En el país, hay 5,7 millones de trabajadores con serios problemas de empleo. Según el INDEC, 4,4 millones son asalariados en negro y 1,3 millón son desocupados. Cae el trabajo en blanco. Casi 5.700.000 trabajadores tienen problemas de empleo : 1.261.000 porque están desocupados y 4.410.000 porque trabajan “en negro”. Así surge de los datos difundidos por el INDEC que marcan en el último año unaumento del desempleo (del 7,2 al 7,6%) y del trabajo no registrado (del 34,3 al 35,5% de los asalariados). También aumentó, aunque levemente (del 8,8 al 8,9%) la subocupación, gente que trabaja pocas horas aunque esté dispuesta a trabajar más. Y por el recorte de horas extras, disminuyeron los sobreocupados o los que trabajan más horas (del 32,4 al 30,3%). Con relación a un año atrás, la gente con problemas de empleo seincrementó en 305.000 personas . Y eso se explica porque se desaceleró la creación de empleo y hubo un descenso del trabajo en blanco, en especial en la construcción. De las estadísticas oficiales se desprende que el incremento de la desocupación recayó enteramente sobre las mujeres, en especial las más jóvenes. Así el 19,5% de las mujeres menores de 29 años están desempleadas, cuando un año atrás abarcaba al 17%. En el Gran Buenos Aires, el desempleo femenino joven llega al 24,8%. Con los mayores índices de desempleo y trabajo en negro está el conurbano bonaerense, Córdoba, el NOA y NEA. La Rioja está al tope con el 46,6% de informalidad laboral, según el diario Clarín. En la Ciudad de Buenos Aires, la informalidad es del 24,1% y con el menor índice se ubica Ushuaia-Rio Grande, con el 12,8%. Con relación a un año atrás, el mayor incremento de la informalidad se registró en el NOA, del 40,8 al 42,5%, en especial en Tucumán y La Rioja. Si se excluye al empleo público que ocupa a 3 millones de personas – que se supone están registradas --, sobre 9,4 millones de asalariados privados, el 47% trabaja en negro. Significa que casi 5 de cada 10 asalariados del sector privado se desempeña en la informalidad. Los sectores que tienen mayor nivel de trabajo en negro son el servicio doméstico, la construcción y hoteles y restaurantes. Las actividades primarias, como el agro, figuran con una baja informalidad porque las cifras oficiales no incluyen a la población rural sino a la urbana (37,5 millones de personas). Los que trabajan en negro no tienen descuentos jubilatorios, no cuentan con seguro de accidentes de trabajo y no reciben beneficios laborales como vacaciones, asignaciones familiares (matrimonio o nacimiento) o atención médica a través de una obra social. Los números oficiales no incluyen a los que cobran una parte en blanco y otra en negro, que en los registros oficiales figuran como registrados. Tampoco están como asalariados los factureros, que son empleados dependientes, con empleos regulares, pero deben presentar facturas como monotributistas y que en la estadística oficial aparecen como trabajadores “por cuenta propia”. Aunque fue disminuyendo respecto del pico de 2001/2002, el empleo en negro se mantiene muy alto. Desde comienzos de 2008 se ubica por encima de las 4 millones de personas. Y en los dos últimos años viene en ascenso
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