POR EL ALZA DE PRECIOS CAE EN UN 18% EL CONSUMO DE CARNE VACUNA.

La escasez de carne vacuna y la consecuente suba de los precios del principal alimento de los argentinos provocó que en el primer trimestre del año se redujeran una quinta parte tanto el consumo interno como las exportaciones. Cada argentino come ahora 12 kilos menos de carne que en 2009: bajó de 68,5 kilos/habitante/año a 56,2 kilos. El ajuste de la demanda fue del 18%. Los datos surgieron del informe mensual de CICCRA (Cámara de la Industria de la Carne), que precisó que en el primer trimestre de 2010 "el consumo interno recibió 118 mil toneladas menos que en el mismo lapso del año anterior", o el 17,2% menos. Esto coincide con los pronósticos de los expertos, que hablan de un faltante de medio millón de toneladas de carne. Sin que nada ni nadie lograse torcer el rumbo de esta crisis anunciada, todos los indicadores productivos se desplomaron en los primeros meses del año. Según los datos de CICCRA, la faena retrocedió más del 17% y lo mismo pasó con la producción de carne. Esto significa que se ha perdido una de cada cinco vacas que el año pasado entraban al matadero. En cuanto a los precios y respecto de abril de 2009, los valores del novillo en el Mercado de Liniers subieron de $3,30 a 5,80 por kilo vivo, casi 75%. Al consumidor los valores de la carne subieron menos, un 40%. El límite al traslado en la cadena lo constituyó justamente la fuerte caída de la demanda. Hoy las amas de casa esquivan los bifes e incrementaron el consumo de pollo, que ya se encontraría por encima de los 35 kilos anuales por habitante. Pero el consumo interno de carne no fue la única víctima del obligado ajuste. Las exportaciones de carne también retrocedieron algo más del 20% respecto del trimestre enero/marzo de 2009. Fueron de escasas 99.000 toneladas. En marzo el envío de carne al exterior fue de sólo 27.000 toneladas. Hay que remontarse a 2002, en plena crisis de la fiebre aftosa, para encontrar un mes tan malo para el negocio.