martes, 20 de agosto de 2013

ESTIMAN QUE EL CULTIVO DE GARBANZO ES VIABLE EN LA RIOJA.

En la actualidad ha cobrado fuerza la idea del valor de la huella hídrica, que calcula el volumen de agua necesaria para producir un bien. Desde el INTA se realizan ensayos de evaluación de distintos cultivos y cultivares, tradicionales y alternativos, para identificar a aquellos que brindan una mejor productividad económica del agua. Una mejor productividad económica del agua se refleja en el aumento de la cantidad de granos producidos con igual o menor cantidad de agua, como así también en la producción de cultivos de mayor valor económico y menor requerimiento hídrico. Al valor de la huella hídrica, se la denomina también “agua virtual”, porque al exportar una caja de manzana se exporta 8 mil litros de agua dulce que son necesarios para producirla. En este sentido Argentina es un gran exportador de “agua virtual” y el disponer y administrar cuidadosamente este recurso vital, posicionará al país de otra forma ante la comunidad internacional. En La Rioja el agua es sin dudas un recurso escaso, administrarlo correctamente es la garantía de supervivencia. En este sentido, se están realizando experiencias para mejorar la eficiencia en el manejo del agua. Desde el INTA se informó que es “alentador” el resultado obtenido en un ensayo de experimentación adaptativa de dos variedades de Garbanzo (Ciccer Arietinum L.) realizado en forma conjunta por la Agencia de Extensión Rural de La Rioja, la Estación Experimental Agrícola INTA de Chamical , la Universidad Nacional de Córdoba y la colaboración del Colegio Provincial Nº 11 de La Rioja. Se determinó, que tanto la variedad Norteño como la variedad Chañarito S- 156 se adaptan perfectamente a las condiciones agroecológicas de La Rioja, teniendo como particularidad ser cultivadas en invierno, con bajo requerimiento de agua para completar su ciclo (277 mm./ha), tienen gran rusticidad y es importante el aporte nutricional tanto para consumo humano como animal. El cultivo de garbanzo, se convierte de este modo, en una alternativa de producción viable bajo las condiciones de La Rioja de baja disponibilidad de agua. Las investigaciones son llevadas a cabo por el ingeniero agrónomo Adolfo M. Eduardo Oliva de AER INTA La Rioja, Roxana Ávila de EEA INTA Chamical, y la ingeniera agrónoma Julia Carrera de la Universidad Nacional de Córdoba. Desde el INTA se explica que la huella hídrica como modo de calculo ha permitido determinar que un pocillo de café equivale a consumir 140 litros de agua, o comer un asado representa beber 16 mil litros de agua , porque se tiene en cuenta toda el agua utilizada en los procesos involucrados en la cadena de suministro del producto. Estos datos serían irrelevantes si no fuese que sólo el 0,5 por ciento del agua del planeta es dulce. En ese contexto, se señala que es necesario entonces, que los que toman decisiones políticas, los agricultores y los técnicos determinen el costo hídrico que representa producir cada unidad y eso va a depender de la tecnología y el buen manejo de cada productor, para que el proceso sea cada vez más eficiente. Este índice se perfila como uno de los nuevos requerimiento que impondrán los mercados internacionales y a cobrado fuerza en la ultima década entre investigadores y científicos, pero también entre productores, consumidores y tomadores de decisiones, porque la huella hídrica, es fundamentalmente un indicador de sostenibilidad.

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