
martes, 30 de junio de 2009
A PESAR DE LA PRESENCIA ARGENTINA LOS VINOS BRASILEÑOS GANAN ESPACIO EN LOS PRINCIPALES MERCADOS Y FERIAS INTERNACIONALES.

EL DIARIO EL PAIS EN SU EDITORIAL FUÉ DURISIMO CON EL MATRIMONIO PRESIDENCIAL.

La humillación sufrida por los Kirchner, la presidenta argentina y su marido y antecesor, en las elecciones adelantadas de mitad de legislatura supone un cambio político y anticipa incertidumbres en la tercera economía latinoamericana. La pareja gobernante había hecho de los comicios del domingo un referéndum sobre su gestión de la crisis y su crispado manejo de los asuntos públicos, que los argentinos han zanjado quitando al oficialismo peronista la mayoría en la Cámara baja y el Senado. Para el ex presidente Néstor Kirchner, que anoche renunció a la presidencia del peronismo, el varapalo ha sido monumental en Buenos Aires, el bastión de los votos que le catapultaron al poder en 2003. Allí, Francisco de Narváez, un millonario nacido en Colombia, que encabeza una facción rival, le ha sacado dos puntos y medio, a pesar de las advertencias apocalípticas del hasta ayer jefe peronista, en una campaña ventajista y sin ideas. La presidenta Cristina Fernández adelantó de octubre a junio las elecciones, en las que se ha renovado la mitad de la Cámara baja y un tercio del Senado, esperando evitar un deterioro económico mayor. Los votantes han suspendido no sólo la gestión económica del dúo presidencial, su innecesario y perdido enfrentamiento con los agricultores a cuenta de una subida confiscatoria de los impuestos, la nacionalización del sistema de pensiones o las trabas a la inversión exterior, expresiones todas de un nacionalismo populista y un anquilosado burocratismo que bebe en el peronismo más añejo. El malestar tiene también que ver con la inseguridad ciudadana y un aumento de la inflación, el 15% extraoficialmente, que el Gobierno maquilla sin ningún pudor desde los centros estadísticos oficiales. A la espera de una crisis de Gobierno, anticipada por la renuncia de Kirchner al liderazgo de su partido, los resultados electorales suponen una bocanada de aire fresco, y no sólo porque alumbran una alternativa a una pareja desgastada, puesto que la popularidad de Fernández, tras año y medio de mandato, dista mucho de cuando fue elegida. Un Congreso no controlado por el oficialismo obligará a la presidenta a una política menos vitriólica, además de revitalizar presumiblemente y hacer más coherente a la oposición argentina, la peronista y el radicalismo. En última instancia, la derrota de los Kirchner abre la carrera en el peronismo a las presidenciales de 2011, donde confluyen todos los ojos.
PARA EL ELECTO DIPUTADO NESTOR BOSETTI "CARLOS MENEM DEBE ASUMIR LA CONDUCCIÓN DEL PJ PROVINCIAL".

PARA EL CINEASTA PINO SOLANAS "BEDER HERRERA TRAICIONÓ A SU PUEBLO".

CON EL TRIUNFO DEL REJALISMO, EL FONZALIDISMO Y EL RADICALISMO, CHILECITO QUEDO ATOMIZADO.

EL JUSTICIALISMO EL GRAN PERDEDOR EN LA RIOJA A PESAR DE TODO.

FERNANDO REJAL YA SUENA PARA CONFORMAR EL NUEVO GABINETE QUE ORGANIZA EL GOBERNADOR.

EL RADICALISMO SIGUE DANDO SORPRESAS Y CONSAGRA A TRES CONCEJALES EN LA RIOJA.

LAS TIJERAS PREVALECIERON EN LAS ELECCIONES DEL 28 DE JUNIO.

EL LUNISMO POTENCIARA SU ALIANZA CON EL QUINTELISMO.

LA NUEVA CONFORMACION DE LA LEGISLATURA CON MAS MUJERES EN LAS BANCAS.

LA DERROTA DEL MATRIMONIO "K" DESPUÉS DEL 28 DE JUNIO.

El oficialismo acaba de conocer esta máxima inexorable de la vida pública después de dos años de yerros tan gruesos como irremontables. Nuestro sistema político tiene sus imperfecciones, pero cada tanto impone un higiénico chequeo de salud que consiste en revalidar los títulos mediante elecciones legislativas. Estas pruebas son un termómetro fiel para medir el estado de ánimo de la población. Para quienes compiten, se trata de llegar a esa fecha simplemente prestando atención a las demandas ciudadanas. Nada de eso ocurrió aquí últimamente. Aquí perdieron porque se perdió la capacidad de escuchar. Perdieron porque se blindaron ojos y oídos hasta desalojar cualquier voz disonante de las propias filas del oficialismo. Perdieron porque faltó humildad y se avanzó a puro orgullo y empecinamiento. Aquí perdió el gobernar a libro cerrado, con la política del hecho consumado, sin espacio para matices o sutileza alguna. Perdió la réplica exasperada siempre a mano, la iracundia a flor de piel, implacable tanto con el más duro opositor como con el consejo honesto y cuidadoso de organizaciones civiles, clérigos o de quien fuera. Si hubiera que extraer del rosario de tropiezos los determinantes, hubo diez errores clave que espantaron del oficialismo a quien la historia de este país enseña que nunca conviene descuidar: el ciudadano independiente, el votante no cautivo que define cada elección desde que tenemos memoria democrática. Ese que frente a las urnas varía según el menú electoral y cuya sensibilidad, por lo general, exige tres condiciones indispensables que van más allá de ideas y propuestas: la racionalidad, el equilibrio y la moderación. Este sujeto es el que ahora irrumpe con su mensaje incontrastable para perplejidad de los destinatarios. Al Gobierno le queda por delante un inventario obligatorio de sus sonoros pasos en falso. ¿Por dónde empezar su autocrítica?
Esta es mi lista: La manipulación del Indec.
El pecado original que impone un primer mea culpa. Dos años diciéndole a la gente que sigue gastando casi lo mismo -porque de eso se trata- representan un cachetazo al sentido común, una burla a la inteligencia. El oficialismo se fue inmolando a fuego lento al difundir, mes tras mes, estadísticas absurdas, indigeribles para el bolsillo. Caricatura que encarnó el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien con sus anuncios de precios regulados y arbitrarias intervenciones en empresas privadas completó la imagen del grotesco. La inseguridad. Es el primer tema de preocupación en las encuestas en todo el país. Se trata de un drama que atraviesa por igual a todas las clases sociales, y que en los últimos tiempos causó conmoción, además, porque introdujo palabras inéditamente aterradoras entre la opinión pública: narcos, sicarios, crímenes por encargo, carteles de acá y de allá. La desprotección general despertó otro aspecto clave, el emocional. La sociedad, especialmente en el área metropolitana, se acostumbró a vivir con miedo y el Gobierno respondió a esto con la misma estrategia del Indec: negando la percepción del público, insistiendo, sin convencer, en que se trataba sólo de una "sensación de inseguridad". El factor "violencia política". Este tiempo consagró también una variante cobarde de violencia: los perversos escraches, responsabilidad de la cual el oficialismo no puede rehuir. Pero hubo más. ¿Cómo olvidar aquella incursión nocturna a la Plaza de Mayo del ex piquetero Luis D´Elía, el año pasado, contra caceroleros espontáneos? Se vulneró allí un límite sagrado de nuestra convivencia social, al utilizar la violencia contra una demostración pacífica. En un país aquejado hasta entonces por discursos incendiarios, esa noche se pasó de las palabras a los hechos. Y más daño aún ocasionó, pocas horas después, la imagen del propio D´Elía, sentado en el palco oficial de la Presidenta en un acto en Parque Norte. El mensaje emanado desde lo más alto del poder no pudo ser peor. La intemperancia no merecía condena, sino cobijo oficial. Esa mochila no reconocida pesa más de lo que se supone. El querer ganar "como sea". Si adelantar la fecha de las elecciones a junio fue un ardid electoralista, el lanzamiento de las candidaturas "testimoniales" clavó una estaca fulminante en la confianza de la población. En tiempos en los que, según el sociólogo Eduardo Fidanza, el republicanismo está en alza, detrás de tal artimaña pudo leerse que el Gobierno no toleraba perder. Exceso de astucia, diría Alvaro Abós. La gente no perdonó y le dijo "basta" al querer ganar "como sea". La pelea con el campo. Dejemos de lado la discusión económica. Lo fundamental aquí es que el Gobierno ofendió de manera irreversible a miles de ciudadanos anónimos, indefensos y de a pie. Insultó su dignidad sin disculparse, al vincularlos con lo más oscuro de nuestro pasado, para terminar usándolos como artilugio de campaña para captar el voto de los menos favorecidos. Está probado: nada paga menos en las urnas que buscar enfrentar a unos argentinos con otros. El conflicto permanente. El oficialismo violentó aquella regla de oro que dice que los gobiernos deben solucionar los conflictos y no generarlos. Lo cierto es que pelearse todos los días con alguien diferente terminó por hartar a prácticamente todo el mundo. No se puede vivir tanto tiempo bajo tanta tensión y agresividad. El estilo fogoso que en los primeros años arrojó réditos electorales al transmitir sensación de autoridad expiró hace rato sin que el oficialismo se hubiera percatado de ello. El Gobierno careció de toda iniciativa de mejora institucional; más bien, caminó en sentido contrario, disolviendo la institución presidencial y dejando las decisiones en manos de alguien que no había sido elegido. Los tarifazos. Salvo la nafta, las boletas de luz, gas, TV por cable, los viajes en colectivo, taxi y tren subieron en un abrir y cerrar de ojos? en los albores del año electoral. Y todo por evitar asumir el costo político de escalonar los aumentos en los años previos. Pretender ser siempre popular nunca es gratis. El problema, aquí, es que la factura acumulada llegó de sopetón y se hizo políticamente impagable. Confiscar los ahorros jubilatorios. ¿Qué señal más pavorosa podía recibir el mundo empresarial que ese gesto de desesperación fiscal? Echar mano de los ahorros privados mediante arcaicos discursos ideológicos dinamitó el clima inversor. Se estaba dispuesto a todo con tal de mantener la caja. Siendo la memoria casi un acto reflejo del hombre de negocios, el regreso del Estado confiscador reactivó la conocida sensación del "sálvese quien pueda". Luego llegó la crisis mundial, pero, comparado con este manotazo de ahogado, todo lo siguiente para el ánimo empresarial fue post mórtem. La intolerancia con la prensa. Pocas cosas dan cuenta de la genuina vocación democrática de un gobierno como su relación con los medios de comunicación. Al escapar de las conferencias de prensa y hostigar sin respiro a los medios independientes, el oficialismo menospreció a lectores y audiencias masivas, exponiendo su costado más denigrante. Para colmo, la Presidenta cometió un error imperdonable cuando acusó de "mensaje cuasimafioso" al ilustrador Sábat por una inocente caricatura. Así, descalificó a uno de los artistas más respetados del Río de la Plata. Para prácticamente todo el periodismo, ese exabrupto terminó de certificar que el Gobierno vivía aquejado por fantasmas y confabulaciones propios de su realidad psíquica. Gente que dice una cosa así se volvió indefendible hasta para los más honestos comunicadores afines. Para terminar, el miedo. La inseguridad, los precios dibujados, los tarifazos, la pelea con el campo, el conflicto permanente, la intolerancia ante la prensa? resultan un cóctel demoledor para cualquier oficialismo frente a una elección. Pero en el final de la campaña, por si hubiera habido poco, el dengue y la gripe A causaron estragos de los que todavía no nos notificamos debidamente. Porque cuando el factor psicológico del miedo entra en los hogares tan rápida y fácilmente, cualquier batalla está perdida de antemano. La noción de que en la llegada de estas plagas hubo inacción, imprevisión o especulación oficial terminó por tumbar al caballo del comisario con todas sus mañas juntas. El kirchnerismo demostró en todos estos años que supo corregir el rumbo cuando estaba contra las cuerdas. Está por verse cómo reacciona ahora, tirado boca abajo, en la lona.
ROGELIO DE LEONARDI NUEVAMENTE SIN EL CONCENSO DE SUS AFILIADOS.

LA PRESIDENTA LE BAJO EL TONO A LA DERROTA Y CRITICÓ A LA PRENSA.

LOS GOBERNADORES ANALIZAN EL CAMBIO EN LA CONDUCCIÓN DEL PJ NACIONAL.

LA PRESIDENTA ANTICIPÓ QUE LA COPARTICIPACIÓN DEBE SERIMPULSADA POR LOS GOBERNADORES.

TRAS LA DERROTA NESTOR KIRCHNER DEJO LA PRESIDENCIA DEL PJ.

EL GOBERNADOR ANTICIPO QUE "POR AHORA EL GABINETE NO SE TOCA".

EL INTENDENTE RICARDO QUINTELA LLAMÓ AL "CONCENSO PLURAL ENTRE TODOS".

lunes, 29 de junio de 2009
EL CAPRICHO DEL GOBERNADOR LE COSTÓ LA BANCA A GRISELDA HERRERA.

EL RADICALISMO VOLVIÓ A HACER SONAR LA MARCHA RADICAL EN SU VIEJA SEDE DE BAZAN Y BUSTOS.

FINALMENTE EL VOTO EN BLANCO QUEDÓ ESTIPULADO COMO LA TERCERA FUERZA PROVINCIAL.

LA JUSTICIA ELECTORAL BRINDÓ DETALLES DE LOS PASOS A SEGUIR PARA AQUELLOS QUE NO VOTARON EL DOMINGO.

EL GOBERNADOR BEDER HERRERA MANIFESTÓ QUE "LA NUVA LEGISLATURA SERÁ MUCHO MAS ENTRETENIDA".

PARA EL DIRECTOR DE POLIARQUÍA "EL MALHUMOR Y EL RECHAZO A LA GESTIÓN SE PLASMARON EN LOS VOTOS".

JOAQUÍN MORALES SOLÁ MANIFESTÓ QUE NESTOR KIRCHNER SE CONDENÓ A SI MISMO.

Quizá no lo supo o no lo quiso saber, pero Néstor Kirchner se condenó a sí mismo a la derrota el día en que les declaró a los ruralistas una guerra perpetua. Tampoco imaginó o no quiso imaginar que se sentenció él mismo al descalabro personal el día en el que decidió competir como candidato a diputado nacional por Buenos Aires. Era una buena táctica de campaña para disimular la irreparable pérdida de la mayoría parlamentaria; en el plazo que venció ayer, el resultado fue su ruina. El kirchnerismo ha concluido anoche como ciclo político. El tiempo que le resta es el de un paisaje resbaladizo, en el que Kirchner hará lo que pueda ?o lo que quiera? para preservar una inestable gobernabilidad. Además, el peronismo tiene desde ayer el candidato que buscaba para relevar el liderazgo de Kirchner: es Carlos Reutemann, que ganó en Santa Fe contra la mayoría de los pronósticos. Reutemann es uno de los pocos referentes que el peronismo no discute. Francisco de Narváez se erigió anoche en uno de los mayores líderes políticos de la Argentina y Julio Cobos se convirtió en el presidenciable de más peso de las corrientes no peronistas. De Narváez no sólo derrotó personalmente a Kirchner, el hombre fuerte de la Argentina durante los últimos seis años; también ganó en el mayor y más contundente distrito electoral del país. De Narváez estaba el viernes decidido a depositar en Mauricio Macri su apoyo presidencial. Aunque Macri no hizo una excelente elección en la Capital, tuvo ?debe reconocérsele? un papel protagónico en el proyecto que derrotó a Kirchner por primera vez en 22 años de política. De Narváez contó con el apoyo de Macri en el díscolo conurbano. De Narváez le aconsejó a Macri, en la noche del viernes último, que lanzara su candidatura presidencial en las próximas 72 horas, si ellos ganaban la Capital y Buenos Aires. Esos triunfos sucedieron. De Narváez está dispuesto a negociar con Macri, Reutemann y Cobos la gobernabilidad de los tiempos inminentes. Lo cierto es que De Narváez sólo quiere despejar pronto el escenario de las futuras elecciones presidenciales. Elisa Carrió cayó en la Capital, donde salió tercera, y en la provincia de Buenos Aires, donde también ocupó el tercer lugar. Ha cometido errores, aunque sería injusto desconocer que fue el primer exponente de la política argentina en denunciar los desaguisados institucionales del kirchnerismo y la corrupción de muchos funcionarios de confianza del ex presidente. Su candidatura presidencial se diluyó anoche. Hermes Binner terminó siendo víctima de la dura batalla santafecina entre dos presidenciables: él mismo y Reutemann. Binner, como Carrió, no podrá reivindicar un rol presidenciable en las próximas elecciones que definirán a un jefe de Estado. Sólo Cobos, entre los principales líderes no peronistas, se alzó con un triunfo arrollador en Mendoza. ¿Es sólo casualidad que los tres hombres que tuvieron un notable protagonismo contra Kirchner en el conflicto contra el sector agropecuario (De Narváez, Reutemann y Cobos) hayan ganado en el domingo de elecciones? Seguramente, no. Una lectura de la derrota de Kirchner en Buenos Aires es el profundo rechazo que su figura provoca en el interior rural de la provincia, más profundo que el que estimaban las mediciones de opinión pública. Algo del conurbano se contagió también de esas fobias. Y Reutemann se alejó de Kirchner para que lo votaran los campesinos. Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete, recurría ayer a Einstein: "Si sigues repitiendo los errores, no esperes resultados mejores", aguijoneaba. Y Kirchner redundó en su error de enfrentar al campo hasta ponerlo de rodillas. Llegó a hipotecar la única solución argentina para esquivar una parte de la crisis económica internacional con tal de no perdonarles a los campesinos la irreverencia de haberle dicho que no. Cometió demasiados errores nuevos: desde pronosticar un nuevo 2001, si resultaba derrotado, hasta pedirle públicamente a De Narváez que se presentara ante un juez sospechado y sospechoso. En los últimos tiempos, sólo se rodeaba de Hugo Moyano y del progresismo peronista, que no es malo por progresista, sino por antiguo. Acorralado por derecha por De Narváez y por izquierda por Pino Solanas, lo que decantó ayer es que al ex presidente le quedan muy pocos seguidores, se mire por donde se mire. "Tendrá que parcelar el gabinete entre los gobernadores peronistas si quiere conservar el gobierno", se animó a predecir ayer un alto funcionario kirchnerista. ¿Aceptará Kirchner gobernar con un gabinete parcelado y con un Congreso en contra de él? El Congreso se formará con un oficialismo derrotado en casi todo el país. Su composición física cambiará el 10 de diciembre; su composición política se modificará desde mañana. Anoche, en la intimidad de un debate consigo mismo, debió pensar que lo que sucedió ayer (cuando perdió hasta en su natal Santa Cruz, que dominó con mano férrea durante casi veinte años) fue algo más que una derrota: fue una guillotina que cayó, rápida y definitiva. No tiene mucho tiempo para contestar aquella pregunta sobre sus posibilidades de controlar el gobierno: los conflictos de la Argentina se abatirán sobre él y su esposa velozmente. Toda derrota opera sólo para diezmar el poder. Kirchner pertenece a esa raza de políticos que no abandonan el poder hasta que los echan. La incógnita consiste en saber ?y aún no se sabe?si él considera que ayer la sociedad lo echó. Debió de ser una dura sorpresa para él si sus palabras íntimas de los últimos días ("Ganaremos Buenos Aires por más de 10 puntos") fueron sinceras. Si fue franco, entonces hay que creer que está desde hace mucho tiempo perdido en un laberinto de paranoias conspirativas. Solanas fue la expresión de un voto moral y de rechazo a la corporación política tal como es. Al mismo tiempo, el más fenomenal aparato político del país, el peronismo bonaerense, caía batido por un recién llegado a la política. "Jugó la selección argentina contra Talleres de Córdoba. Y ganó Talleres", ironizó un peronista perdidoso. Es cierto. El núcleo duro del poder se había derrumbado. Kirchner, Daniel Scioli, Sergio Massa, Alberto Balestrini y casi todos los intendentes del conurbano cayeron en un paisaje calcinado por esperanzas derrotadas.
EL KIRCHNERISMO MANTENDRÁ LA MINORIA EN DIPUTADOS.

EL GOBIERNO DEBERÁ ASIMILAR UNA ELECCIÓN POBRE Y COMPLEJA.

GALVÁN YA PIENSA EN EL 2011 PERO CON AGENDA PARA HOY.

JORGE YOMA PERDIO COMO 7 MIL VOTOS EN CAPITAL.

UN RESULTADO QUE IMPACTA EN EL ESQUEMA DEL PJ LOCAL.

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