Cada vez es más difìcil armar la mesa navideña sin gastar una fortuna en alimentos y bebidas. Es que los productos se encarecieron fuertemente este año, a un ritmo similar al de la inflación medida por las consulturas privadas. ¿Cuánto más? Un 24%, en promedio, más que el año pasado, según un relevamiento realizado especialmente sobre 22 productos típicos. Los aumentos más importantes se vieron en bebidas, confituras y frutas, mientras que carnes y panes dulces mostraron subas más moderadas. Pero advierten que, de acá al 24 de diciembre, podría haber nuevos incrementos. El impacto más fuerte sucederá en las bebidas como la sidra, champán, vino y gaseosa (en promedio un 28% más), de acuerdo con los precios actuales relevados en dos hipermercados con sede en La Rioja (Chango Más y Vea). Por ejemplo: la sidra de etiqueta blanca tuvo subas de hasta 26,1% en las marcas líderes, que ya cuestan $ 12,49 y $ 13,75. El ananá fizz ahora vale $ 17,99, un 20% más. Y un champán extra brut o un espumante de fresa, habrá que pagar entre $ 30 y $ 60 por las opciones tradicionales, con subas que van del 27,5% al 33%. Después del brindis, la sobremesa también tendrá sorpresas. Los principales budines con frutas hoy valen hasta un 39% más que en 201. En tanto, una torta de almendras de 200 gramos ahora sale $60, cuando el año pasado se conseguía a $48. Lo que no aumentó tanto este año fueron los panes dulces, aunque poner uno en la mesa sigue demandando un esfuerzo, con precios que arrancan en $ 25 para las primeras marcas. Susana Andrada, presidente del Centro de Educación al Consumidor recomendó: “Está todo muy caro, no conviene apurarse. Hay que estar atentos a las ofertas y tener en cuenta que, a último momento, cuando los comerciantes ven que vendieron poco, estos productos suelen tener rebajas importantes”. E invitó a pensar si “es realmente necesario” comprar frutas secas, turrones y afines: “Es una herencia de la cultura nórdica y, realmente, los precios no ameritan el esfuerzo”, opinó. Por ejemplo, la nuez con cáscara se vende envasada a casi $90 por kilo y las almendras, a $68. Entradas, platos principales y postres: en carnes se encuentran aumentos muy dispares. El pollo, que subió 17,3% en un año, sigue siendo la opción más económica, ya que entero se consigue a $12,90. El peceto, en cambio, se encareció algo menos (un 13%), pero un kilo ya vale $59,90. Donde se vieron alzas más fuertes fue en atún enlatado (29%), en jamón cocido feteado (41%) y en algunas frutas, como bananas y manzanas, que ahora no bajan de $10 el kilo y antes valían cerca de $7. En consecuencia, con los valores actuales una cena de Navidad para 4 personas puede costar $230, con un menú de entrada de melón con jamón y tomates rellenos, peceto al horno con papas, vino de mesa y duraznos en almíbar de postre. Y si cambiamos el peceto por pollo y el vino por gaseosa, se hace una buena diferencia: el total baja a $170. Claro que a esto hay que agregarle los gastos de la sobremesa y el brindis. Ofrecer pan dulce, turrones, pasas de uva, garrapiñadas y sidra puede costar unos $44 con marcas económicas, y $57 con primeras marcas. La idea es brindar con champán, los precios ascienden a $63 y $113, respectivamente. Entonces: para pasar una Nochebuena modesta habrá que prever $215 de gasto. Y para darse algunos gustos, al menos $340. Esto, siempre y cuando los precios actuales se mantengan, algo que muchos ponen en duda. “La gente todavía no está comprando masivamente, y entonces no se ve tanto aumento. Pero una o dos semanas antes de Navidad, al subir la demanda, los precios suelen dispararse”, advirtió Héctor Polino, fundador de Consumidores Libres. “Todo lo que es fresco, como carnes, frutas y verduras, suele tener un aumento especulativo muy fuerte en los últimos 10 días –agregó Andrada–. Entonces, lo mejor es comprar todo lo posible ahora y guardarlo en el freezer hasta Navidad”.
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