lunes, 18 de agosto de 2008

BEDER HERRERA AVANZA DECIDIDO EN SU PROYECTO DE SUMAR A LA RIOJA AL CONCIERTO DE LAS PROVINCIAS MINERAS.

Es una decisión política, económica y estratégica del gobierno, que Luis Beder Herrera está dispuesto a concretar aunque la iniciativa sea rechazada por el ambientalismo y mirada con recelo por la población. Por eso, en los próximos días iniciará una campaña de esclarecimiento publicitario e institucional sobre la actividad minera y sus beneficios. Y ya comenzó a preparar a sus dirigentes y cuadros intermedios para que defiendan esa industria y la muestren como una opción genuina para el crecimiento provincial. Decidido a pagar cualquier costo político que fuese necesario, Luis Beder Herrera decidió que había llegado la hora de decir toda la verdad con respecto a su política minera. Esa verdad que primero escondió, luego insinuó y, finalmente, reveló con absoluta crueldad. Como si nada hubiese pasado antes. Se esté a favor o en contra de la minería, nadie podrá negar que el gobernador acaba de dar una clase magistral sobre como dar marcha atrás con una decisión política clave sin ponerse colorado. Ni siquiera sonrojarse. Con Beder Herrera y la minería han pasado en La Rioja dos cosas concretas: o la población es demasiado desprevenida y crédula o el gobierno -el bederismo- es demasiado audaz. O tal vez, ocurran las dos cosas. La pregunta clave es: ¿alguien le creyó al bederismo -Beder Herrera, los diputados Mario Guzmán Soria y Jorge Machicote entre otros- cuando sostenían que la minería a cielo abierto era contaminante y había que prohibirla?. Es mas: ¿alguna vez lo dijeron de ese modo? ¿O solo lo insinuaron, hicieron de cuenta que decían lo que no decían?. Cualquiera sea la creencia popular, lo cierto es que la semana pasada el gobierno y el bederismo dejaron en evidencia cual será el objetivo: desarrollar la industria minera, favorecer la llegada de inversiones, permitir tareas de exploración y la explotación de todos los minerales que dejen recursos, incluído el uranio. "El agua vale mas que el oro", recordó el menemismo que era la frase repetida hasta el cansancio en 2006 por el entonces vicegobernador Luis Beder Herrera. Pero la política es el arte de lo imposible. Sobre todo cuando quien toma las decisiones es el que gobierna y no quien le hace oposición. Por eso, Beder Herrera cambió drásticamente de decisión y poco le ha importado que sus palabras de archivo no resistan ser recordadas. La política implica tirar la honra a los perros, solia decir Carlos Menem. Y en ese contexto, la honra pasa a un segundo plano. Beder Herrera está convencido que la minería puede ser una puerta de entrada importante para ese desarrollo que La Rioja necesita y no consigue desde hace décadas. También lo estuvo antes, Pero no lo dijo y obró en sentido contrario porque era opositor a un gobierno (el de Ángel Maza) que además había montado una estructura empresarial que solo reportaba al entonces gobernador y no al vice ni al resto. Hábil, como siempre, embarcó a diputados, intendentes, concejales y dirigente ambientalistas en un discurso antiminero impactante,que le permitió denunciar presuntos hechos de corrupción en torno a la concesión del patrimonio minero y cosechar votos y adhesiones en un año político clave, el 2007. Logrado el efecto, frenar el proyecto minero del mazismo, se llamó casi un semestre a silencio pero sin repetir nunca mas aquello de "el agua vale mas que el oro". El discurso, a comienzos de 2008, fue: "debemos investigar la concesión del patrimonio minero porque los yacimientos del Famatina son de La Rioja" y no de la canadiense Barrick Gold que los había obtenido a partir de una cesión de derechos de la ex estatal Yamiri, controlada por el mazismo. Mientras ese trámite para quitarle la concesión a Barrick está en la justicia, Beder Herrera decidió avanzar en el campo de la minería y demostrar que jugará fuerte. Para eso decidió traer a La Rioja al secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, y a la mitad de la conducción científica de la Comisión Nacional de Energía Atómica y, sin aviso previo, anunciar que permtirá la explotación de uranio en Sanagasta y en cualquier otro distrito donde haya. Uranio, nada mas ni nada menos que el mineral mas caro y preciado de la época porque es utilizado para generar energía nuclear y también para otros fines, incluída la medicina y la guerra. Ya no importa que un grupo de ambientalistas, vecinalistas y productores se opongan. Tampoco importa que la oposición -el mazismo por un lado, el menemismo por el otro, tibiamente el radicalismo- se enojen y critiquen. El gobierno de Luis Beder Herrera -con el decidido y fundamental aval del gobierno nacional- está dispuesto a convertir a la minería en una industria. Y avanzará en todas las direcciones que sea posible para lograrlo. Sabe que, mas allá de los riesgos y temores sobre la contaminación ambiental, la minería puede resultar un negocio económico que, si es bien invertido, redundará en recursos -valiosos recursos- para La Rioja, para generar empleo y distribuir mejor la riqueza. Pero dependerá de las autoridades provniciales que los recursos que la industria minera pueda generar, realmente se inviertan como la población necesita. En ese sentido, este fin de semana el secretario de Ambiente Nito Brizuela -otro que debió cambiar radicalmente su discurso en los últimos meses-, salió a decir que "no vamos a dejar que se contamine, no vamos a permitir que queden pasivos ambientales y no vamos a dejar que se utilice agua que está destinada a riego o para consumo humano, están dadas todas las garantías y nosotros vamos a ser el agente de control para garantizar eso a rajatabla". De acuerdo a las últimas disposiciones aprobadas por la Cámara de Diputados -cuyos miembros ya ejercitaron el cambio de discurso sin ponerse colorados-, el control de la situación de minería se encuentra bajo la órbita de la Secretaría de Ambiente. En este sentido, Brizuela destacó que "ya estamos haciendo el traspaso administrativo y también vamos a poner en marcha muchos proyectos que estaban paralizados porque se desconocía quién debía hacer la evaluación del impacto ambiental y quién tenía que verificar la evaluación, aspectos obligatorios que deben presentar las empresas". Mientras tanto, la opinión pública se muestra desconfiada y temerosa. En dos sondeos de opinión, la consultora Tendencias Argentinas llegó a esa conclusión. En una encuesta telefónica, sobre 300 casos en Capital, el 64,5 por ciento dijo que la exploración de uranio puede resultar "contaminante del agua y el ambiente" y que es "inaceptable". Y otro 12 por ciento opina igual y afirma sentir "temor por lo que pueda ocurrir". Solo un 15,6 por ciento cree que ingresar en la búsqueda de uranio será positivo para la provincia y su gente. La encuesta de Tendencias Argentinas dio cifras similares. El 55,5 por ciento considera la actividad "inaceptable" y cree que se contaminará el agua y el ambiente. El 9,7 por ciento dice sentir "temor" a una contaminación. El 25,3 por ciento lo cree positivo para el desarrollo y solo el 8,2 por ciento entiende que traerá inversiones y empleo. En cualquier caso, el futuro positivo o crítico de la minería en la provincia dependerá de la seriedad y profesionalismo con que las autoridades políticas aborden el tema. Si lo hacen con capacidad, desalentando sobornos y ejerciendo controles rigurosos, la mineria -incluído el uranio- serán un polo de desarrollo. Pero el problema es que se trata de La Rioja. Y de una clase política demasiado cuestionada y cambiante en sus opiniones como para transmitir confianza.

No hay comentarios: