Según un informe de la ONG Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen, en La Rioja hay 14 pueblos que corren riesgo de desaparecer y en la mayoría de los casos, el problema radica en la falta de desarrollo y la inevitable emigración hacia los centros urbanos. Ante ello, el Ejecutivo busca generar proyectos que obtengan financiamiento nacional y se orienten a actividades principalmente de economía rural con ingreso genuino. Alrededor de 600 pueblos del territorio argentino en los que viven unas 260 mil personas corren serios riesgos de desaparecer, según informó recientemente la ONG Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen (RESPONDE) que trabaja para recuperarlos mediante iniciativas económicas y de promoción. En lo que se refiere específicamente a La Rioja suman catorce las poblaciones en riesgo, de las cuales cuatro no figuran en los listados del Indec. Asimismo, otras poblaciones aparecen también en el listado, aunque éstas no aparecen aún en el grupo de riesgo. En Argentina existen 602 pueblos de menos de 2.000 habitantes en riesgo de de-saparecer; de ellos, 124 casi no crecieron en diez años y 90 ya ni siquiera se incluyen en el censo nacional. Representan el 40 por ciento de los poblados rurales y allí, según datos del Indec, viven 268.920 personas. “En siete años de trabajo nos dimos cuenta de que es posible quebrar el olvido y el aislamiento sin grandes inversiones o subsidios millonarios. Basta con creatividad, organización, capacitación y ganas de la gente, más el apoyo de algunas empresas”, contó Marcela Benítez, creadora de RESPONDE, asociación civil sin fines de lucro que publicó el estudio “Poblados en Vías de Desaparición en la República Argentina” hecho para el Conicet, por la propia Benítez. “Son pueblos que están muriéndose, con su historia colectiva se va la memoria individual de muchas personas, naufragan proyectos y se pierde presencia territorial” se clarifica en el estudio de esta ONG que desarrolla programas para devolverles la vida con iniciativas que reactiven el desarrollo y desalienten la emigración hacia centros urbanos. RESPONDE marca algunas características particulares que se repiten y aparecen como denominadores comunes entre aquellas localidades que con el paso del tiempo se van convirtiendo en verdaderos “pueblos fantasmas”. Algunos de estos puntos que se remarcan con insistencia son: finalización de la principal actividad económica que le dio vida; cierre de estaciones de ferrocarril; aislamiento ocasionado por el trazado de rutas pavimentadas alejadas de los antiguos caminos de tierra; falta de inversión en mejoramiento de rutas existentes; disminución de los montos de población de cada una de las comunidades involucradas, reflejadas en cada censo; debilitamiento de su infraestructura de servicios con motivo del achicamiento del pueblo; falta de transportes públicos que permitan el traslado de la población existente; falta de inversión por parte del Estado en educación formal e informal; falta de fuentes de trabajo; imposibilidad de acceder a la información y a las oportunidades en general. En cada lugar, RESPONDE comienza su trabajo creando un centro educativo y cultural. “Es lo que más motiva a la gente: incluye biblioteca y un museo con la historia local”. Pero la clave es “devolverles la comunicación”, aseguran desde la organización. En Ñorquin-co, Río Negro, por ejemplo, se logró quebrar ese aislamiento con Internet satelital. “A través de ella, 35 adultos se preparan en lenguas y matemáticas para empezar el bachillerato en diciembre”, asegura la fundadora de RESPONDE, al mismo tiempo que se entusiasma por la magnitud del logro: ahí no había secundario. Otro programa pasa por identificar qué tiene cada pueblo y hacer una propuesta económica. La capacitación en turismo y el aprovechamiento de atractivos arqueológicos fue la fórmula para Andalgalá, en la vecina provincia de Catamarca, un ejemplo muy cercano para los pueblos riojanos. Del listado de pueblos en riesgo, en lo que respecta a La Rioja, se rescatan los siguientes: Villa Mazán en el Departamento Arauco; Polco en Chamical; Colonia Anguinán en Chilecito; Santa Cruz, Angulos, Santo Domingo y Antinaco en el departamento Famatina; Castro Barros en General Belgrano; Colonia Ortiz de Ocampo en General Ocampo; Amaná en Independencia; Mascasín en Rosario Vera Peñaloza; Amuschina y Tuyubil en San Blas de los Sauces y Huaco en Sanagasta. Pero la nómina se completa además con otros pueblos que, si bien no están en riesgo de desaparición, tampoco muestran un crecimiento importante en los últimos años. Es éste el caso de Los Molinos y Santa Vera Cruz en el Departamento Castro Barros; Guanchín, en Chilecito; Plaza Vieja y Bajo Carrizal en Famatina y Estación Mazán, en Arauco. En tanto que hay cuatro pueblos que directamente no figuran dentro del Censo Nacional de Población que realiza el INDEC: Mascasín, Amuschina, Tuyubil y Huaco. En relación a estas poblaciones riojanas en riesgo, desde la ONG RESPONDE se informó que hasta la fecha no hubo contacto o interés para desarrollar algún tipo de proyecto, aunque esto no significa que en el futuro no ocurra. Y en este sentido, desde la institución afirmaron que es absolutamente necesario el compromiso de todos los habitantes de un pueblo para poder llevar adelante un proyecto, convirtiéndose ellos mismos en protagonistas del cambio. Distintos organismos del Estado provincial vienen realizando acciones de manera conjunta para generar actividades productivas, mejorando la calidad de vida y que redunden en el arraigo de las familias en Amaná, distante a unos 77 kilómetros de Patquía, cabecera del departamento Independencia. En la última semana la presencia de técnicos del PRODERNOA (Proyecto de Desarrollo Rural de las provincias del Noroeste Argentino) y del secretario de Agricultura de la provincia, Jorge Ortiz, despertó interés y alentó fuertes expectativas para generar proyectos que obtengan financiamiento nacional y se orienten a actividades principalmente de economía rural con ingreso genuino. Según los pobladores más memoriosos, Amaná quiere decir “ojo de Agua” o “Tierras Altas” o bien proviene de “Cacique Amanao” y destacan que históricamente su mayor actividad estuvo destinada a la explotación minera, entre ellas baritina y florita, como así también arcilla refractaria. En la actualidad viven unas 65 familias que redondean en un pico de 240 habitantes, dedicadas mayoritariamente a laborales rurales, tales como crianza de cabras, pequeñas producciones frutales y además mantienen latente la explotación minera como únicas alternativas que les generen ingresos. Recientemente, el gobernador Beder Herrera instruyó a sus funcionarios para que se orienten un conjunto de acciones que permitan generar actividades productivas para que mejore la calidad de vida de sus habitantes y que redunden en el arraigo de las familias. Una de las obras encaradas a través de la Secretaría del Agua consiste en realizar un acueducto de 18 kilómetros desde El Mollar y posteriormente construir un reservorio que será empleado para uso humano y productivo, teniendo como antecedente uno similar de 6 kilómetros que hiciera una empresa minera desde San Lorenzo hasta Amaná. Técnicos del PRODERNOA (Proyecto de Desarrollo Rural de las provincias del Noroeste Argentino) y el secretario de Agricultura de la provincia, Jorge Ortiz, realizaron una visita que despertó interés y alentó fuertes expectativas para generar proyectos que obtengan financiamiento nacional y se orienten a actividades principalmente de economía rural con ingreso genuino. En el salón comunitario de la Parroquia del Rosario en Amaná, Ortiz encabezó una reunión con pobladores y a la que asistieron el secretario de Gobierno del municipio del departamento Independencia, Ceferino Tobares, el coordinador del PRODERNOA en La Rioja, Raúl Corzo y el equipo técnico de la Secretaría de Agricultura a los que se sumaron Mario Ferrari y Mauricio Anastasio provenientes de la Unidad Nacional de Coordinación del PRODERNOA que depende del Ministerio de Agricultura de la Nación. Ortiz explicó que a partir de la asistencia del PRODERNOA no sólo se alcanzarán a cubrir demandas de orden asistencial crediticio para la producción de la familia rural, sino que permitirá cumplir con un abanico de respuestas sociales. Dijo que ya hay experiencias en plena ejecución a partir de la reciente selección de propuestas y que en breve ya recibirán su asistencia crediticia, en la que se benefician familias rurales de varios departamentos del interior y de Capital. Ortiz alentó a los pobladores a asociarse en grupos de productores o familias ya que de esa manera avanzarán hacia la obtención de recursos genuinos en actividades agrícolas-ganaderas,también, a partir de contar con el agua, se generan huertas para obtener hortalizas, frutales, trabajar la arcilla que es de buena calidad, realizar actividades de panificación, turísticas y producción de artículos regionales como dulces caseros, graficó el funcionario. La localidad de Amaná está distante a unos 77 kilómetros de Patquía, cabecera del departamento Independencia, previo paso por Represa La Punta, albergando una población de aproximadamente unas 65 familias que redondean un total de 240 habitantes dedicados mayoritariamente a laborales rurales. El secretario de Gobierno del municipio, Ceferino Tobares, resumió que “la solución al problema del agua será concretar la obra del acueducto”, que ya está realizándose (un 40 por ciento) y que concluirá en dos meses aproximadamente. Amplió que “esas vertientes tienen la suficiente agua” como para destinarlas al consumo humano y al sector productivo y, además, existe una pendiente de unos 200 metros, lo que potencia las garantías para contar con el líquido elemento y cubrir las expectativas de la población de la zona. El acueducto beneficiará a los pobladores de Represa La Punta, Aguango, La Mesada, El Mollar, La Torre, entre otras. A partir de contar con agua, Tobares estimó que también podrá tomar cuerpo la iniciativa de los pobladores de la zona para “contar con una escuela (de jornada completa) del nivel secundario con orientación rural, ya que en la actualidad la existente sólo llega a cubrir las necesidades de jardín al noveno año”. El funcionario municipal destacó además la política que impulsa el gobernador Luis Beder Herrera en materia de erradicación de ranchos y mejoras habitacionales en la que también está incluida la población de Amaná. Otro de los anhelos que abrigan autoridades y pobladores es orientar las acciones hacia un despegue turístico para vincular Amaná con la Ciudad Perdida (40 a 50 kilómetros), el Parque Nacional Talampaya y con El Chiflón (30 kilómetros). La propuesta difundida por los técnicos nacionales del PRODERNOA Mario Ferrari y Mauricio Anastasio hizo hincapié en que la asistencia será de orientación y confección de proyectos, pero además los créditos son líneas blandas en las que se podrán atender actividades productivas o bien orientar los recursos a servicios complementarios de la producción. Expresaron que la idea pasa por permitirle a las familias rurales, especialmente jóvenes y mujeres, mejorar sus ingresos y que avancen en una alternativa distinta para crecer en su ámbito familiar. Para el presente año están disponibles cerca de 9 millones de pesos, lo que significaría cubrir unos 2.300.000 dólares de los fondos previstos por la Nación para La Rioja, de cuyo total cerca del 50 por ciento es subsidiado a la provincia. El PRODERNOA está orientado a introducir mejoras en la productividad de actividades agropecuarias, agroindustriales y otras actividades económicas rurales no agropecuarias, como así también diversificar las actividades económicas. Propende además a fortalecer la capacidad de autogestión y de organización de los beneficiarios e impulsar mejoras en la gestión empresarial, el desarrollo de negocios y las vinculaciones con los mercados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario