Buscando consolidar el uso y la conservación de un recurso biológico estratégico de los argentinos, se realizó en Córdoba la Primera Reunión Nacional del Algarrobo del 15 al 16 de noviembre de 2012. El enfoque de la reunión fue establecer criterios técnicos y políticas para consolidar el uso y la conservación de los recursos genéticos de esta noble especie. “Es posible utilizar al algarrobo como herramienta para el desarrollo social y productivo y como componente estratégico para la sustentabilidad ambiental, con un especial énfasis en la región del Parque Chaqueño”, se discutió en la reunión. En La Rioja, los algarrobos (Prosopis sp) se encuentran distribuidos naturalmente en amplias zonas y algunos han sido señalados como adecuados para mejorar las condiciones ambientales, así como para aportar frutos, leña y madera, mediante la forestación o reforestación de áreas sujetas a erosión. Los algarrobos constituyen un recurso multipropósito importante por su utilización en el mejoramiento de la vida rural así como un elemento estabilizador de áreas alteradas. Su inclusión en sistemas agroforestales y silvopastoriles favorece la conservación del ambiente y la diversificación de actividades productivas reduciendo el riesgo de pérdidas económicas. Una integrante del CRILAR, la ingeniera María Magdalena Brizuela participó de la reunión, junto con otros investigadores, R. A. Palacios y A. D. Burghardt, presentando su trabajo sobre “El complejo Prosopis juliflora–Prosopis pallida. Evidencias morfológicas para delimitar especies involucradas”. Estas dos especies de algarrobo, Prosopis juliflora y Prosopis pallida, no crecen en La Rioja pero presentan características similares a los algarrobos blanco y negro, Prosopis chilensis y Prosopis flexuosa, sí presentes en nuestra provincia. El objetivo del trabajo de Magdalena y colaboradores fue reportar evidencias que permiten aclarar la delimitación de las especies involucradas. La importancia de este estudio radica en el hecho de que existe confusión en la delimitación de P. juliflora, a tal punto que se generó el “complejo P. juliflora-P. pallida”. Se informó que “la introducción en La Rioja de materiales mal determinados de Prosopis ha generado su dispersión como maleza difícil de erradicar en algunos lugares. Por lo tanto, y dado que los estudios taxonómicos proveen de un invalorable sistema de referencia, es imprescindible para generar planes de forestación u otro tipo de utilización de este recurso genético, la correcta identificación de las especies y el conocimiento de todas sus potencialidades”. Se consideró asimismo que “la interacción de productores o recolectores de algarrobos junto con los investigadores genera un equipo invalorable a la hora de seleccionar materiales para su forestación o reforestación”.
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