lunes, 3 de diciembre de 2012

ASEGURAN QUE LAS ECONOMÍAS REGIONALES NECESITAN SOLUCIONES.

Según una encuesta de Coninagro en las principales provincias productoras vitivinícolas, San Juan, Mendoza y La Rioja, ratificó que hay envejecimiento de esa población ya que la edad promedio es de 60 años y no son sujeto de créditos. Y señalaron que "el avance de los costos de los insumos provoca a veces pérdida de rentabilidad". La situación de las economías regionales se declama como objeto de preocupación del gobierno nacional, los provinciales y las entidades agropecuarias, pero las soluciones son lentas y los problemas persisten. "El avance de los costos de los insumos, que muchas veces no se pueden trasladar a precios provoca que las economías regionales pierdan rentabilidad y entren en pérdida", explicó Federico Landgraf, economista de Coninagro. Así se agravan algunas situaciones "con el tipo de cambio en el que hay un cierto retraso, producto de varios años de inflación por arriba del 20 por ciento", añadió. Para el especialista se agregan las modificaciones de cambio que no superaban el ocho o diez por ciento: "todo esto hace que se resientan las empresas y ya no por problemas de administración propia sino por problemas de estructura y todos los costos que tienen y no pueden dejar de pagarlos". Una clasificación que ensayó Coninagro de las economías regionales las divide básicamente en tres clases, por los tipos de productos: "en si exportan, si no lo hacen y si están destinados al mercado interno, o no". Landgraf recurrió al ejemplo de la yerba mate o la papa que tienen muy poca exportación, pero hay mucho consumo en la población y están afectados por la limitación de precios. "La Secretaría de Comercio no les permite aumentar los precios y por lo tanto tienen que trabajar con precios deprimidos, con costos que siguen subiendo año a año", expresó. El caso del trigo, que tiene problemas graves de comercialización y que en algunos lugares es economía regional porque se trata de prácticamente un monocultivo también es un ejemplo, ya que este año será una magra cosecha. "Finalmente los conflictos se trasladan al productor porque le han pagado durante mucho tiempo un diferencial de precio extraordinario en el trigo, ahora tiene inconvenientes en una brecha reducida", aclaró. También detalló que hay dificultades, por ejemplo, por barreras de países a productos de los que una parte se exportan, como es el caso de la nuez, aceite de oliva o uvas de mesa a Brasil. En el octavo Encuentro del Ucar-Prosap-Inversión pública que se realizó en San Juan se vieron los esfuerzos que se efectúan desde el ámbito oficial con financiamiento externo para solucionar problemas. Se trata de emprendimientos que algunos se convierten en testigos para aplicar necesariamente en escalas más grandes, porque si no se benefician unos pocos, como es el caso exitoso de integración de pequeños y medianos productores vitícolas a la cadena de vitivinicultura. José Molina, vicepresidente de Coviar, la Corporación Vitivinícola Argentina, un ingeniero agrónomo sanjuanino, consultor además, habló con esta columna y reconoció que hay cuatro mil productores vitícolas en San Juan, el 85 por ciento con menos de 15 hectáreas y que a través del proyecto del plan Proviar han recuperado 600. Eduardo Sancho, presidente de Fecovita, la Federación Vitivinícola más grande del país y gestor del programa de integración, contó que se dieron cuenta que se concentraba la actividad y tendían a desaparecer productores pymes. "Les dimos confiabilidad que no es poca cosa" y "respondieron" los beneficiarios confió Molina. Según una encuesta que realizaron en las principales provincias productoras vitivinícolas, San Juan, Mendoza y La Rioja, ratificó que hay envejecimiento de esa población ya que la edad promedio es de 60 años y no son sujeto de créditos. "Sin embargo algunos aprendieron a negociar en forma asociativa y consiguieron comprar tractores nuevos en grupo con un 10 por ciento de descuento", dijo Molina. En una degustación vitícola, como descanso en el Encuentro, el presidente del Instituto Nacional del Vino (INV), Guillermo García, reconoció que las características del clima permitieron extender la producción de vinos en la Argentina ya a 17 provincias, la tecnología ha permitido avanzar, pero el programa de integración se aplica en ocho estados provinciales. Pero también lanzó una frase que es sugestiva porque abarca todo: "Necesitamos que el vino sea honesto".

No hay comentarios: