Cada tercer domingo de agosto, la feligresía riojana celebra las fiestas patronales de invierno del santo patrono San Blas. Con renovada fe y esperanza, la comunidad vivió hoy la festividad religiosa. De la ceremonia participó el vicegobernador y electo gobernador Sergio Casas quien bregó para que a través de la intersección de San Blas, “nos alimente la fe, la esperanza y nos marque el camino a recorrer a todos como miembros de la comunidad, autoridades y personas de fe”. Pese a la jornada fría de este domingo, la comunidad feligresa vivió con profunda fe y esperanza las fiestas patronales de invierno de su santo patrono San Blas. El sacerdote Fredy Vilchez tuvo a su cargo el oficio religioso y la tradicional bendición de las gargantas. También se realizó la procesión con el santo Patrono por las calles adyacentes a la Capilla. Cabe señalar que San Blas es el santo protector de las gargantas. De la ceremonia, tomó parte el vicegobernador y gobernador electo Sergio Casas que estuvo acompañado por el intendente y electo diputado Antonio Sotomayor, el diputado Gerardo Moreno, demás autoridades departamentales. Además, estuvieron presentes la diputada nacional Griselda Herrera, el ministro de Educación Walter Flores y el secretario de Prensa y Difusión Luis Solorza. El sacerdote Fredy Vilchez manifestó su profunda alegría por la participación de la comunidad feligresa, de promesantes y devotos de San Blas. Destacó que se celebran dos fiestas al año, la primera el 3 de febrero que tiene una concurrencia mayor de toda la provincia y la segunda que es la fiesta de invierno que se realiza el tercer domingo de agosto. El cura párroco resaltó la ceremonia de bendición de las gargantas que se realiza en cada festividad y explicó que “es el santo patrono de las gargantas porque tuvo muchos milagros de liberar de enfermedades en las gargantas”. El vicegobernador y electo gobernador Sergio Casas se mostró emocionado de participar de la festividad religiosa de invierno y de compartir con la comunidad sauceña de la ceremonia. “Es un día de reflexión y para alimentar la fe y la esperanza. Nos sirve como comunidad para rezar por nuestros hermanos, por la paz y para que nos haga crecer en cada uno la fe y la esperanza y nos de la fortaleza a través de la intersección de nuestro Santo ante el Señor, para que nos marque el camino y podamos seguir en la vida creciendo como miembros de la comunidad, como hombres y mujeres de nuestro pueblo y a nosotros como autoridades electas”, imploró. Asimismo, consideró que la fiesta de invierno “es un día para compartir, para alimentar la fraternidad, la solidaridad y rezar por la paz y la armonía para que podamos crecer como hermanos”.
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