Lo dijo el Gobernador, quien está dispuesto a seguir, más allá de la fuerte oposición que existe del pueblo de Famatina, y que lo vive en carne propia la diputada Adriana Olima. Así reiteró un concepto oficial: “En la provincia no existe otra oportunidad de crecer como provincia y de tener una vida digna y salarios dignos”. El Gobernador está convencido. Y ha puesto todo en torno que La Rioja sea minera, aunque algunos funcionarios se han los distraídos y otros solo participan para la foto. Pero Luis Beder Herrera está dispuesto a seguir, más allá de la fuerte oposición que existe del pueblo de Famatina, y que lo vive en carne propia la diputada Adriana Olima. Un almuerzo en una finca del departamento dividió aún más las aguas en torno a la política minera. Por un lado, el pueblo que sale a las calles a decirle que no, y por otro, los funcionarios que por lo menos están y se muestran como promineros. “Yo creo que La Rioja va a crecer de la mano de la minería, creo que es la alternativa por excelencia que tiene la provincia”, dijo el mandatario riojano cuando llegaban noticias desde Famatina sobre la manifestación en contra de la política que impulsa. Lo dijo al entregar móviles policiales en la capital. Así reiteró un concepto oficial: “En la provincia no existe otra oportunidad de crecer como provincia y de tener una vida digna y salarios dignos”. E insistió que se trabajará con un especial cuidado con respecto al medio ambiente y el agua. “A todos los que creen que la minería contamina fíjense en San Juan, una provincia que hace años que trabaja con esta actividad y no hay un solo caso de contaminación”, remarcó. En la comida oficial, donde lo excluyen fue la minería, también estuvieron los representantes de la empresa canadiense Osisko, el ministro de Infraestructura Néstor Bosetti, los diputados Oscar Chamia y Alejandra Oviedo, el secretario de Minería Oscar Lehz , entre otros. Hubo entrega de subsidios y de otros anuncios oficiales, en donde se conoció la conformación de Acción Minera, que es el primer grupo de trabajo a favor de la política gubernamental. La misma está conformada por 40 personas y uno de los voceros es Franco Pozo, quien sostuvo que “nosotros queremos el progreso y desarrollo de Famatina”. Al respecto, afirmó: “trabajamos en la minería por la falta de trabajo, en Famatina no hay mano de obra”. E indicó que ya firmaron un contrato hace una semana y recibirán 4.000 pesos por mes. Marcela Crabbe, integrante de las asambleas ciudadanas, criticó al oficialismo y le pidió al gobierno que “le diga al pueblo los beneficios de la minería y no a la gente que lo acompaña y le responde ciegamente”. Resaltó el apoyo y acompañamiento de las “instituciones máximas”, el Municipio, el Concejo Deliberante y la iglesia. Además, denunció que “hay una movida para suspender” al intendente de Famatina, Ismael Bordagaray, y al cura por este pronunciamiento. “Estamos defendiendo la vida, nada más y nada menos. Hay que usar el sentido común y dejar de lado las ambiciones de poder”, completó Crabbe.
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