miércoles, 26 de agosto de 2009

DETIENEN EN PARAGUAY A EX REPRESOR QUE SE DESEMPEÑO EN EL ESCUADRON 24 DE GENDARMERIA EN CHILECITO.

El ex gendarme argentino Eduardo Abelardo Britos, de 60 años, acusado por presuntas violaciones a los derechos humanos, fue detenido el martes por agentes de la Interpol en la periferia de la capital paraguaya. La oficina local de Interpol informó a los periodistas que la captura se produjo en una vivienda del barrio Fátima, del pueblo San Lorenzo, a unos 17 kilómetros al este de Asunción. El ex alférez del escuadrón 24 de gendarmería ingresó a Paraguay hace dos meses a través del puerto Yguazú, en la frontera con Ciudad del Este, en la zona denominada Triple Frontera, a unos 320 kilómetros al este. En Argentina está acusado, según Interpol, por los presuntos delitos de privación ilegal de la libertad, vejaciones, malos tratos y tormentos a víctimas de la dictadura militar entre 1976 y 1983, en el centro de detenciones de la provincia La Rioja. Fue recluido en la cárcel pública Tacumbú a la espera de que el juzgado de garantías inicie el proceso para su eventual extradición. Britos, que en 1976 se desempeñaba con el grado de alférez (oficial) del Escuadrón de Gendarmería 24 Chilecito, estuvo en la cárcel de La Rioja con el papel de torturador y encargado de facto del centro de detención, a partir del 24 de marzo de 1976. Testimonios en el Informe Provincial de DDHH de 1984, lo identifican como responsable de torturas e interrogatorios, junto con otros represores como Marcó (recientemente suicidado), Goenaga, Moliné, “Bruja” Romero, y otros Britos se encuentra procesado por tormentos y delitos de lesa humanidad, en las causas: "Angel, Andrés Abelardo y otros / denuncia privaciones ilegítimas de la libertad" y "Boffelli de Paschetta, Graciela María y otros / Denuncia apremios ilegales". Al ser buscado en su domicilio declarado de Olivos, provincia de Buenos Aires, Britos se fugó en el 2008, siendo su paradero desconocido. Por eso, la Justicia Federal en la Argentina resolvió ofrecer una recompensa de $ 100.000 a quien pueda dar datos ciertos sobre el escondite de Britos.

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