La promoción industrial que hace más de treinta años que beneficia a las provincias vecinas de San Luis, San Juan, La Rioja y Catamarca, provocó en este tiempo grandes pérdidas en la producción agroindustrial mendocina, que llegaron a 80% en la olivicultura y entre un 30% y un 40% en el tomate, además de afectar, sobre todo cualitativamente, al ajo. El caso del olivo es paradigmático ya que Mendoza, de ser la primera productora y exportadora del país, pasó al cuarto lugar hace ya algunos años, detrás de Catamarca, La Rioja y San Juan. Y mientras en ese período la industria olivícola mendocina creció “sólo un 10%”, la de las provincias con promoción se incrementó “entre un 500% y un 600%”, según lo señalado por el presidente del Comité Olivícola de Mendoza (COM), Rodolfo Vargas Arizu. Algunos datos sobre los campos cultivados permiten entender con más claridad estas marcadas diferencias. En San Juan, de 6 mil hectáreas cultivadas hace 15 años, hoy hay casi 40 mil. Y en La Rioja, que hoy ostenta la mayor cantidad de olivares, con 41 mil hectáreas, sólo mostraba 2 mil hectáreas cuando no tenía promoción. En ese mismo lapso, Mendoza pasó de 13.700 hectáreas a sólo 17 mil, lo que demuestra su pobre perfil expansivo. Una de las características principales de los beneficios que suelen tener las provincias con promoción industrial es el diferimiento impositivo que releva a las empresas que decidan instalarse en esas regiones, del pago de algunas tasas, como por ejemplo el IVA. Para Vargas Arizu, esa medida, que ha sido revalidada por sucesivos gobiernos, “fue la perdición” para la industria olivícola de mendocina. Para ejemplificar esta situación, el empresario explicó que en el mercado interno, “todas las marcas mendocinas prácticamente desaparecieron”, porque en esta provincia, al tener que pagar el IVA, los precios se encarecen y, lógicamente, los consumidores se inclinan por aquellas marcas “de menor precio, que son las que provienen de aquellas zonas promovidas”. Si bien en cuestiones numéricas no existen datos y la provincia ha seguido manteniendo el liderazgo nacional, con el 75% de la producción y el empaque, la promoción industrial también perjudicó a la actividad ajera mendocina. Según José Luis Burba, especialista en esta hortaliza del Inta de La Consulta, San Carlos, la medida provocó “que gente no profesional se dedicara al ajo y se produjeran bulbos de muy baja calidad”. Eso provocó que se atentara contra Mendoza, “que siempre se caracterizó por tener excelencia en la producción”. La industrialización del tomate, otra actividad en la que Mendoza es líder, se vio afectada en un “30% o 40% por la promoción industrial”. Así lo indicó a Ciudadano el empresario Mariano Santos, elaborador de tomates triturados y presidente de la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim). Según Santos, el diferimiento afectó “terriblemente” a la provincia y benefició, una vez más, a San Luis. “Prácticamente se paró la industria del tomate en Mendoza”, señaló el industrial. La posible reasignación de cupos para empresas que trabajen en provincias con promoción industrial será “espantosa” para Mendoza, según las palabras del empresario olivícola Rodolfo Vargas Arizu. El presupuesto 2010 faculta, en su artículo 33, al poder Ejecutivo para “enmendar errores materiales e incluir proyectos no industriales que fueron objeto de reasignaciones de costos fiscales o de reformulaciones” en las leyes de promoción industrial vigentes. La norma fue incluso criticada por el vicegobernador de Mendoza, Cristian Racconto, quien en una carta instó a los senadores nacionales que representan a su provincia a votar en contra de la ley y para que hagan “el esfuerzo necesario para que Mendoza no quede fuera del plato”. Por su lado, el ministro de Producción mendocino, Raúl Mercau, entiende que “no se trataría de una ampliación de la promoción sino la solución de algunos aspectos materiales o errores en el otorgamiento de certificados anteriores”, según dijo en declaraciones radiales. Fue en 1973 cuando, desde el Ejecutivo nacional, comenzaron a tomarse medidas promotoras para zonas con bajo desarrollo industrial y fue San Luis la primera en recibir los beneficios, lo que le valió generar un amplio parque industrial. En los 90, luego de que el gobierno de Carlos Menem corroborara la estabilidad económica del país, tras un arranque que implicó su postergación, volvieron las medidas con más fuerza y grandes beneficios para San Juan, La Rioja y Catamarca, en desmedro de una Mendoza que era considerada como “una isla” frente a las otras provincias, por un supuesto bienestar económico irreal. Lo cierto es que desde hace más de treinta años Mendoza dice que se ve perjudicada por estas iniciativas de la administración central. Vargas Arizu sostuvo que “se peleó junto a todos los gobernadores” en contra de esta promoción, por lo que “una reasignación de cupos será peor para la provincia”. Y lamentó que en esta oportunidad los legisladores mendocinos “hayan votado en contra de Mendoza”.
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