La crisis financiera que ha puesto en vilo al mundo está sintiéndose ya en la Argentina, aunque el gobierno de Cristina Kirchner intente disimularlo y las administraciones provinciales se muestren optimistas, en público. Lo cierto es que la mayoría de las cajas de los gobiernos de distrito están empezando a vaciarse y, lo que es peor, las previsiones son alarmantes. En el caso de La Rioja, fuentes del Ejecutivo advirtieron que la recaudación nacional -especialmente en lo concerniente al "pozo" que se reparte con las provincias- tiene un pronóstico desalentador y seguirá cayendo. En lo que va del verano, por ese concepto, La Rioja ya recibió unos 20 millones de pesos menos que en igual período del año pasado. Además, en el gobierno local manejan como dato preocupante la posibilidad de que la Nación frene o demore el envío de partidas mensuales por la asistencia extracoparticipación, que este año sumará unos 400 millones de pesos adicionales. Con ese panorama, lejos de prever un incremento salarial como reclaman los gremios estatales, el gobierno está preparando un fuerte ajuste en el gasto corriente que, en la práctica, ya está impactando desde que comenzó el verano. Varios "jefes" y responsables de distintos organismos estatales se quejan porque tienen su actividad literalmente "frenada" por la escasez de recursos para atender el funcionamiento de programas y planes, especialmente los de carácter social. Aunque exista un colchón financiero importante que Beder Herera atesora en la caja provincial, el gobierno se niega a admitir en público la existencia de esas reservas, porque piensa usarlas para asegurar el pago de los salarios, especialmente si el flujo de recursos nacionales sigue llegando con escasez e intermitencias. La situación está provocando malestar no solo en los contratistas de servicios estatales, sino también en los mismos funcionarios del Ejecutivo, afectados por el recorte. "Sin fondos para solventar los programas y acciones que tenemos previstos no se puede trabajar, ni tampoco nos pueden pedir eficiencia ni calidad institucional", se quejó "en off", un alto funcionario del gobierno. Así las cosas, en varios Ministerios y en distintas reparticiones -tanto en Casa de Gobierno como en el Centro Administrativo- se puede constatar una marcada inactividad oficial, que ya no se deriva solamente de la habitual pausa veraniega. Un parate peligroso porque en esta provincia, si el Estado se frena, la mayoría pasa de largo.
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