En ese contexto, aseguró que "comparando con La Rioja, observo que aquí hay pobreza pero no hay miseria". Y precisó que "cuando ando por el campo, en zonas desérticas, observo que la gente tiene sus animalitos para comer, hacen el pan, en cambio en una concentración tan amplia como la provincia de Buenos Aires, donde está monseñor Casaretto, se nota mucho mas". El obispo destacó la labor social que realiza el gobierno local hacia los mas pobres, al advertir que, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades, los humildes no concurren a las iglesias a pedir alimentos porque el Estado "tiene esa ayuda organizada". Pero advirtió que, cuando la iglesia habla de deuda social, abarca a distintos componentes y "no solo mide el ingreso económico sino también la posibilidad de educación, de acceso a la salud y al trabajo. Contando todas esas variables, no coincidiría con el Indec", subrayó el prelado. Aseguró también que el problema en la Argentina sigue siendo "como se distribuye el ingreso a las arcas nacionales y como se canaliza". Y reclamó, una vez más, por una mayor "cultura del trabajo". La semana pasada, en un acto en la Casa Rosada, la presidente Cristina Fernández de Kirchner destacó que, según las estadísticas oficiales, en el segundo semestre del año pasado la pobreza cayó del 23,4 al 20,7%. En cambio, el titular de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, monseñor Jorge Casaretto, sostuvo, sin embargo, que la Iglesia tiene "la percepción" de que la pobreza está aumentando. "Ellos (el Gobierno) siguen de cerca el punto de vista de las estadísticas, pero nosotros tenemos (otro índice) que son nuestras Caritas parroquiales. Y ellas nos dicen que la gente vuelve para pedir alimentos más que antes. Esa percepción nos dice que está aumentando la pobreza", expresó el obispo bonaerense. El índice de pobreza del Indec ya había sido cuestionado por distintos analistas. Los críticos sostienen que la canasta de pobreza –el nivel que marca por debajo de qué nivel de ingresos las familias son consideradas pobres- está subvaluada debido a que se actualiza según el cuestionado índice de precios minorista del instituto de estadísticas. La percepción de la Iglesia, enfatizó Casaretto, está basada, además de en las delegaciones parroquiales de Caritas, en las conclusiones del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina, "que sigue muy de cerca esta temática". Por otra parte, el obispo rechazó que la iglesia y el gobierno nacional estén peleados. Por el contrario, aseguró que mantienen una "relación institucional" y que él mismo tiene "diálogo con muchos funcionarios". De todos modos, admitió que "quizás hay una distancia" y "puntos conflictivos" que "tienen más que ver con el Vaticano que con el Episcopado argentino", como el malestar que causó en el Vaticano la designación del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne para representar a la Argentina ante la Santa Sede, por su condición de divorciado, y la "designación del obispo castrense que no llega a concretarse" tras el alejamiento de monseñor Antonio Baseotto de ese cargo.
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