lunes, 2 de noviembre de 2015

IMPONENTE OBRA HIDROELÉCTRICA DEL RÍO BLANCO.

Durante el anuncio de la adjudicación del proyecto ejecutivo para la obra del río Blanco, el director General de Cuencas Hídricas de Ipalar, Juan Andrade, brindó detalles técnicos desde el inicio del proceso de estudio. Este proyecto permitirá a la provincia tener una obra que contemplará básicamente tres grandes módulos, que son la obra de toma, una conducción donde estarán las turbinas, y una obra de embalse al final –en la localidad de Guandacol–, donde se podrá ampliar una superficie de 5.000 hectáreas de riego. La obra tendrá un impacto energético que posibilitará generar 50 MW de potencia, es decir un tercio de lo que actualmente necesita la provincia. El técnico de Ipalar explicó que “se trata de un proyecto ambicioso y único en su tipo, es así que las autoridades del Secretaría de Energía de la Nación consideran que rompe los paradigmas porque siempre se habló de grandes caudales y poco saltos, pero cuando completamos la información nos dieron su apoyo y nos dijeron que sería una obra emblemática para el país”. En este contexto Andrade detalló que se comenzó a fines del 2013 cuando el gobernador encomendó comenzar a hablar y romper con el mito del río Blanco porque había muchas versiones, entonces se iniciaron los primeros trabajaron geofísicos para determinar cuáles eran las características de la cuenca porque había un caudal superficial muy poco estudiado y otro caudal desconocido, es así que tras los estudios se determinaron los espesores aluviales, reservorios, que podían ser los grandes contenedores de agua subterránea, y tras esto se dio el visto bueno para realizar las perforaciones. Luego en el año 2014, se abocó al trabajó en campo, durante 45 días el personal estuvo en la cordillera afrontando el frio y la altura. Durante esta etapa trabajaron geólogos, ingenieros, topógrafos, maquinistas, perforadores, enfermeros, cocineros, es decir un equipo de profesionales que se desempeñó a 500 km. de la ciudad Capital. En referencia a esto, Andrade precisó que “concluidas esas tareas trajimos todo el material que constataba los modelos que se habían hecho en el inicio del proyecto”. Mediante el ensayo de bombeo se determinó las características hidráulicas, tanto del río Blanco como del río Salado, el lugar donde se trabajó es la zona que se conoce como “Pucha-Pucha” y donde concluyen estos dos ríos, en la zona Oeste cerca de la cordillera con Chile. Además el camino tiene varios afluentes, por lo que ésta es la zona más factible para hacer una obra de toma. En este sentido Andrade explicó que “tras los estudios en la zona, se hicieron los análisis de toma que se conduciría por un acueducto de 170 km, en esta tenemos que salvar una zona complicada, un desnivel donde la opción principal es que se debería hacer un túnel de 12 km, sería por ahora una complicación pero confiamos en los profesionales que trabajarán”. Luego de esta etapa viene la caída en los últimos 6 km y allí se colocarían las seis turbinas, “todo esto lo hablamos en términos potencial porque es el pre proyecto que presentamos por la Provincia, ahora será la investigación final que contendrá toda la explicación de ingeniería para llegar así a la licitación de la obra”, agregó. Por último anticipó que se pretende en el final de la obra, en la zona de Guandacol, habría un embalse regulador para mezclar las aguas porque el agua del río Blanco es inútil para el consumo y la aprovecharíamos para el riego de cultivos selectivo de sorbo o remolacha azucarera.

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