martes, 26 de agosto de 2008

EL GOBIERNO NACIONAL QUIERE QUE BEDER HERRERA ASEGURE LAS LEGISLATIVAS NACIONALES PARA EL 2009.

En tiempos políticos falta una eternidad para las elecciones legislativas del año que viene, pero en el Gobierno ya hay quienes se dedican a hacer análisis con suficiente previsión, habida cuenta de que los tropiezos que sufrió el kirchnerismo este año obligan al oficialismo a levantar la guardia antes de tiempo. La diferencia más clara con la última elección, para el armado del oficialismo, estará en los radicales seguidores del vicepresidente Julio Cobos, que deberán buscar su propio andarivel electoral y mantendrán contactos con el Gobierno como fuerza separada. Por lo pronto, en Corrientes y en Catamarca, donde mandan dos cobistas, el oficialismo ya estaría decidido a confrontarlos con candidatos propios y lo mismo sucederá nuevamente en Mendoza. El tejido provincia por provincia es lento pero constante, y en los cálculos iniciales desde la Casa Rosada dejan trasuntar bastante optimismo. En todas las provincias se elegirán diputados nacionales y en ocho, senadores. Además, en dos de ellas, Corrientes y Santiago del Estero, también se votará a gobernador. Esta particularidad toma especial relieve para el Gobierno, y si bien no hay decisiones para anunciar, sí parecieran estar “in pectore” de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En Santiago del Estero, donde gobierna el radical K, Gerardo Zamora, la alianza se mantiene firme y en los últimos tiempos gobernador y Presidenta se han dado múltiples muestras de fidelidad, a pesar del traspié de Zamora al no poder garantizar el voto de su ex vicegobernador y actual senador Emilio Rached, que a último momento votó contra las retenciones móviles, forzando el famoso desempate del vicepresidente Julio Cobos. La última muestra de amistad fue la visita que le hizo anteayer la Presidenta a Zamora en la ciudad santiagueña de Frías. En consecuencia, para el Gobierno, Zamora sigue siendo el candidato del oficialismo. En cambio, en Corrientes, el gobernador Arturo Colombi, un ex radical K, ya se distanció lo suficiente del Gobierno como para que en la Casa Rosada empiecen a buscar un candidato propio que le dé pelea para sucederlo en la gobernación en 2009. En esa búsqueda, el senador Fabián Ríos, presidente de la Comisión de Presupuesto, tiene varios boletos comprados. Ingeniero como Colombi, Ríos, de 44 años, tuvo una larga trayectoria en la Universidad Nacional del Nordeste y luego se lanzó a la lucha electoral, en la que dos veces fue elegido como diputado provincial por Corrientes Capital. Desde 2003 es senador nacional y su mandato vence el año que viene. Respecto de las elecciones de legisladores nacionales en las provincias más importantes –Buenos Aires, Santa fe y Córdoba–, así como en Capital Federal, el panorama es variado. Y el Gobierno en cada lado cuenta las fuerzas propias, considerando una hipotética dispersión en la oposición. En ese sentido, en la provincia de Buenos Aires el Gobierno se siente tranquilo, adjudicándole fortalezas al gobernador Daniel Scioli y minimizando el poder de reclutar voluntades que tiene hoy el ex presidente Eduardo Duhalde, que por mucho tiempo supo ser el hombre fuerte de la provincia. En el silencioso recuento que hacen los operadores del Gobierno dicen que no detectaron ningún intendente dispuesto a jugar con el peronismo disidente. Además, no ignoran que tres años y medio por delante de Gobierno es un inhibidor para cualquier intento de desmarque para quienes dependen en buena medida del aporte de la Nación. Lo contrario sucede en Capital Federal, donde, como siempre, el kirchnerismo intentará dar batalla, y, hoy por hoy, nada indica que pueda revertir las sucesivas derrotas de los últimos años. Por el contrario, parecerían fortalecerse las opciones opositoras, a no ser que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, incurra en errores catastróficos, lo que no parece estar a la vista. En Santa Fe, donde sigue firme el socialismo de la mano del gobernador Hermes Binner, el justicialismo aspira a recuperar un buen terreno. Aunque es muy prematuro, admiten que hay dos nombres que se caen de maduro para encabezar las listas, ya que los dos tienen muy buena imagen: Carlos Reutemann, en la de Senadores, y Agustín Ro-ssi, en la de Diputados. En Córdoba, el kirchnerismo parece estar recobrando como aliado al gobernador Juan Schiaretti, y así como perdió definitivamente al ex intendente de la capital provincial, Luis Juez, mantiene un excelente vínculo con su sucesor, Daniel Giacomino. En las últimas elecciones en Córdoba, Roberto Lavagna superó en votos a CFK y Schiare-tti le ganó ajustadamente a Juez en un escrutinio polémico, que el ex intendente calificó de fraude. Otras dos provincias de peso electoral son Mendoza y Entre Ríos. En la primera de ellas, Cobos recuperó el favor de muchos de sus comprovincianos luego de su voto en el senado contra el Gobierno. Pero en el Gobierno también dicen que el gobernador oficialista Celso Jaque –que le ganó a la lista provincial de Cobos en las últimas elecciones– mantiene un fuerte respaldo popular. En Entre Ríos, donde estuvo el epicentro de la protesta de las cámaras agropecuarias, el gobernador Sergio Urribarri resistió todas las presiones y se mantuvo firme junto al Gobierno. En el Gobierno confían en que pueda ir acotando el poder del ex gobernador peronista Jorge Busti, el aliado más importante que tiene hoy Duhalde. En el resto de las provincias del Nordeste, el Gobierno cree tener la situación controlada, a través de los gobernadores kirchneristas Maurice Closs (Misiones), Jorge Capitanich (Chaco) y Gildo Insfrán (Formosa). Y una evaluación similar le dedica a parte de las provincias del NOA, como Jujuy, Salta y Tucumán, donde mandan los kirchneristas Walter Barrionuevo, Juan Manuel Urtubey y José Alperovich. También confían en el riojano Luis Beder Herrera. En cambio, en Catamarca, roto el vínculo con el gobernador Eduardo Brizuela del Moral y con la franja del peronismo que maneja Luis Barrionuevo, el kirchnerismo apostará a un candidato propio del que sólo trascendió que es joven y tiene buena imagen. En San Luis, para el Gobierno es una elección perdida, dado el fuerte consenso que revalida allí elección tras elección el liderazgo de uno de los más tenaces opositores al kirchnerismo, el senador Adolfo Rodríguez Saá. Lo contrario creen que ocurrirá en La Pampa, donde desde el gobernador Oscar Jorge hasta el senador Rubén Marín jugarán en las filas del oficialismo. Por último también tienen fe en sus fuerzas en las provincias patagónicas, con excepción de Tierra del Fuego, donde manda la arista Fabiana Ríos, de buena relación con el Gobierno, pero no al punto de poder considerarla una aliada. Un paso más adelante en la cercanía a la Casa Rosada pareciera el gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, del Movimiento Popular Neuquino. En cambio, sí está totalmente consolidada la alianza con el gobernador radical K, Miguel Saiz. En Santa Cruz, la provincia de la Presidenta, no esperan sorpresas. Y en Chubut, más allá de sus coqueteos con las presidenciales de 2001, en el Gobierno no tienen duda alguna de que el gobernador Mario Das Neves aportará los candidatos kirchneristas.

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