martes, 19 de marzo de 2013

EN UNA DURA EDITORIAL EL INDEPENDIENTE LE RESPONDE A QUINTELA.

Claro, concreto y contundente

“Las críticas no serán agradables, pero son necesarias”. Winston Churchill.

La verborragia y desparpajo de un intendente que no sabe leer ni apreciar la formulación de observaciones respecto al desempeño de su gestión pública, atacando con falacias a un medio de comunicación, indica el grado de intolerancia y necedad que inunda una cuestionada conducción de los destinos de la comuna capitalina.

Ricardo Quintela incomprensiblemente ayer, en un acto público, lanzó infundadas acusaciones en contra del medio escrito más importante de la provincia, pero ni una palabra tuvo para responder los cuestionamientos sobre el estado deplorable de la ciudad y la aplicación de los recursos que aportan los contribuyentes y el Estado provincial a las arcas del municipio, que fue lo señalado en la columna política del día domingo.

Quizá esto sería lo de menos, porque nunca se responde de manera adecuada a las obligaciones que le encomendó el pueblo al ser elegido intendente, sin embargo lo más grave es la manera amenazante con que lanza su ataque artero contra la prensa, sin tener la capacidad de asimilar las críticas y pensar que esa es parte de la función de un medio de comunicación.

Quintela comete una burda equivocación al hablar de un medio subsidiado y apuntar sus cuestionamientos a los fondos que esta empresa cooperativa recibe como pauta publicitaria oficial, que es absolutamente pública y que puede enviar a sus “sabuesos” a chequear los expedientes respectivos para cotejar los números erróneos que maneja. Hablar livianamente sin fundamentos sobre montos abusivos y acusar a los directivos de la empresa cooperativa de usufructuar de esos ingresos, es una verdadera canallada, sumado al profundo desconocimiento respecto al funcionamiento de una entidad solidaria como la que edita diario EL INDEPENDIENTE.

Pasaremos a explicarle sucintamente, no a Ud. Sr intendente que debería saberlo, pero sí a nuestros lectores, los únicos a los que debemos el acompañamiento por casi 54 años. El pago de pauta publicitaria es una obligación que tienen los gobiernos para con los medios de comunicación, especialmente aquellos de mayor tirada (como EL INDEPENDIENTE) para garantizar el ejercicio del derecho humano de recibir, investigar y difundir información, conforme lo establece el Artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica –que en nuestro derecho tiene jerarquía constitucional, cfr. Artículo 75, inc. 22, de la Constitución Nacional.

A ello deberíamos agregar que cualquier acción diferente afectaría también el derecho a ejercer una actividad lícita y a trabajar –Artículo 14 de la Constitución Nacional– ante el hecho de que el medio periodístico como empresa no cuente con un ingreso de dinero por el cual se publiciten actos de gobierno.

Justamente más de 150 familias son las que viven de manera directa de Medios El Independiente y eso el Sr. Intendente Quintela no lo sabe o no lo quiere ver. Como tampoco aparenta conocer el jefe comunal, la importante cartera comercial privada que siempre acompaña las páginas del diario y que, junto a la venta de ejemplares, le otorgan el sustento básico para mantener la estructura empresarial y el crecimientos sostenido a lo largo del tiempo, convirtiendo este diario en líder en la región.

Como si esto fuera poco, y si al intendente o a su séquito le interesan tanto los ingresos de Copegraf Ltda., le informamos que por tratarse de una cooperativa, todos los balances son presentados anualmente ante la Dirección de Economía Social, por lo que si hay una empresa que no oculta sus ingresos y sus costos, es justamente EL INDEPENDIENTE.

Es por ello, que ante la acusación artera y falaz contra el medio y contra sus directivos, es que ya se encuentra en análisis la presentación de acciones legales para que el Sr. Ricardo Quintela ratifique o rectifique públicamente sus dichos de ayer.

Como también, hacemos público el reclamo legal que desde el año 2012 se le realiza al Municipio de la Capital por una abultada deuda de servicios publicitarios contratados y que de manera consuetudinaria se niega a saldar como corresponde.

Quizá sea ese el verdadero enojo del intendente, no lo sabemos, pero sí queremos dejarle en claro que sus tristes y calumniosos embates no conseguirán que este medio pierda el rumbo fijado por su línea editorial de la búsqueda de la verdad y ser el vocero de las causas populares.

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