Carlos Santander, uno de los principales dirigentes del menemismo local, cuestionó seriamente al gobierno de Luis Beder Herrera por apuntalar el desarrollo de la minería, en un abrupto cambio de su política en el tema. "Antes, el objetivo era voltear a Maza. Ahora, el fin es concretar el mismo negocio que Maza pretendía, bajo el mismo manto de misterio y confusión", disparó en un documento difundido.
¿Qué vale más: el agua, el oro o la verdad?
Dos mil ciudadanos se manifestaron indignados, en estos días, en Chilecito, según destaca la prensa.
¿Que defendían más: el agua, el oro del cerro famoso o su inteligencia agraviada?
No hace mucho tiempo, una frase sorprendió por su tajante contundencia: “El agua vale mas que el oro”. La frase pertenece al actual gobernador de La Rioja, Beder Herrera, oriundo del Departamento Famatina. De ese modo coronaba un discurso en salvaguarda de la agricultura y de la salud de sus coterráneos y de protesta en contra del contrato de explotación minera que el gobierno de Maza había firmado con la multinacional Barrick. Sumó así su apoyo al piquete que en plena montaña, bloqueaba el acceso a la mina en posesión de la empresa minera. Pura demagogia. Ahora el discurso oficial es diametralmente opuesto, y los diputados oficialistas derogan las leyes que ayer aprobaron con argumentos absolutamente contrarios. Lo único que falta es que saquen una ley recomendando el uso del cianuro por sus bondades. Antes, el objetivo era voltear a Maza. Ahora, el fin es concretar el mismo negocio que Maza pretendía, bajo el mismo manto de misterio y confusión con que Maza se manejaba. Al fin de cuentas el actual gobierno no es otra cosa que una expresión residual del anterior. Ya no hay margen para la mentira. Si algo reveló el conflicto llamado del campo, es el hartazgo generalizado frente a la soberbia y la mentira gobernante. El asunto, entonces, ya no es el agua, ni el oro, se trata de la verdad. La verdad es el fundamento de la credibilidad. Es ilógico pensar que un gobierno mentiroso defenderá los intereses de todos, intereses que, como en este caso, comprometen incluso a generaciones futuras. Se trata de saber con precisión qué perjuicios ocasionará la explotación del patrimonio minero, como es preciso conocer qué beneficios obtendremos y cómo servirán al progreso, en especial de aquellos que viven en la zona. Tanto la cultura agrícola, como el afán minero son parte del espíritu productivo de los riojanos de Famatina y Chilecito. Pero, mientras no haya transparencia en las negociaciones y los gobiernos mientan descaradamente, mientras hoy digan si, los mismos que ayer dijeron no, las virtudes de la actividad minera estarán bajo sospecha, y su puesta en marcha resultara muy difícil.
Por Carlos Santander
No hay comentarios:
Publicar un comentario