El titular del IPALAR se mostró molesto ante lo que considera una cuestión política que se metió en los problemas de agua de la localidad de Guandacol. German Gracia resaltó que "desde que en febrero nos hicimos cargo hemos invertido para cambiar una realidad de abandono generalizado que no se revierte en un sólo día. Y eso los vecinos lo conocen". "De las dos perforaciones, una andaba el 50 por ciento y la otra tenía cinco centímetros de barro", aseguró Gracia. Asimismo, dijo que la planta guandacolina tiene una bomba nueva y dos en funcionamiento, además de filtros limpios, una bomba en perforación chica, que por estos días está cambiando por una grande. "Lo peor de todo es que el instituto no cobra el agua sino la municipalidad. Ellos cobran y el IPALAR hace las obras" manifestó. "El diputado Juan Amado era el encargado del agua potable de Villa union que estaba en un caos total. Es fácil pararte en la vereda de enfrente cuando entregan un sistema totalmente colapsado" sentenció. El Administrador General del organismo sí criticó las declaraciones del intendente de Villa Unión quien señala que el dinero no le alcanza para hacer las obras que se requieren. Gracia explicó que el Municipio de Felipe Varela cobra por el servicio de agua potable, pero el que hace las obras es el IPALAR. El Administrador criticó además a aquellos que buscan generar caos de la situación. Por años, los vecinos han tenido un servicio deficiente, pero nadie les recuerda a ellos quien era en ese tiempo el Secretario de Obras Públicas de la comuna. Por esa ineficiencia del sistema, por esa falta de obras, el IPALaR viene desarrollando una tarea desde el mes de Febrero, que debió realizarse al menos en una década.Reconoció Gracia que por distintas circunstancias las quejas de los vecinos pueden tener asidero, pero "tampoco nadie les recuerda que antes que el IPALaR tomara el servicio tenían agua entre cuatro y cinco horas por día". El funcionario pidió "no jugar con el reclamo de la gente. Nosotros buscamos soluciones, invertimos y somos un organismo que está permanentemente buscando soluciones. La gente quiere agua y es comprensible el reclamo. No le interesa la falta de lluvias, las bombas que salen de servicio por problemas de energía y todos los imponderables, pero jugar con eso para obtener réditos políticos es poco ético y hasta detestable para quienes son parte de una realidad de abandono generalizado donde nadie hizo nada por darle soluciones cuando era necesario y que hoy tratamos de revertir".
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