Durante 2009, el Gasto Público Provincial totalizaría $173.495 millones, incrementándose un 19.5% respecto al registro de 2008.Las erogaciones corrientes representarían el 86% del total ($149.153 millones), en tanto que los gastos de capital totalizarían $24.342 millones (14% del total). Cerca del 55% de la expansión de las erogaciones sería impulsada por el gasto en personal, el cual se ubicaría en torno a los $89.400 millones, concentrando 7.7 puntos del producto bruto nacional. En términos nominales, la tasa de incremento de la partida fue del 21% respecto a lo ejecutado en 2008, reduciéndose al 4.2% si se deflacta por el crecimiento del nivel general de precios. Por su parte, en valores absolutos implicó una erogación adicional de $15.515 millones (1.3% del PIB), pasando a concentrar el 52.4% del gasto primario subnacional, casi 1 punto por encima de la participación observada en 2008. A diciembre de 2009, el gasto en personal representaría un 64.4% de los ingresos corrientes netos de las transferencias por coparticipación a municipios (“de libre disponibilidad”), el porcentaje más elevado desde 2001/2002. Un ratio cada vez más elevado limita la capacidad de continuar recomponiendo los salarios de los agentes públicos o de desviar recursos hacia otras áreas esenciales de la administración pública, como la inversión en obras de infraestructura social (viviendas, agua potable, etc.), o el financiamiento de planes de asistencia social focalizados en los sectores más desfavorecidos de la sociedad. En otras palabras, reduce los grados de libertad de las administraciones provinciales para llevar adelante sus proyectos de gobierno, viéndose limitados a focalizar el gasto en “mantener funcionando a la provincia”. Al respecto, cabe señalar que ya desde mediados de este ejercicio una buena parte de las provincias (y municipios) han presentado dificultades para afrontar en tiempo y forma el pago de los salarios y aguinaldos de los agentes públicos. Como punto a destacar, se observa que este escenario tiene lugar en un año en el cual las políticas de aumentos salariales se desaceleraron fuertemente respecto a ejercicios anteriores en la mayoría de las provincias. En efecto, del crecimiento global del 21%, casi 11 puntos provienen del impacto de la anualización de los incrementos otorgados en 2008, de modo que los aumentos en 2009 se habrían ubicado por debajo de los 2 dígitos en promedio, si se tiene en cuenta que las actualizaciones por antigüedad y por escalafón tienen un impacto de entre 1 y 2 puntos porcentuales. La contrapartida lógica de esto es el crecimiento sostenido del gasto en personal provincial como proporción del producto bruto. Como se observa, en 2009 esta partida concentraría casi un 8% del PIB, incrementándose en 2.6 puntos desde 2003 e incluso superando ya la participación alcanzada en la última crisis (7%).
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