La directora del Paseo Cultural “Castro Barros”, licenciada Silvia Quinteros Elías hizo público un informe acerca de los hechos acaecidos en torno a las actividades de dicho centro. En el documento, donde lamenta la innumerable cantidad de actividades culturales que fueron suspendidas desde el inicio de la protesta, sostiene que “no está en mi ánimo ni en mi espíritu alimentar polémica alguna, ni cuestionar las razones esgrimidas en la protesta. Sí quiero llamar a la reflexión acerca de las consecuencias de la metodología elegida, habida cuenta de la inmensa cantidad de damnificados que la misma acarrea” y asegura que “la innegable y notoria participación popular, ha legitimado este lugar como un Centro Cultural”. El escrito difundido hoy expresa:
Cabe aclarar en primer término que no pretendo poner en tela de juicio las motivaciones que llevaron a la concreción de la protesta que originó el acampe en el frente del paseo cultural, sino exponer con claridad las consecuencias que acarrea el mismo, dejando en claro que no comparto la metodología de protesta elegida, habida cuenta de los hechos que detallo a continuación.
Desde el inicio de la medida, las actividades del paseo debieron ser suspendidas coartándose la libertad del resto de los habitantes de la provincia a usar y disfrutar de un espacio público que se ha destacado por su absoluta apertura. Han de existir muy pocas instituciones públicas o privadas que no hayan solicitado su uso, llevado a cabo el mismo a través de innumerables actividades, participado en otras, en fin. Consta en nuestros archivos un número muy significativo de notas de pedido que así lo atestiguan.
Quisiera recalcar que este uso gratuito, abierto y popular, legitima la existencia del paseo cultural. Si así no fuera, no se podría explicar el paso de miles y miles de riojanos por sus espacios, la realización de los principales eventos sociales de La Rioja en los mismos y la incesante llegada de nuevos pedidos para su uso a futuro. Sería imposible enumerar la totalidad de las actividades que en él se han llevado a cabo; desde capacitaciones docentes hasta cursos para pequeños productores pasando por idénticos eventos dedicados a sectores de la salud, vecinalistas, gremiales, políticas, religiosas, artísticas etc. Toda la gama de expresiones culturales en el más profundo y acabado sentido del término, han tenido por escenario este lugar. Dando vida permanente a un espacio donde muy pocos y contados días al año, no hay al menos una actividad social. Tal es el nivel de uso que los riojanos le dan a Su paseo cultural.
Desde el inicio del acampe, estos riojanos se ven privados de este derecho. Hemos debido suspender actividades tales como: Jornadas de Género y Derecho; Agricultura Familiar (con participación y capacitación planteada para productores del interior); Grupos de reflexión y ayuda terapéutica a enfermos de diversas y graves dolencias; Encuentro de Estudiantes de Educación Superior; Lanzamiento del programa “Vale la Pena 2014”; Ciclo de cine debate; Show de teatro performances y artes audiovisuales; Foro de Medios del Colegio Manuel Belgrano; Capacitación sobre Liderazgo y Conducción de Equipos de Trabajo; Curso de entrenamiento en Trainning y Alto Rendimiento; Presentación del libro “Historia de la Instituciones Deportivas; Campeonato escolar de ajedrez; Instancia Inter-escolar de la escuela Telechea; Disertación sobre “derechos y Obligaciones del Trabajador; además de los ensayos de grupos artísticos estables, el dictado de clases de robótica, talleres de danza e innumerables actividades institucionales estatales que no pudieron llevarse a cabo.
Creo que no hace falta aclarar que tanto los organizadores como los destinatarios de estos eventos son las verdaderas víctimas de una metodología que no parece detenerse a respetar el derecho ajeno, imponiendo su accionar sin importarle en absoluto quienes ni cuántos resulten perjudicados. No puedo dejar de mencionar a las empresas que cubren los espacios dedicados a la rama gastronómica y de esparcimiento que existen en el paseo. La merma de su actividad comercial ha sido tan significativa que, de prolongarse estas medidas, sus numerosos empleados serán los próximos damnificados, con el peligro latente de la consiguiente pérdida de sus fuentes de trabajo. Sin cuestionar las razones que motivan la protesta y su consiguiente metodología, me animo a explicitar que nunca serán un justificativo válido para acabar con el sustento de uno solo de esos compañeros.
Si a esto le sumamos el hostigamiento y agresiones verbales a clientes y propietarios, estamos frente a un verdadero acto de intolerancia. Esto último se ha traducido en una acción hostil que atenta claramente contra la libertad de trabajo de una cantidad muy importante de ciudadanos. Ni hablar de los comerciantes de la zona. Los mismos padecen de igual manera las consecuencias de este atropello sin que sus derechos sean respetados, ni exista la mínima posibilidad que nadie los pueda reparar a futuro. Las pérdidas en ese sentido son inmensas e irrecuperables. Durante la Semana Santa, el espacio no pudo ofrecer ninguna alternativa a los turistas visitantes. El caos vehicular diario causado en el micro centro es motivo de incesantes quejas por parte de todos los vecinos. Las actividades programadas continúan siendo suspendidas día tras día. Se ha generado un acampe sin prever las mínimas cuestiones de índole sanitario acarreándole problemas a los frentistas de la cuadra. Se han labrado actas municipales de infracción por acumulación de basura y suciedad que los multados jamás generaron, por ejemplo.
Párrafo aparte merecen las declaraciones acerca de la real disponibilidad de espacios dentro del paseo cultural para el dictado de clases. El número esgrimido solo sería posible desmantelando el centro cultural. Asumo que ese no es el deseo de la inmensa mayoría de riojanos que hacen uso permanente del mismo. No está en mi ánimo ni en mi espíritu alimentar polémica alguna, ni cuestionar las razones esgrimidas en la protesta. Si quiero llamar a la reflexión acerca de las consecuencias de la metodología elegida, habida cuenta de la inmensa cantidad de damnificados que la misma acarrea. Insisto en que la innegable y notoria participación popular, ha legitimado este lugar como un Centro Cultural.
Es nuestro deber velar por su integridad y buen uso. A ello dedico mi esfuerzo cotidiano, acompañada de un excelente grupo de trabajo, hacia el cual solo tengo palabras de agradecimiento por su entrega y eficiencia. Nuestra función ha sido gerenciar este espacio en base a una concepción del espacio abierta y pluralista. Hoy, por las causas ya expuestas, no podemos cumplir con esta premisa, causándonos hondo pesar en la medida que somos absolutamente conscientes de los daños diversos que se están produciendo.
Llamo a la reflexión y la búsqueda de nuevos caminos en pos del bien común.
PD: me permito por último invitarlos a visitar nuestro blog www.paseoculturalcastrobarros.blogspot.com.ar donde podrán corroborar a través de nuestros registros el nivel de participación popular que hoy se ve lamentablemente impedido.
Lic. Silvia QUINTERO ELIAS
Directora Paseo Cultural “Castro Barros”
No hay comentarios:
Publicar un comentario