Hay consenso entre los economistas: la recuperación se concentrará en los sectores que no ofrecerán empleo a los menos favorecidos. La política tributaria y de tarifas tampoco ayuda. La débil mejora de la distribución del ingreso que acompañó las gestiones kirchneristas como resultado del rebote de la crisis de 2001 se terminó en 2008, y los especialistas coinciden en que se mantendrá estancada durante el año que viene, al menos. El motivo es que, a pesar del crecimiento de entre 2,5 y 5 puntos del PBI que estiman las consultoras para 2010, la mejoría no llegará a los trabajadores menos pudientes porque los sectores que liderarán la economía durante la salida de la crisis financiera internacional y la recesión interna serán los más productivos y concentrados, es decir, los que emplean al personal más calificado y con mayores ingresos. Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia, en el año 2003, el 10% más rico de la población se apropiaba del 39,3% del ingreso, casi 54 veces más que el 10% más pobre, que apenas percibía el 0,7 por ciento. Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) hecha pública semanas atrás por el INDEC, luego de dos años de interrupción de su publicación, ese era el panorama distributivo en el tercer trimestre del primer año de gestión K. Desde entonces, impulsadas por el rebote económico posterior a la crisis de 2001 y el viento de cola que supuso el boom de los precios de las commodities, la brecha se fue achicando, aunque no logró mejorar el reparto de la torta de la década pasada, uno de los más injustos de la historia. El punto cúlmine durante el proceso K llegó en el último trimestre de 2008, cuando la diferencia de ingresos entre los hogares más ricos y más pobres cayó a 23,6 veces. Fue el trimestre en que los estragos del conflicto por las retenciones móviles y la crisis financiera internacional hicieran mella en el panorama social. A partir de ese momento, la tendencia hacia una distribución más progresiva del ingreso se transformó en un amesetamiento que llega hasta hoy y se proyecta a buena parte del año próximo, al menos. Entre los especialistas hay quienes, incluso, temen que se instale una nueva tendencia hacia una distribución regresiva del ingreso. Meseta o caída. “En el segundo semestre de 2008 se estancó la mejora en la distribución del ingreso que veníamos viendo desde la salida de la crisis de 2001”, afirmó Jorge Colina, economista e investigador de IDESA. En ese momento, las turbulencias financieras internacionales no golpearon sólo a los exportadores de commodities y la gran industria metalmecánica, sino al nivel de actividad en general y con él al trabajo informal del que dependen los sectores de más bajos ingresos, desde la “changa” hasta las pequeñas pymes industriales. Para Agustín Salvia, investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la brecha entre ricos y pobres creció en el mismo período. “Más allá de lo que muestran los datos de la EPH, que hablan de ingresos 26 veces más altos en el decil más rico que en el decil más pobre, los últimos cambios metodológicos introducidos por el INDEC tienden a amortiguar las brechas”, argumentó. “Con la anterior metodología la brecha sería aun mayor; aumentó la diferencia en capacidad de consumo, acceso a obras sociales, ingreso, etc.”, subrayó. La coincidencia entre los economistas consultados por este diario es que en materia distributiva, el 2010 no traerá progresos, porque los sectores más relegados quedarán afuera de la salida de la crisis. “La recuperación económica del año que viene va a traer un crecimiento del empleo, pero para que eso haga variar la distribución del ingreso se necesita que el nivel de empleo crezca un 3% y no veo que eso vaya a suceder”, comentó Ernesto Kritz, de SEL Consultores. “La brecha entre el ingreso de los trabajadores amparados por convenios colectivos y el de los informales no parece que vaya a disminuir”, agregó. Existe un consenso entre los analistas que indica que la recuperación en 2010 vendrá de la mano, principalmente, del sector agroexpotador y las industrias automotriz y metalmecánica. Se trata de los sectores más concentrados, que a su vez emplean personal bajo convenios colectivos. “La tendencia hacia una peor distribución del ingreso va a continuar el año que viene porque los sectores económicos que lideran la salida no son los que generan empleo entre los hogares más pobres, sino que más bien recurre a empleados calificados”, sostuvo Salvia. Para Colina, a estos factores se suman las políticas del Gobierno, que entorpecen el crecimiento. “Subsidios mal orientados, impuestos distorsivos que castigan la producción y el rol del Estado en general hacen que el viento de cola se vea contrarrestado”, señaló.
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