sábado, 31 de marzo de 2012

JULIO MARTINEZ: "MORENO TRABA EL INGRESO DE LIBROS PERO LOS EXPLOSIVOS INGRESAN SIN RESTRICCIONES".

El diputado nacional Julio Martínez afirmó que “mientras los explosivos para las mineras ingresan sin restricciones, faltan insumos en muchas industrias”, luego de conocer, a través del presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones, Héctor Di Marco, el bloqueo de mercaderías en la Aduana. Según Di Marco, las restricciones datan de octubre de 2011 y el trámite para importar material se complicó para los editores. Entre los requisitos que exige el estado nacional se egistran el envío de formularios especiales, movimientos efectuados en os últimos años y, en los últimos días, hasta el envío por “couriers” (hasta 50 kg) se complicó. A pesar de todas las restricciones existentes, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, impuso el control para tintas con las que se imprimen los libros, para que no sea superior a 0,05% de plomo. “Ya está explicado por los editores que casi ninguna imprenta en el mundo usa plomo en sus tintas y donde sí se hace, el control se realiza en la misma planta impresora”, destacó Martínez, quien además, apuntó directamente a Guillermo Moreno y calificó de “muy injustas” las medidas, ya que “en el país de Moreno se pueden conseguir explosivos para las mineras, pero no libros ni medicamentos oncológicos”, ironizó. En su denuncia, Martínez detalló que, “no entendemos qué criterios maneja Moreno para la importación de materiales. Están faltando remedios oncológicos, pero en el Oeste de nuestro país, más precisamente en los pasos cordilleranos, se permite que ingresen camiones con explosivos para la mina Bajo La Alumbrera, y otros emprendimientos mineros”. Además, Martínez señaló que tampoco se está permitiendo el ingreso a nuestro país de maquinaria agrícola, ni para la agroindustria, ni insumos que se necesitan para elaborar las cosechas. Hay que decir que el gobierno dio marcha atrás con la medida que restringía el ingreso de libros a la Argentina, según les comunicó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a las principales cámaras empresarias del sector. El funcionario llamó a las diferentes cámaras de la industria editorial para informarles que el sistema de entrega a domicilio (courier) de ejemplares se normalizará en las próximas horas, indicaron fuentes del sector editorial. Moreno incluso les comunicó que había sido "mal interpretada" la normativa por la cual, desde hace semanas, los libros, folletos y otros materiales impresos estaban retenidos por la Aduana argentina. La decisión de dar marcha atrás llegó luego de una lluvia de cuestionamientos por las limitaciones que obligaban a los particulares que compran publicaciones en el exterior, a buscarlas en Ezeiza o en las dependencias aduaneras provinciales, y a editoriales y librerías a recurrir a un servicio de despachante de aduana para los pedidos mayores a 50 kilos y 1.000 dólares. El gobierno reaccionó a quejas lanzadas en diferentes ámbitos sociales, donde el freno al ingreso normal de los libros provocó reclamos de todo tipo. El grupo de intelectuales de Plataforma 2012 criticó la medida al cuestionar las prevenciones que aducía la secretaría de Comercio Interior respecto del argumento de que las tintas usadas en la impresión pueden contener más de 0,06% de plomo y que, por lo tanto, resultan peligrosas para la salud de la población. "Causa estupor que el mismo gobierno que acepta la utilización de sustancias químicas contaminantes en la megaminería a cielo abierto alegue ahora razones de índole sanitaria para tomar una medida tan engañosa como falsa", dijo este grupo integrado por Beatriz Sarlo, Gabriela Massuh, Luis Felipe Noé, Maristella Svampa y Herman Shiller, entre otros. La medida surgió supuestamente de un pedido de la Federación Argentina de la Industria Gráfica para proteger a los fabricantes nacionales de las importaciones. El tema se venía barajando hace varios meses pero en las últimas semanas la última resolución había golpeado justamente a los clientes particulares, que si bien no significan una proporción grande del volumen editorial ingresado, representa a muchas personas con intereses diferentes.

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