martes, 11 de mayo de 2010

TRAS EL ANUNCIO PRESIDENCIAL DESTACAN EL ALIVIO DE LOS GOBERNADORES.

Los gobernadores no podían ocultar ayer su felicidad cuando la presidenta Cristina Kirchner anunció un fuerte alivio financiero para las provincias, que tiene un menor costo para el gobierno nacional frente a las otras opciones que reclamaban los mandatarios del interior. La estrategia oficial, que equipara a las provincias endeudadas con las que tenían sus cuentas en orden, implicará un costo para el Gobierno de $ 500 millones este año y $ 1000 millones en 2011. Así lo precisaron fuentes oficiales al minimizar la posibilidad de que esta reprogramación de deuda le genere un estrés fiscal adicional al gobierno nacional. El proyecto, al parecer, toma casi al pie de la letra una idea que había sido consensuada entre varios mandatarios -liderados por el cordobés Juan Schiaretti- y presentada ante la presidenta Cristina Kirchner. Uno de los que trabajaron sobre esta iniciativa, Rogelio Frigerio, indicó que "es la alternativa más barata para el Gobierno frente a otros reclamos, como la coparticipación del impuesto al cheque, las reservas o las retenciones". El ministro Amado Boudou trabajó en esta iniciativa con un perfil muy bajo en los últimos cuatro meses y anoche, antes de viajar a Nueva York para promocionar el canje de deuda, no ocultaba su entusiasmo. "Esto soluciona uno de los problemas más pesados para las finanzas provinciales y surgió de las reuniones de los gobernadores con la Presidenta", explicó el ministro. Por su parte, el ministro de Economía bonaerense, Alejandro Arlía, tampoco podía ocultar su alegría porque, con este acuerdo, Buenos Aires dejará de pagarle al gobierno nacional $ 3300 millones este año y $ 5600 millones el próximo. "Esto reduce el peso de la deuda porque, al fijar la tasa de interés en el 6%, el crecimiento de los ingresos, que será mucho mayor, irá licuando el peso específico de nuestras deudas", dijo Arlía. De todos modos, el funcionario dijo que esto no quita que "hay que seguir dando la discusión por una nueva ley de coparticipación federal". Al respecto, Boudou respondió: "La nueva ley de coparticipación es complicada de aprobar y ésta es una solución rápida y creativa". El economista Nadin Argañaraz dijo que "esto saca de encima la discusión por la nueva coparticipación del impuesto al cheque, que implicaba un costo de $ 10.000 millones anuales de pérdida fiscal para el Gobierno". Además, destacó que este año ninguna provincia había firmado su programa de asistencia financiera (PAF) con Economía, "a la espera de una solución de este estilo". "Este año el gran hueco fiscal era el de las provincias", agregó. Juan Luis Bour, de FIEL, señaló que el anuncio "refleja el problema de las provincias para salir a emitir deuda al mercado y es un regalo para las provincias que se endeudaron". La directora del estudio Bein & Asociados, Marina Dal Poggetto, opinó que "se trata de una medida más política que económica, porque la deuda ajustada por CER ya venía siendo licuada por la realidad".

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