De las 13 provincias que deben renovar sus legislaturas, hay cinco alineadas con el Gobierno que ya decidieron el desacople o que están analizando esa posibilidad. Es la situación de Mendoza, Catamarca, Misiones, La Rioja y Salta. Otras tres, la Capital Federal, Santa Fe y Corrientes, administradas por opositores, también se inclinan por esta táctica. Con la mirada puesta en los votos, cada vez más gobernadores apuestan a separar las elecciones legislativas provinciales de las nacionales, que se celebrarán en octubre del próximo año. El combo de motivos incluye desde la conveniencia de "localizar" el debate y evitar la influencia del potencial desgaste de la figura de Cristina Kirchner hasta, en algún caso, la voluntad de la Casa Rosada por mejorar su estrategia de campaña, que asoma complicada. Según el diario La Nación, de las 13 provincias que deben renovar sus legislaturas, hay cinco alineadas con el Gobierno que ya decidieron el desacople o que están analizando esa posibilidad. Es la situación de Mendoza, Catamarca, Misiones, La Rioja y Salta. Otras tres, la Capital Federal, Santa Fe y Corrientes, administradas por opositores, también se inclinan por esta táctica, sea por iniciativa propia o por la presión ejercida desde el peronismo de esos territorios. Aunque sin confirmación oficial, la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, fijaría las elecciones para marzo. La inquietud que elevó a la Presidenta terminó de decidirse el jueves, cuando recibió el apoyo de Olivos. "Tiene que ver con el contexto de la provincia", dijeron fuentes cercanas a Corpacci a la nacion. Catamarca, donde el Frente Cívico y Social gobernó entre 1991 y el año pasado, solía iniciar el cronograma electoral del país; el PJ, ahora en el poder, elige la misma táctica. Al desligar las elecciones del escenario nacional, aspira a cosechar más escaños en una Legislatura con fuerte presencia opositora. En Mendoza, el peronista Francisco "Paco" Pérez planea la misma movida, pero para eludir el efecto arrastre de la candidatura a diputado nacional del ex vicepresidente Julio Cobos. Según las encuestas, el radical se impondría con holgura y pondría en peligro el proyecto de reforma constitucional del gobernador para poder buscar otro mandato. Además, la imagen presidencial está deteriorada en esa jurisdicción y hay rechazo al discurso reeleccionista del kirchnerismo. "Tenemos que evitar dos cosas: que Cristina ponga en juego su re-re y el tsunami de Cobos", dijo a La Nación un funcionario del peronismo con llegada a la Casa Rosada. El planteo "Cristina eterna" también llevó al riojano Luis Beder Herrera a pensar en adelantar las elecciones provinciales, según confió a La Nación uno de sus allegados. "Cada vez que [Julio] De Vido o algún funcionario habla de la reelección les baja la intención de voto a algunos gobernadores", argumentó un emblemático legislador del PJ. Sin intención de provocar polémica, Maurice Closs desestimó su propia reelección hace dos semanas -"ocho años es suficiente", dijo-, lo que pareció un tiro por elevación a la Casa Rosada. Voceros del gobernador de Misiones dijeron a La Nación que se refirió estrictamente a su situación y que no recibió reproche alguno. Es más: afirman que a los pocos días la Presidenta lo invitó a formar parte de la comitiva oficial que viajó a Brasilia. No obstante, Closs es otro de los que adelantarían las elecciones, muy probablemente para junio. En Santa Fe, donde se celebrarán comicios municipales, la Legislatura aprobó a fines de noviembre un proyecto impulsado por el PJ que establece como fecha a definir para las elecciones entre julio y septiembre. Se aplicará, a no ser que el socialista Antonio Bonfatti vete la norma. Esta vez el Frente Amplio Progresista pretendía la unificación de las elecciones para aprovechar la tracción que produciría la exposición de su jefe máximo, Hermes Binner, como cabeza de lista para legislador nacional. Allí se agregan, como dato negativo para el peronismo, la mala performance del kirchnerismo en la última campaña provincial y la influencia negativa de Balcarce 50. "En mi pueblo mejor la remo solo, el Gobierno sólo me puede aportar un collar de sandías", ironizó un referente. Para Juan Manuel Urtubey, la separación de los comicios provinciales en Salta es un hecho. Este año se elegirá el 100 por ciento de los cargos provinciales por medio del sistema de voto electrónico (a nivel nacional su usarán las antiguas boletas) y por ley está obligado a desdoblar las elecciones. Serán en noviembre. De relación tirante con la Casa Rosada, el radical Ricardo Colombi optaría por convocar las legislativas provinciales para marzo o abril. Podría, a la vez, separar en otra escala la elección a gobernador (en esa provincia se realiza el próximo año) y así, luego de un eventual triunfo, reforzar su candidatura por la reelección. Esa maniobra obligaría al kirchnerismo a blanquear por anticipado la casi segura postulación del actual intendente de la capital Carlos "Camau" Espínola, cercano a La Cámpora. También Mauricio Macri elegiría desdoblar la votación para evitar que la oposición, sin figuras relevantes, logre reforzarse. "Así podemos garantizar una buena elección y aumentar el número de legisladores propios", graficaron fuentes del gobierno porteño. Más allá de la ingeniería electoral, la mayoría de los caciques provinciales, incluso los que asisten con frecuencia a los actos en la Casa Rosada, llegan a la antesala de un año electoral con inquina y malestar. Con la crisis económica internacional, ellos debieron encarar ajustes y sufrieron el retaceo de fondos nacionales. A la vez, se sienten ninguneados y sin línea directa con la Presidenta. Su única intención, por ahora, es blindar sus territorios y morigerar la injerencia de los asuntos nacionales, como la cruzada por la ley de medios y la discusión con la Justicia, fuera de la agenda cotidiana en sus provincias. En esa actitud está Daniel Scioli, que intercala un estilo de diferenciación permanente con Cristina y, en simultáneo, ensaya una lealtad incondicional. Si bien fuentes oficiales aseguraron a La Nación que no desdoblará los comicios, hubo un planteo de sus colaboradores más duros: la única forma de garantizar participación en el armado de listas parlamentarias provinciales -no se inmiscuirían en las nacionales- es que primero realice los comicios bonaerenses como reaseguro. Hoy, no está en los planes de Scioli. Esa hipótesis implicaría romper lanzas con el cristinismo, cuando su objetivo actual es ser ungido candidato presidencial en 2015 con el apoyo de la Presidenta también incluido.
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