros también en el día a día, con descuidos". "Pero sabemos -añadió- que no alcanza con pedir perdón por eso, también en esta fecha tenemos la posibilidad de reflexionar y de plantearnos objetivos para mejorar la tierra". En relación a este pedido de perdón, Yacobaccio precisó que "es una incorporación contemporánea" y recordó que "la gente en la Puna tiene necesidades de vivir sobre grandes extensiones para aprovechar lo que le da la tierra en distintos lugares y épocas del año". Con los reordenamientos territoriales "se los ajusta a un territorio más pequeño y se van destruyendo poco a poco los parámetros de producción regionales y eso repercute en forma negativa sobre la estructura familiar", expresó.
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