UN SONDEO MUESTRA QUE EN LA PROVINCIA HAY UN 21% DE INDECISOS Y EL 19% NO IRÍA A VOTAR.

Según el diario La Nación, La Rioja es una gran unidad básica, suele repetir Carlos Menem. Y no se equivoca: las elecciones aquí siempre se dirimen entre distintas líneas del peronismo, que -ahora como antes- trasladaron la interna del PJ a unas elecciones generales. Pero esta vez la profecía de Menem puede quebrarse en contra de su propio autor. Hay dos bancas de diputado nacional en juego: una la tiene asegurada el PJ oficial; la otra intentan quitársela no sólo los seguidores del ex presidente, sino también un radicalismo en vías de recuperación y el Pro de Mauricio Macri, en una de sus infrecuentes incursiones fuera de la ciudad de Buenos Aires. El gobernador Luis Beder Herrera, que jura lealtad a Cristina Kirchner, todavía se ilusiona con quedarse con todo. Para obtener las dos bancas, sus postulantes deben duplicar los votos que saque el segundo. La boleta oficialista lleva como candidato a Jorge Yoma, embajador argentino en México, que regresó a sus pagos, donde no se dedicaba a la política desde hacía cuatro años. Su segunda es la diputada Griselda Herrera. Todos prometen llegar al Congreso para sumarse al bloque kirchnerista. Al menos hasta que el viento rote. La aplanadora del Estado es arrolladora, en una provincia donde el índice de pobreza ronda el 20 por ciento y es preocupante la desnutrición infantil. Planes sociales nacionales, provinciales y municipales, algunos de 150 pesos por tres meses, son fuerte moneda electoral. A las prebendas se suma la existencia de 50 listas colectoras, que recogen votos para la dupla oficial, pero por debajo de la sábana se disputan las internas del PJ para diputados provinciales y concejales. El oficialismo actúa así como una "barredora" que no deja voto por captar. La otra línea peronista es el menemismo, que disputará la primera elección legislativa sin Menem en la boleta desde 2001. Sus candidatos a diputados nacionales son la concejal riojana Claudia López y el empresario Néstor Bosetti. Menem los ungió, pero no hace campaña. Prefiere ir a "Gran Cuñado". López promete leyes para reformar la coparticipación y asegurar la continuidad del régimen de promoción industrial en la provincia. Todos los candidatos reconocen que los votos de Menem son del ex presidente y no son transferibles a sus apóstoles. Y para peor el cariño que le dispensa todo el mundo aquí al ex presidente ya no llena urnas. Las elecciones provinciales se dirimen entre el kirchnerismo o el antikirchnerismo y la lealtad al gobernador o a la oposición. Hay un sentimiento antikirchnerista, pero no alcanza par restar votos a la lista oficial. La intriga es si al menemismo le alcanzará para llegar a la segunda banca o si, por el contrario, se la robará la UCR, con Julio Martínez como candidato principal. "Por primera vez desde 2001 estamos polarizando con el oficialismo. Somos la oposición en La Rioja", se entusiasma. Pero por lo bajo oficialistas y opositores denuncian un pacto secreto entre el gobernador Beder y el candidato de Pro, Luis Agost Carreño, intendente de La Rioja durante 12 años, que empezó como demócrata progresista y cambió por el PJ. "Soy el brazo evolutivo del peronismo", se define. El acuerdo, desmentido por Agost Carreño, pero asegurado por fuentes radicales y del gobierno provincial, consistiría en evitar que la UCR gane la segunda banca, sumándole votos a Pro. No hay clima de campaña. Apenas si se ven pasacalles oficialistas y algunas pintadas. Los comicios no despiertan pasiones. Tal vez porque el Estado es tan aplastante que el PJ controla mayoría y minoría en la Legislatura local. La Rioja. Cantidad de electores: 216.484. Porcentaje del padrón nacional: 0,7. Cargos que se eligen: 2 diputados nacionales El otro Menem. Carlos Menem no está en una boleta, aunque sí aparece otro candidato con el mismo apellido: Jorge Menem, que se postula por el partido Otra Rioja es Posible a diputado provincial. No es menemista. Números aplastantes. Según la última encuesta, Jorge Yoma (PJ oficial) llega al 34,9%; un 21,3% son indecisos; un 19% no iría a votar. El menemismo llega al 7,9, al igual que la UCR.