jueves, 17 de diciembre de 2009

CAEN LOS DESPACHOS DE VINO EN EL AÑO 2009.

A pocos días de dar el primero, el INV ya definió que para la Vendimia 2010 trabajará con dos pronósticos de cosecha y un tercero a principios de marzo, a modo de ajuste final de los números si el impacto de las condiciones climáticas así lo exijen. Cambios que coinciden con la confirmación de que a octubre de 2009 se registra una caída acumulada del 3% en los despachos de vino al mercado interno en comparación con el 2008. Una baja en la demanda que no alcanza a atenuar la escasez de vinos en general con falta de tintos en particular. Situación que presiona sobre los precios y acentúa la pérdida de mercado. El 30 de diciembre, el INV dará a conocer las cifras iniciales de lo que puede esperarse de la Vendimia 2010. Pero, con la experiencia de éste año a cuestas, cuando sobre todo los productores del Este cuestionaron abiertamente las cifras de los pronósticos por considerar que en realidad habían sufrido pérdidas mayores a las reconocidas, ésta vez se decidió implementar una corrección definitiva sólo para San Juan y la zona Este. De ser necesario, este nuevo tercer informe se difundirá no más allá de la primer semana de marzo."El año pasado tomamos algunos datos menos y eso influyó, y además hubo fuertes presiones para que se dieran a conocer", señaló el presidente del INV, Guillermo García, a modo de explicación del cambio aplicado. Pero, sea cual fuere la proyección que de el INV el penúltimo día del año, el tema sensible sigue siendo el actual faltante de vino en el mercado que, agudizado en los últimos meses, se percibe más con los números a la vista. En octubre los despachos totalizaron 966.420 hectólitros, 3,3% menos que en setiembre, y un porcentaje similar si se compara el acumulado anual con igual período de 2008, con un saldo exportador que se retrajo mucho más (-36,7%y -30,7% interanual, en el mes y el acumulado, de la mano de la mala performance de los vinos a granel). La tendencia muestra altibajos, ya que mientras en agosto la salida total fue de casi 943 mil hectólitros, setiembre había arrojado poco más de 979 mil. Para García, quien relativizó los índices al referirse a un "amesetamiento" de la demanda, "hay que esperar, porque hemos tenido un aumento importante de precios en góndola que igualmente es inferior a los de traslado y no sabemos cómo se va a comportar el consumidor. Los despachos están dos meses adelante del consumo". Precisamente, esos dos meses son la retracción que apunta el INV en las existencias vínicas dadas las circunstancias, llámese retención de volúmenes (unos 2 millones no llegan a los comercios es la estimación oficial) para tonificar los precios, o simplemente por faltantes. Así, de los poco más de cuatro meses proyectados para junio de 2010, los stocks quedarían reducidos a la mitad, y a casi nada en el caso de los tintos. Viéndolo desde los precios, el vino "fue más negocio que el oro", evaluó García. "Lo bueno es que, todo lo elaborado se va a terminar de vender a fin de año. El que ahorró con el oro ganó 35%, pero felizmente hubo gente que ahorró en vino y ganó hasta un 130%". También por estos precios es que se importaron 10 millones de litros de vino chileno, admitió García. En la zona Este algunos productores coinciden en que la información sobre las pérdidas distorsionó el mercado. Pero también en un sinceramiento de precios, ya que la uva tinta pasó de $ 0,80 a $ 2. Tal vez, sea este el único acuerdo de los productores del Este con García. "No hubo retención de volúmenes, se fue vendiendo según las necesidades. El aumento en el precio del vino de traslado se debió a la falta de stocks, y lo que se importó desde Chile no impactó porque era un producto de inferior calidad", comentó Ernesto Villasante, un pequeño productor - elaborador de San Martín, quien añadió que "en realidad todo se debió a la muy mala información dada en el pronóstico, un verdadero desastre. Insistíamos en que había mucha menos uva, hasta que el INV terminó admitiéndolo". Con esa experiencia a cuestas, algunos ya arriesgan para la temporada que se inicia una merma de entre un 10 a 15%. Baja que sumada al escaso stock vínico refuerzas los temores sobre una escalada de precios con pérdida de mercado.

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