En el marco del 1° Seminario Internacional sobre Permafrost y Ambiente Periglaciar que se desarrolló el miércoles en esta capital, el ingeniero hidrólogo Pablo Waisntein de la empresa canadiense BGC, brindó una charla basada en aspectos científicos sobre la incidencia del ambiente periglaciar y permafrost (glaciares de escombro), en las cuencas hídricas. Luego de la disertación, el profesional que la charla se abordó de manera científica en torno a los cambios globales que el mundo tuvo con respecto al comportamiento de los glaciares producto del calentamiento global, la situación de la Argentina y el Cono Sur. Indicó en este sentido que “para conocer la cantidad de glaciares y periglaciares que hay en la región se debe llevar adelante un estudio a fondo del área y sus incidencia en las cuencas hidrológicas”, El ingeniero hidrólogo precisó también que este tipo de charlas fueron planificadas de manera puntual para la Argentina, abordadas desde el aspecto científico con los fundamentos y conocimientos en el campo de la hidrología y el comportamiento de estas fuentes de agua (permafrost y periglaciares) junto con la incidencia en las cuencas de agua. “La gente ha entendido el tema, en el sentido que se dio cuenta que el cambio climático global afecta a los glaciares, pero en la Argentina como en todas partes del mundo las condiciones son distintas, por lo que se debe analizar cada región de manera separada”, concluyó. Por su parte, el secretario del Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CADIM), Mario Capello, consideró de suma importancia que la provincia pueda contar con una disertación a cargo de científicos de nivel internacional y reflexionó que “en el ambiente periglaciar la contribución hídrica que estos realizan a las cuencas acuíferas son prácticamente nulas”. Aseguró que “cuando tenemos una Ley nacional que establece que hay que cuidar los ambientes glaciares y periglaciares, nos damos cuenta de lo absurdo de esa legislación, por lo que considero que sería una pérdida de dinero, ya que sabemos que los permafrost (glaciares de escombro), no contribuyen a las cuencas hídricas”. A su vez, explicó que para hacer un inventario de los periglaciares hay que desplegar todo un trabajo de campo durante 2 años, en el que se deben movilizar grandes maquinarias y perforar para determinar sus condiciones, tarea que requiere una inversión millonaria. “Gastar todo ese dinero habiendo tantas necesidades, para luego confirmar que los permafrost no contribuyen a las cuencas hídricas, que incluso la ciencia ya lo comprobó, me parece inútil”, consideró.
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