Sin haber arrancado el segundo mandato, la Casa de Gobierno ve un doble discurso en cierta dirigencia que se beneficia por las políticas riojanas. La semana pasada, el Gobernador pasó por la Casa Rosada y le mostraron mensajes de texto y mail por lo que se considera una traición al proyecto nacional y popular por su decisión de impulsar también la reelección de Carlos Menem, aunque se haya hablado previamente con Cristina.Allí además se pone en duda el destino de los recursos nacionales, con el fin de enturbiar la relación de La Rioja con el kirchnerismo, que reconoce Juan Carlos Mazzón, asesor presidencial, y con sus palabras el ministro del Interior, Florencio Randazzo. La Casa de Gobierno los considera “buchones políticos” y por eso, enfriaría su trabajo en pos del objetivo de sus “socios” de instalarse en el Congreso de la Nación o que lleguen solo por diez votos para que se presente que solo fue por un respiro, como ya sucedió en la primaria, ya que Teresita Luna solo le ganó por tres puntos Menem. En Chilecito, el Gobernador lanzó una frase que pone contentos a unos y preocupa a otros, especialmente a los intendentes del interior. En ese marco, enfatizó que "les aseguro que no pienso reformar la Constitución" para aspirar por otro mandato. De esa forma, se interpretó que en el 2015 se aleja de la Casa de Gobierno. Sin embargo, le cierra las puertas reeleccionistas a los intendentes, aunque algunos quieren ocupar el sillón de la Casa de las Tejas, como el propio Ricardo Quintela; mientras que la Vicegobernadora se entusiasmó en armar una estructura provincial, pero con el objetivo en la Intendencia capitalina de la mano de su buena relación con el kirchnerismo. Así puso en marcha en plan de lealtades políticas, ya que en gestos podría verse como se arma el escenario post-bederismo, pese que todavía faltan más de cuatro años. Más aún con la premisa que sin margen reeleccionista es lógico que se discuta el poder territorial. Asimismo, no solo los jefes comunales están en el juego de lealtades sino también los legisladores, otros beneficiados de la política bederista. El entorno bederista afirma que con la habilitación del gobernador tucumano, José Alperovich, dejó jurisprudencia para todos los mandatarios que están en la misma condición y hasta en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) se tiene el fallo de la Corte de Tucumán. Pero más allá de una interpretación fría se busca compromisos concretos al proyecto que encarna. Al lunismo, el bederismo se lo hizo saber que no acepta más dobles discursos y el miércoles el mandatario lo dejó más que claro en la Casa Rosada, y con Quintela le demostró que no tiene ningún problemas en desembarcar en la Capital, como ya lo hizo con el plan Cascos para Todos y permitir a los policías que hagan infracciones a los motociclistas que circulen sin cascos. En la Casa de Gobierno dicen que hay muchos que hacen política con trabajo de inteligencia, al destacar como viajan carpetas con información riojana desde la terminal de ómnibus hacía Retiro. En la finca de Anguinán resaltan que hay un hartazgo por el estilo que llevan adelante los supuestos socios del Gobierno, luego que el intendente de Chilecito, Lázaro Fonzalida, le dijo al diputado nacional, Jorge Yoma, que le gustaría votar a Menem, aunque sea el suplente de Mario Guzmán Soria. Lo dice para que lo escuchen en Altos del Sur, tras que el propio multimedio lo presentó a Fonzalida como un gran derrotado, pese que las primarias fueron un amistoso político y con el antecedente que el jefe comunal venció a Fernando Rejal el domingo 29 de mayo. Ahora se verá como es el verdadero escenario político entre buchones políticos y leales, como le gustan decir cerca de la Plaza 25 de Mayo.
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