sábado, 2 de octubre de 2010

EL DESAFÍO DE LAS ELECCIONES PRIMARIAS.

La experiencia de las internas abiertas, obligatorias y simultáneas previstas para 2011 pone a la dirigencia política en una posición inédita, que da lugar a un sinnúmero de hipótesis y elucubraciones. Hay dudas sobre la reglamentación total de la ley, que sigue demorándose, y los puntos oscuros que subsisten en torno a la nueva norma. Fiel a su estilo, lo primero en lo que pensó el kirchnerismo tras la derrota del 28 de junio de 2009 fue en las elecciones venideras. Pruebas al tanto, la primera convocatoria que salió desde el Gobierno ni bien recuperó el equilibrio tras la estrepitosa caída, fue en ese sentido. Hablamos de ese llamado al diálogo formulado por el ministro Florencio Randazzo, que quedó envuelto en la polémica planteada en torno a si la oposición debía o no acudir al llamado. Quienes lo hicieron, se encontraron con que el Gobierno quería hablar de una reforma política, una cuestión no muy cercana a las necesidades y demandas coyunturales, pero que nadie podría desechar como un tema innecesario. Por el contrario, siempre se habló de la necesidad de implementar una reforma en esa dirección, pero conforme la naturaleza del kirchnerismo, nadie podría ser tan incauto como para imaginar una modificación con un objetivo meramente altruista. La norma fue convertida en ley el 2 de diciembre de 2009, y fue el broche de oro de una maratón legislativa de varios meses en los que el kirchnerismo aprobó todo lo que se propuso en el Congreso, con el objeto de armarse de herramientas con las que ya no contaría a partir del 10 de diciembre, con la nueva conformación de ambas cámaras. Inmediatamente después, la Presidenta procedió a vetar parcialmente dos artículos y muchos partidos chicos que habían aportado sus votos para la sanción pusieron el grito en el cielo. Pero la demora posterior en reglamentar la norma dejó en estado de alerta a muchos que desde la oposición advirtieron sobre la posibilidad de que el Gobierno acomodara la norma a sus necesidades y conveniencias. Cosa que rechaza de plano el diputado oficialista Jorge Landau, apoderado del PJ y especialista en cuestiones electorales. Ante Parlamentario, se sonrió frente a esos reparos opositores y aclaró que la demora en la reglamentación es simplemente porque “no tiene ningún sentido sacar un año antes una reglamentación. ¿Por qué hay que sacarla con tanta anticipación?”, se preguntó, remarcando que se debe ir haciendo lo que corresponde a cada momento. Una parte sí fue reglamentada a través de cuatro decretos, que tuvieron que ver con la conformación de los padrones; sistema de recomposición de la cantidad de partidos, y la regulación de afiliaciones, entre otras cuestiones. Pero a juicio de Landau, la ley “es suficientemente reglamentaria”, aunque “naturalmente tiene aspectos que habrá que ir viendo y examinando, y a medida que nos vayamos acercando a la fecha y a los requerimientos de los distintos partidos y fuerzas políticas, habrá que ir armándolo”. Esto es: la reglamentación puede ir desarrollándose de manera parcial y por etapas, como está sucediendo. Y lo que viene es la materia que nos ocupa: la realización del proceso de internas en sí. “Yo creo que hasta fin de año, comienzos del año próximo, hay tiempo para reglamentarlo”. Otras fuentes oficialistas consultadas por Parlamentario aclararon que la reglamentación no cambia lo que dice la ley, así que los recaudos son innecesarios. Igual, desde la oposición están en guardia. Y desde el ámbito jurídico les dan razones para estar atentos. En efecto, el constitucionalista Félix Loñ admitió ante esta revista que la demora abre interrogantes sobre la posibilidad de que la “letra chica” traiga sorpresas. “Es difícil, pero podría ser, porque ya la Cámara Nacional Electoral ha reclamado insistentemente que reglamenten, porque hay disposiciones de la ley que requieren una reglamentación, y sin ella los jueces no se pueden mover -señaló el especialista en leyes-. ¿Cómo van a hacer para aplicarlas si no hay precisión en la norma para poder implementarla. Y eso es justamente lo que tiene que hacer la reglamentación”. Loñ hizo hincapié en que la oposición viene reclamando una definición en la materia, porque “lo que subyace es que esta demora es para que terminen dejando la reforma sin efecto. Esa es la sospecha que circula”. Esas dudas reconocen como antecedente lo sucedido el año pasado, cuando amparándose en la crisis internacional, el Poder Ejecutivo resolvió dejar de lado “por única vez” la ley aprobada en 2006 que fijaba como fecha de todas las elecciones el último domingo de octubre de cada año impar, adelantándola en esa ocasión para el 28 de julio. En el ámbito político, son muchas las voces que desconfían de la realización de las primarias abiertas. El senador Luis Juez está convencido de que el Gobierno terminará anulándolas y, como muchos peronistas federales consultados por Parlamentario, anticipó que esa decisión tendría que ver con la imposibilidad de Néstor Kirchner de contar con un rival que acepte confrontar en el ámbito del PJ el 14 de agosto de 2011. Las sospechas se asientan en sobrados antecedentes en materia de acomodar las reglas en función de las necesidades del gobierno de turno. Algo que no es exclusivo del kirchnerismo, vale aclararlo, ya que sin ir más lejos su antecesor, Eduardo Duhalde, volvió sobre sus pasos justamente en la ley de primarias abiertas. Con bombos y platillos él las había impulsado en 2002, como “un capítulo fundamental de la reforma política”, pero ante el “peligro” de que Carlos Saúl Menem terminara convirtiéndose en el candidato oficial del PJ, suspendió su vigencia “por única vez”. En 2006, el entonces presidente Néstor Kirchner anuló la Ley 25.611. Pero aquellos que aventuran que el Gobierno suspenderá las primarias podrían pecar de ingenuos. “¿Alguna vez usted vio al kirchnerismo volver sobre sus pasos?”, retrucó un senador oficialista ante las dudas expresadas sobre ese tema. Lo cierto es que una y otra vez el Gobierno las ha confirmado y más vale que oficialistas y opositores tomen nota de las nuevas disposiciones a las que tendrán que atenerse. “Como nunca se hicieron, existe una muy fuerte resistencia, como con toda regulación nueva”, argumenta el diputado Landau, para enfatizar luego la sugerencia de que se preparen para los comicios del 14 de agosto. Y en efecto, muchos de los propios legisladores que votaron la norma el año pasado, y ni qué decir de la gente que tendrá que participar de los comicios, ignora a ciencia cierta cómo serán las convocatorias del agitado 2011 que nos espera. El dato más saliente de las internas abiertas y simultáneas del próximo año es que no sólo se elegirán los candidatos presidenciales, sino que habrá que votar por todos los candidatos nacionales en juego: presidente y vice; diputados nacionales; y senadores nacionales en los distritos donde se deba hacer el recambio (provincia de Buenos Aires, por ejemplo). El artículo 19 de la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral expresa puntualmente: “Todas las agrupaciones políticas procederán en forma obligatoria a seleccionar sus candidatos a cargos públicos electivos nacionales y de parlamentarios del Mercosur mediante elecciones primarias, en forma simultánea, en todo el territorio nacional, en un solo acto electivo, con voto secreto y obligatorio, aun en aquellos casos en que se presentare una sola lista”.¿Parlamentarios del Mercosur? Sí, la legislación atiende un requerimiento que todavía no ha sido normatizado, pero cuando así suceda, deberán elegirse a través de internas abiertas primero y elecciones nacionales después. Otro dato saliente a tener en cuenta es que aun cuando el partido o frente que vaya a presentarse tenga un solo candidato, deberá exponerlo en esa interna, para lo cual necesita obtener un mínimo de votos que lo convalide como candidato. ¿Dónde se vota? En las mismas escuelas a las que deberán concurrir en octubre para las elecciones generales. El padrón general es el mismo para ambas elecciones. ¿Se puede cortar boleta ese día? Claro, el votante puede elegir candidato presidencial de un partido, diputados nacionales de otro y senadores de cualquier signo, conforme el artículo 24 que establece que “los electores deben emitir un solo voto por cada categoría de cargos a elegir, pudiendo optar por distintas listas de diferentes agrupaciones políticas”. Si en un sobre aparecen dos o más boletas oficializadas correspondientes a la misma lista y categoría, se computará sólo una de ellas, destruyéndose las restantes; se considerarán votos nulos cuando se encuentren dos o más boletas de distintas listas, en la misma categoría, aunque pertenezcan a la misma agrupación política. El cuarto oscuro es el mismo que en una elección general, y por supuesto la urna es una sola. No es que cada partido tendrá la suya, pues las urnas son para los electores, no para los partidos. ¿La fórmula presidencial elegida es la definitiva, o se puede modificar tras la elección? El ganador y su vice son los consagrados; el que pierde no puede competir por ningún otro cargo nacional. Un tema que despierta dudas entre los propios políticos es el de las listas para legisladores nacionales. Las nóminas que van a internas están enteras, pero ahí sí el perdedor tiene la opción de integrarse a la lista ganadora. Siempre y cuando obtenga minoría y el partido o acuerdo político dentro del cual compita lo contemple. “Es una garantía constitucional, no hay posibilidad de que no participen las minorías”, señala Landau. Sobre el tema es muy claro el artículo 44 de la ley, que señala que “las candidaturas a senadores se elegirán por lista completa a simple pluralidad de votos. En la elección de diputados nacionales y parlamentarios del Mercosur, cada agrupación política para integrar la lista definitiva aplicará el sistema de distribución de cargos que establezca cada carta orgánica partidaria o el reglamento de la alianza partidaria”. Durante el debate sobre las internas abiertas se dijo que a partir de ahora se acababa “el dedo” y todos los cargos deberían emerger de internas. Presidentes, diputados… gobernadores. Pero en realidad, la norma no corre para los mandatarios provinciales. En eso, cabe remarcar una obviedad: las provincias son autónomas en cuanto a la elección de sus mandatarios. El único caso provincial en el que hay elección interna abierta y simultánea es el del distrito más grande e influyente, Buenos Aires. Hay varias provincias que tienen ley de primarias, como Salta, Santa Fe y San Juan, pero no son simultáneas. El artículo 46 de la Ley 26.571 prevé que las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que adopten un sistema de elecciones primarias, abiertas, obligatorias y simultáneas, podrán realizarlas, previa adhesión, simultáneamente con las elecciones primarias establecidas en esta ley, bajo las mismas autoridades de comicio. En el caso bonaerense, tampoco está reglamentada todavía la ley de internas abiertas y simultáneas. Es un calco de las primarias nacionales, por tanto se harán el mismo 14 de agosto del próximo año, fecha en la que los bonaerenses deberán elegir, además de los cargos nacionales, el candidato a gobernador. Una situación que abrió hipótesis de las más variadas, que dieron pie hasta a imaginar una impensable boleta del FpV con estos nombres: Kirchner presidente; Francisco de Narváez gobernador. ¿Podría ser eso posible? Sí, para el caso de que el ganador bonaerense del 28-J participara de la interna del PJ, como especuló hasta hace un par de meses, y pudiera vencer a un Daniel Scioli que fuera por la reelección. Una alternativa que, según pudo saberse, era seguida con agrado desde el laboratorio electoral montado en Olivos, donde se ilusionaban con atraer de ese modo a sus filas y más allá de las diferencias a un rival como el empresario y diputado. Puesto por Parlamentario a analizar esa hipótesis, el diputado Landau no la desechó. Por el contrario, señaló que “a nosotros nos convendría que compitiera. Y si De Narváez le ganara a Scioli, después tendría que ir con la boleta unida, con Kirchner como candidato presidencial”. Pero también están las colectoras, que no han sido desechadas por el oficialismo, como se especulaba y prometió en su momento. Por estos días en Olivos están convencidos de la conveniencia de “permitir” la existencia de candidatos que arrastren votos para la gobernación bonaerense y que lleven a la cabeza el candidato del FpV, pingüino o pingüina. ¿No es que eso ya no se podía?, se preguntan muchos. “Las colectoras no han sido eliminadas, esa posibilidad todavía existe”, aclaró Félix Loñ a Parlamentario.

Porque algunos dicen que no se pueden implementar por la nueva ley electoral…

- No, no lo impide. Justamente una reforma política tendría que haber, por lo menos, restringiendo severamente la posibilidad de las listas colectoras. Pero no lo ha hecho.

Pongamos ejemplos

Contrariamente a lo que especulaba el oficialismo a la hora de impulsar las primarias, la interna del Partido Justicialista hoy aparece vaciada de candidatos, por lo que la candidatura de un Kirchner no tendría ante sí un rival que la convalide, cosa que causa desvelo hoy en Olivos y que da pie a que muchos desde la oposición y el propio oficialismo piensen en una eliminación de las primarias.

En el caso del Peronismo Federal, hoy los candidatos son cuatro, varios de ellos con partidos reconocidos que “ofrecerán” a sus pares para participar legalmente del comicio. Y si bien en ese ámbito varios han anticipado su rechazo a una eventual candidatura de Mauricio Macri, todos coinciden en que el PRO tiene que estar contenido en el marco de un frente del peronismo no kirchnerista, para evitar una dispersión del voto que los deje fuera de una segunda vuelta. El problema es que la integración del PRO podría conllevar que el jefe de Gobierno porteño se quedara con la candidatura presidencial del sector, mal que les pese a Felipe Solá y Mario Das Neves.

¿Por qué? Porque a la hora de acordarse la alianza -60 días antes del 14 de agosto- bien podría el líder del PRO incorporarse al frente y en caso de ganar la primaria quedarse con la candidatura presidencial. Una alternativa tan posible como improbable es que se les pase a los pesos pesados del Peronismo Federal, que ya han resuelto realizar una interna propia en marzo, para decantar entonces candidaturas y negociar, antes o después, con el PRO, como principal aliado.

Recordemos además que la interna abierta del 14 de agosto ofrece resultados cerrados: la fórmula ganadora es, completa, la que se presenta en octubre.

Especialistas en internas, los radicales tienen su propio entuerto entre dos candidatos presidenciales como Julio Cobos y Ricardo Alfonsín. Consciente de su peso partidario, el hijo del ex presidente de la Nación ha ofrecido dirimir la cuestión en una interna a realizarse en los primeros meses del año, pero el vicepresidente ha rehuido esa posibilidad. Su fuerte está en los independientes y, puesto a dirimir candidaturas, más le convendría confrontar en las primarias de agosto.

Ambos coinciden en la idea de llevar como vice del Acuerdo Cívico y Social al socialista Hermes Binner, pero la Ley 26.571 deja bien claro -reiteramos- que las fórmulas son “cerradas”. Así que en caso de confrontar el vicepresidente de la Nación y el vicepresidente primero de la Cámara baja, deberá resolverse previamente por cual de los dos opta el gobernador santafesino.

Tampoco queda invalidada legalmente la posibilidad de que el perdedor de una interna partidaria o sectorial a realizarse en marzo no se dé por vencido y decida presentarse en agosto, ya sea por el mismo partido o en el marco de otra alianza.

Lo concreto es que hoy por hoy, para participar de las elecciones del 23 de octubre de 2011, todos los candidatos deberán rendir examen el 14 de agosto. Así sean candidatos únicos. Todos los que se presenten, en todas las categorías, deberán imponerse en su ámbito sectorial y, además, obtener un piso de votos que sin dudas dejará a más de una fuerza minoritaria fuera del desafío de octubre.

Sólo podrán intervenir para la elección de senadores y diputados cuando hayan obtenido como mínimo un total de votos, considerando los de todas sus listas internas, igual o superior al 1,5 por ciento de los votos válidamente emitidos en el distrito de que se trate para la respectiva categoría.

Y para la categoría de presidente y vicepresidente, deberán obtener el 1,5 por ciento de los votos válidamente emitidos en todo el territorio nacional.

Sólo será posible modificar nombres que hayan consagrado las primarias en el caso de renuncia, fallecimiento o incapacidad del nombre en cuestión. En el caso del candidato presidencial, éste será reemplazado por el candidato a vicepresidente, y la vicepresidencia vacante será cubierta, en el plazo de tres días, por un ciudadano que haya participado en las elecciones primarias como precandidato de la lista en la que se produjo la vacante.

Los plazos previstos

* La convocatoria a elecciones primarias será realizada por el Poder Ejecutivo Nacional con una antelación no menor a los 90 días previos a su realización, prevista por el artículo 20 de la nueva ley para el segundo domingo de agosto del año en que se celebren las elecciones generales. Ergo: último plazo para convocar a elecciones, 17 de mayo de 2011.

* Los partidos políticos que integren la alianza deben requerir su reconocimiento ante el juez federal con competencia electoral del distrito respectivo, en el caso de las alianzas nacionales, hasta 60 días antes de la fecha de la elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria. Esto es: el jueves 16 de junio, a las 24, se cierra la inscripción para las internas.

* Hasta 55 días antes de las elecciones primarias (21/07) las agrupaciones políticas podrán solicitar al juzgado federal con competencia electoral que corresponda, la asignación de colores para las boletas a utilizar en las primarias y la elección general.

* La campaña electoral para las primarias se inicia 30 días antes de la fecha del comicio: 16 de julio.

* La publicidad electoral audiovisual puede realizarse desde los 20 días anteriores a la fecha de las primarias (26/07).

* La veda electoral comienza a regir 48 horas antes del inicio del acto eleccionario: a las 8 del viernes 12 de agosto.

* La campaña electoral para las elecciones generales se inicia 35 días antes de la fecha del comicio (19 de septiembre), y finaliza 48 horas antes del 23 de octubre.

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