A una semana exacta del comicio, todas las listas se preparan para darle el empujón final a la campaña, que no muestra mucho más que caminatas y pequeños actos partidarios, sin grandes concentraciones ni mayor despliegue. Lo que está claro, a esta altura, es que si bien no están en juego los cargos ejecutivos y que no compiten las principales figuras de los últimos tiempos (otra sería la dinámica si estuvieran en la palestra Beder Herrera, Menem, Quintela o el mismo Maza), la política ya no moviliza ni atrae y, apenas, lo hacen los aparatos firmemente montados y aceitados. El común de la gente descree de la política y de los políticos, en tanto que el concepto de participación ciudadana es hoy una entelequia y el compromiso una cuestión perimida, del pasado. Más allá de esto, podemos poner la lupa en los números que manejan los políticos a días de la elección. A esta altura, las encuestas comienzan a tener un valor casi definitivo, ya que más que el avance o retroceso de los candidatos, en el tramo final deberían mostrar los valores más próximos a los que se obtendrán en las urnas. Sin embargo, en varias fuerzas reconocen que disponen de poca información fiable, ya que los recursos son escasos y las encuestas son caras. Pero es interesante conocer la información que maneja cada lista respecto de los candidatos propios y ajenos, de cuyo análisis pueden surgir muchas conclusiones. En las filas del bederismo sigue intacta la confianza en que conseguirán las dos bancas de diputados nacionales e, incluso, aseguran que lo harán con más del 50 por ciento de los votos. Este es el principal objetivo del oficialismo, que además aspira a lograr, por medio de las distintas "colectoras", varias bancas en la Legislatura provincial, en este caso por encima del 60 por ciento en total. En este sentido, las encuestas que manejan lo ubican a Délfor "Pocho" Brizuela en primer lugar, aunque seguido de cerca por el otro candidato bederista Jorge Basso, quien según sus números estaría virtualmente empatado con Carlos Luna, en el tercer lugar. En este sector habrían encargado una última encuesta, cuyos resultados estarían a comienzos de la semana, pero confían en que las tendencias se mantendrán. En la recta final de las elecciones, cabe esperar entonces para comprobar cuán efectivas son las estructuras del oficialismo y del lunismo-quintelismo para traccionar a los sufragantes; asimismo, se verá si radicales y macristas son lo suficientemente convincentes para el electorado que todavía no definió su voto. Lo que está casi demostrado es que difícilmente pueda haber una clara hegemonía de una lista, puesto que la enorme proliferación de candidatos dispersará el voto, lo cual se percibe en los números que se manejan desde distintos partidos para los diputados provinciales. Otro dato a tener en cuenta es el corte de boleta, espontáneo o armado, que pudiera ocurrir. No son pocos los dirigentes que, en privado, reconocen saber de candidatos que acuden a otros partidos en busca de apoyo, en desmedro de sus propios compañeros de lista, ya sea del estamento nacional o provincial.
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