Al recibir este miércoles a representantes estudiantiles del ISFD “Pedro Ignacio de Castro Barros”, el ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Walter Flores, receptó sus inquietudes y asumió el compromiso de concretar las obras de refacción en el establecimiento. Además, Flores invitó a los jóvenes a trabajar en forma conjunta en la formulación del proyecto de obra del nuevo edificio. Acompañado por la secretaria de Gestión Educativa, Rita Abdala, y la directora de Relevamiento y Proyectos, Teresa Arias; el ministro Flores recibió y escuchó a referentes estudiantiles del Instituto de Formación Docente ubicado frente a Plaza 9 de Julio. Con arreglos de albañilería, reparación de sanitarios, reposición de vidrios, pintura general, reposición de luminarias y limpieza desagues pluviales, la cartera educativa comenzó con los trabajos de refacción en la institución. Además, se asumió el compromiso de realizar el traslado de documentación de la JUETAENO a fin de habilitar un espacio para la institución. Estas medidas fueron aprobadas en un acta firmada entre la directora del Instituto, Liliana López; la supervisora de nivel, Laura Rodríguez y un representante de Infraestructura escolar. Durante la reunión, el ministro Flores instó a los jóvenes a organizarse en un Centro de Estudiantes y les pidió colaborar activamente en la supervisión de las obras de refacción. También les solicito trabajar en forma conjunta en la formulación del proyecto que servirá para encarar la obra del nuevo edificio. Con respecto a la obra del nuevo edificio, la directora de Proyectos, Teresa Arias, explicó que cuando se implementó el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente en el 2013, “a la provincia se le pidió un listado de establecimientos de nivel superior que se incorporarían a este programa. Desde el Ministerio de Educación se priorizaron las obras de los institutos de Chilecito y el Pedro I. de Castro Barros de Capital”. Sobre el proyecto de la obra, Arias detalló que a “a la institución se les solicita todo el trabajo diario que se realiza en la misma como así también los espacios comunes y especializados que necesitan, tales como ludoteca, biblioteca o sala de informática”. También – agregó- “se le solicita los programas de estudio, la matricula por año, las acciones previstas por la institución en capacitación e investigación. Eso nos determina un metraje de cada uno de los espacios y la cantidad a construir. Además, nos ayuda a confeccionar un programa arquitectónico que servirá a la institución y nos determina la envergadura de la obra, es decir, si será refacción, ampliación o edificio nuevo”.
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