El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó hoy un préstamo por 30 millones de dólares, que será destinado a apoyar un “Programa de Reacondicionamiento Ambiental que ayude” a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), a cumplir con sus obligaciones legales de reacondicionar de manera permanente las minas de uranio e instalaciones de molienda cerradas, de acuerdo a estándares internacionales para el deshecho y manipulación de materiales peligrosos”. El mencionado programa financiará la inversión para reacondicionar el antiguo sitio de procesamiento de uranio en Malargüe, Mendoza, donde quedaron 700 mil toneladas de colas, además de proveer asistencia técnica para el diseño de planeamiento e ingeniería de otros siete lugares adicionales. Además de Malargüe, otros sitios en el país sin remediación son: Tonco, en Salta; Los Colorados, en La Rioja; La Estela, en San Luis; Don Otto, en Salta; el Complejo Fabril San Rafael, en Sierra Pintada, Mendoza; Pichiñán, en Chubut; y el ex Complejo Fabril Córdoba. Según la información proporcionada por la oficina de prensa de la entidad, “el Banco Mundial se complace de poder contribuir a que Argentina fortalezca su capacidad de manejo de riesgos ambientales en el sector minero”. El préstamo a tasa fija por 30 millones de dólares del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), tiene un plazo de vencimiento de 30 años, incluyendo un período de gracia de cinco años. “El reacondicionamiento y restauración de minas cerradas es un proceso relativamente nuevo en la Argentina; por lo tanto hay poca experiencia en el cierre y limpieza de minas”, dijo el director del Banco Mundial para la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, Pedro Alba. “El proyecto asegurará que la herencia de anteriores actividades y cierres del sector minero sea conducido de acuerdo a las mejores prácticas internacionales y con procedimientos adecuados de consultoría y monitoreo, agregó. Según el Banco, la iniciativa “ayudará a desarrollar la capacidad de manejo ambiental de la CNEA para planificar y ejecutar intervenciones de reacondicionamiento sustentables y técnicamente correctas en todo el sector del uranio”. Asimismo, para “apoyar una planificación técnica, ambiental y socialmente responsable de las necesidades de reacondicionamiento de siete sitios en todo el país, usando el sitio de Malargüe como experiencia piloto para la implementación de las actividades de remediación”. “Trabajaremos junto a la CNEA, agencias gubernamentales y organizaciones ambientales locales para asegurar una completa y activa participación de las comunidades afectadas por la herencia de minas abandonadas?, dijo Glenn Morgan, gerente de proyecto del Banco Mundial para este programa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario