miércoles, 26 de agosto de 2009

ANILLACO FUE NUEVAMENTE EL ESCENARIO POLITICO EN LA PROVINCIA.

Todos se equivocaron, pensaron que debían ingresar a La Rosadita, la casa de Carlos Menem que está en venta en una inmobiliaria capitalina. Pero no, era más adelante y en el mismo pueblo natal del ex presidente. Eran los intendentes que se habían convocados para un nuevo encuentro con Luis Beder Herrera. Allí estaban todos, con excepción de Elías Hemmes de Chamical. Hasta Ricardo Quintela de Capital se plegó en la convocatoria en el departamento Castro Barros. Ya había pasado los resquemores subterráneos por la distribución de recursos provinciales, especialmente con Gustavo Minuzzi de Arauco, quien recibió más de 10 millones en su gestión de 18 meses. Había sonrisas, aunque esté pendiente la sanción de una ley de coparticipación municipal. Sin Hemmes, los caciques departamentales decidieron conformar en Anillaco la Federación Riojana de Intendentes, con el fin de “abrazar las políticas públicas de la provincia, fundamentalmente vinculadas con la salud, la educación y la minería”. Según los intendentes, será la forma de ayudar a la gestión del gobernador, quien llegó al cónclave al promediar los discursos. También los intendentes buscan “mejorar la calidad institucional y fortalecer el arraigo de pobladores”. Y creen que unidos lograrán mayores beneficios de la gestión bederista, ya sea programas como los reclamados recursos. Quintela estaba a gusto, ya que había sido integrado en un ámbito siempre resistido debido a que cualquier movimiento ha sido mal visto por sus pares del interior. Beder Herrera también se mostró complacido por la convocatoria, pero lo que queda pendiente es un plan para combatir a la pobreza. Luego el gobernador partió junto al cuestionado Minuzzi rumbo a la localidad de Aimogasta para recorrer obras y los demás intendentes acordaron que el próximo encuentro será en la localidad de Tama, cabecera del departamento Ángel Vicente Peñaloza.

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