Después de muchos vaivenes, en esta semana la Convención Constituyente entrará en su etapa última, donde sólo resta aprobar el texto tal como será incluido en la constitución, disponer las cláusulas transitorias, y finalmente la jura de la reforma, dispuesta hasta ahora para el 20 de mayo en coincidencia con el aniversario de la fundación de La Rioja. Pero por estas horas las principales especulaciones son respecto al consentimiento unánime, o no, que tendrá la reforma de la Carta Magna, y que marcará el final de la asamblea reformista que funciona desde noviembre del año pasado.Sucede que en las últimas semanas todo en torno a la convención fue turbulento, y en un pocos días se desataron los debates políticos, institucionales y partidarios más controvertidos y en algún punto decisivo, luego del retiro de los constituyentes del Frente Cívico y Social. Cuando faltaba tan sólo un artículo para terminar con la reforma al capítulo de la Función Judicial, los dos representantes de la minoría radical, Dámaso Gómez e Inés Brizuela y Doria pegaron el portazo que sonó como un signo de interrogación para la mayoría oficialista, quien inmediatamente montó el “operativo retorno”. Dicho operativo consistió el proponer a la oposición -reunión con el Gobernador de por medio- la “reconsideración” de algunos puntos sobre la FJ, con los que venían insistiendo ese bloque, y que la mayoría había desestimado y cerrado en base al proyecto oficial. Las “concesiones” que el oficialismo había prometido a la oposición para posibilitar, a cambio, el retorno de éstos, finalmente fueron concretadas en la última sesión, y de este modo todo quedó la decisión última quedó en manos de los convencionales de ese sector. Desde la sede de Bazán y Busto no quisieron confirmar cuál será la decisión respecto a la jura, ya que explicaron que con el cambio de actitud de la mayoría bederista ahora el panorama es “distinto”, y amerita un nuevo análisis a nivel partidario. La presidenta del bloque del FCyS, Inés Brizuela y Doria reconoció el “gesto” del oficialismo de introducir modificaciones que, hasta antes de su retiro ya estaban “cerradas”, pero consideró que “se podría haber hecho más, porque aún así se mantiene inalterable la supremacía del poder político, que es uno de los principales problemas del sistema”. La convencional radical volvió a considerar que el portazo que dieron en la asamblea “como último recurso en este proceso”, dio sus frutos porque sirvió para “hacerles ver (al oficialismo) que una reforma para todos los riojanos no puede contemplar sólo la voz de un sector político”. Dijo también que esto no se hubiera conseguido si ellos no se habrían retirado. Ahora, dijo Brizuela y Doria, la última palabra se tomará a nivel partidario, cuando las autoridades se reúnan entre hoy y mañana para definirlo. Para esto también considerarán la redacción final del texto reformado, que los convencionales aprobarían en la sesión prevista para hoy, y en la cual además definirían las cláusulas transitorias que tendrá la constitución.
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