sábado, 3 de julio de 2010

LOS RESTOS ENCONTRADOS EN HUACO PERTENECEN A UN NIÑO DE 11 MESES

La Dirección de Patrimonio Cultural dependiente de la Secretaría de Cultura de la Provincia realizó el análisis de la urna con restos óseos encontrada por la familia Romero el pasado 13 de junio en la localidad de Huaco. Se trata de una urna de la denominada Cultura Sanagasta que contenía los huesos de un infante de 11 meses. El domingo 13 de junio en la localidad de Huaco, departamento Sanagasta, la familia Romero se encontraba realizando la colocación de un portón en su terreno, cuando al excavar un pozo de unos 40 cm de profundidad apareció una urna con restos óseos. Cinco días después, la coordinadora de Arqueología de la Secretaría de Cultura, Laura Gachón se presentó en el lugar para realizar el rescate del hallazgo que se encontraba en la casa que la familia Romero tiene en la ciudad capital. No obstante Gachón acompañada por el arqueólogo de la Universidad Nacional de La Rioja, Claudio Revuelta viajaron a Huaco para realizar un relevamiento fotográfico y la georeferencial del lugar del hallazgo. Una vez depositada la urna en el laboratorio de La Coordinación de Arqueología y Paleontología, se procedió al análisis de la misma a cargo del arqueólogo Gabriel Acuña y el técnico Ariel Ormeño, que dio los siguientes resultados: La vasija pertenece a la denominada Cultura Sanagasta, la cual se desarrollo entre el 1000 DC. y el 1400 DC. en el llamado Período Tardío o Desarrollos Regionales. La misma presenta una decoración con los denominados motivos abstractos de líneas, espirales y triángulos; estos están pintados de color negro. En algunos sectores de la vasija se encuentran restos de pintura naranja. En cuanto al estado de conservación la vasija esta fracturada, tiene fragmentos sueltos y algunas partes faltantes, por lo que después de extraer los restos óseos se procedió al remontaje de la misma y a su medición. En cuanto a los huesos rescatados de la urna presentan muy mal estado de conservación, por lo que solo se pudo determinar la edad del infante a partir del análisis de la dentición; que arrojo una edad aproximada de 11 meses. Acuña explicó que esta urna “sirvió de morada final de un infante de aproximadamente 11 meses y que se trató de un entierro secundario, el cuerpo estuvo en otro lugar y solo se depositaron algunos huesos en la urna. Este tipo de tratamiento para enterrar a un difunto no estaba registrado para la cultura Sanagasta por lo que es de suma importancia seguir con estudios de enterratorios para esta época”.

No hay comentarios: